Estudio indica que, de mantenerse las condiciones actuales, en el año 2100 el aumento de la temperatura llegaría a los 3º centígrados incrementando la cifra de afectados por estrés por calor.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Rutgers (Estados Unidos) y publicado por la revista Environmental Research Letters, advierte que, si nuestro planeta continúa por la senda de las políticas actuales frente al cambio climático, el aumento en las temperaturas podría alcanzar, hacia el final del presente siglo, los 3º centígrados, poniendo en riesgo por estrés por calor y humedad no a 300 millones de personas como ocurre en la actualidad, sino a 1.200 millones de humanos.
El estrés por calor ocurre cuando el cuerpo no puede deshacerse del exceso de calor. Cuando esto sucede, la temperatura central del cuerpo aumenta y la frecuencia cardíaca aumenta. A medida que el cuerpo continúa almacenando calor, la persona comienza a perder concentración y tiene dificultades para concentrarse en una tarea, puede irritarse o enfermarse y, a menudo, pierde el deseo de beber. La siguiente etapa suele ser el desmayo e incluso la muerte si la persona no se enfría.
Además de los peligros para el ser humano, el impacto de tales condiciones de calor afectaría a la agricultura y el medio ambiente, a la economía global en su conjunto.
«Cada parte del calentamiento global hace que los días cálidos y húmedos sean más frecuentes e intensos. En la ciudad de Nueva York, por ejemplo, el día más cálido y húmedo en un año típico ya ocurre aproximadamente 11 veces más frecuentemente de lo que hubiera sido en el siglo XIX”, dijo el autor principal, Dawei Li, investigador de Rutgers.
A través de la simulación de un total de 40 escenarios climáticos extremos, los investigadores obtuvieron los datos suficientes para llegar a la conclusión de que, partiendo de la base actual de un aumento de 1,2º centígrados, si se llega a los 1,5º, la afectación se aumentaría de los 300 millones mencionados a un total de 500 millones de afectados.
Con un aumento de 2º, el impacto se aumentaría a los 800 millones y de llegar a los 3º, serían 1.200 millones.
En comparación y siguiendo el ejemplo de la ciudad de Nueva York, en esta ciudad los días con calor y humedad extrema serían cuatro con 1,5º; un total de ocho con incremento de 2º y con los terribles 3º, se alcanzaría un total de 24 días con condiciones extremas.
De hecho, según la Organización Panamericana de Salud (OPS) indica que 658 personas mueren cada año en Estados Unidos por las olas de calor. Entre julio y agosto de 2003 las víctimas en Europa fueron 70 000, una cifra 14.9 veces mayor a la actual pandemia de coronavirus con 4.700 decesos.
En Brasil, en 2010, tan solo 10 días de oleadas de calor, dejaron un total de 737 muertes y en Argentina, en el periodo comprendido entre diciembre de 2013 y febrero de 2014 -durante tres oleadas distintas-, fallecieron 1 877 personas.
¿Qué es el estrés por calor?
El estrés por calor es la condición del ser humano que le impide enfriarse de manera eficaz por el aumento de la temperatura corporal.
“La respuesta fisiológica al calor aumenta la temperatura basal y la reacción del centro termorregulador que ocasiona un masivo flujo de sangre a la periferia y sudor. Ambos mecanismos pueden sobrecargar el sistema cardiovascular y generar deshidratación con pérdida de líquidos y electrolitos. Estos mecanismos no funcionan adecuadamente en personas en condiciones de vulnerabilidad”, explica Ola de Calor y Medidas a Tomar, documento de la OPS y la OMS, publicado en marzo de 2019.
Al igual que el Covid 19, las oleadas de calor afectan y ponen en riesgo especialmente a poblaciones vulnerables por su edad o condiciones de salud: niños, ancianos, mujeres, personas con obesidad, con enfermedades crónicas de tipo renal, cardiovascular, psiquiátricas y que estén medicadas constantemente. También se ponen en riesgo las personas que realizan actividades a la intemperie. “Otros riesgos no climáticos son el socio – económico y vivir en ciudades donde el efecto de isla de calores mayor que en áreas rurales”, indica la OPS.
En una oleada de calor, según las condiciones de la persona en riesgo, los efectos pueden ser desde una reacción alérgica en la piel o un calambre, hasta la muerte por el denominado ‘golpe de calor’.
Según el investigador Robert E. Kopp, director del Instituto Rutgers de la Tierra, Ciencias Oceánicas y Atmosféricas; es necesario tener en cuenta que la combinación de calor y humedad es la más riesgosa para los humanos. “A mayor humedad, mayor es la sensación térmica, lo cual reduce la capacidad del organismo de enfriarse adecuadamente. La presencia de otros factores de riesgo puede ocasionar efectos de sinergia aditiva o exponencial”, advierte la OPS.