El objetivo es hace de Quito una ciudad de capital intelectual institucional y de transferencia de experiencias educativas.
Ocho años después de que en Quito fuera puesto en funcionamiento el último de los planes que delimitaba la estrategia educativa de la capital, el Secretario de Educación, directivos, técnicos de la Secretaría, autoridades y docentes de las 20 instituciones educativas municipales, comenzaron a labrar el camino para elaboran el Plan Estratégico de la Educación Municipal 2017 – 2022.
Mediante este documento, el organismo que controla la educación en la capital ecuatoriana buscará definir de manera clara la Visión, Misión, Objetivos, Políticas, Programas y Proyectos que permitirán fortalecer la educación en la ciudad, esto en el contexto de la normativa vigente y los estándares educativos que prevalecen a nivel nacional e internacional.
Además, la construcción del nuevo Plan busca ahondar en un modelo de gestión por procesos, establecer estándares municipales para infraestructura, la creación de programas que apunten a mejorar la calidad y calidez de la oferta educativa, el desempeño profesional y el rendimiento académico, esto con base en la innovación, las buenas prácticas y el uso pertinente de las TICs.
“Lo más importante es lograr un trabajo de equipo, tendiente a conformar la red educativa municipal, que nos permita operar con mayor libertad. Que nos consolidemos a nivel nacional como referente educativo y seamos generadores de propuestas educativas innovadoras”, resaltó Patricio Baquero, funcionario de la Secretaria de Educación.
Igualmente, el funcionario remarcó que los encuentros para llegar a un consenso sobre este nuevo Plan Estratégico de la Educación Municipal para Quito, se está llevando a cabo con base en participación, consenso y compromiso de todos los actores del hacer educativo municipal, a fin de generar procesos de mejoramiento continuo.
El propósito que enfoca a los directivos de la educación en Quito, mira en el horizonte la construcción de capital intelectual institucional y la transferencia de experiencias educativas validadas en el proceso formativo, sentadas sobre la base del Ciclo de la Calidad: Planear, Hacer, Verificar y Actuar.
