En Nicaragua, 80.000 hectáreas de bosques desaparecen cada año.
Funcionarios del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena) de Nicaragua, confirmaron que las labores que se realizan en Managua hacen pensar que durante los próximos diez años sería posible recuperar la capa vegetal de la capital.
Actualmente, Managua padece la pérdida de su territorio boscoso debido al incremento desmedido de la tala y quema de árboles para la extracción de leña, la construcción de viviendas, y la cacería de especies protegidas.
De acuerdo con los ambientalistas, la labor se plantea desde frentes de trabajo que implican no abandonar la siembra de diversas especies durante el plazo establecido hasta 2026. Además, será necesario que se realicen obras en la zona alta de la ciudad como micropresas para el desarrollo de ingeniería hidráulica, con las que se controlarían las infiltraciones de agua hacia la zona costera.
A su vez, las labores de recuperación de la capa boscosa no implican solamente el territorio de la capital; además, en sectores del sur del departamento homónimo (Managua) se pondrá en marcha un plan para delimitar la expansión de viviendas, que será controlada una vez se ejecuten las obras en la circunvalación Ticuantepe – Nejapa.
Otro de los focos de trabajo se enfatizará en la construcción de un anillo verde, que servirá como cerco para la protección boscosa de Managua, tan afectada en épocas de lluvias cuando comienzan las inundaciones. El cerco, estaría apoyado en las micropresas altas que evitarían que el agua baje con intensidad.
La situación general de los bosques en Nicaragua es muy precaria: desde 1950 han desaparecido 3.7 millones de hectáreas boscosas y al año estarían desapareciendo aproximadamente 80 mil hectáreas de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).