Por Jimena Rivera
“La bicicleta ha hecho más por la emancipación de la mujer que cualquier otra cosa en el mundo”: Susan B. Anthony
La bicicleta ha sido, desde su invención, una herramienta poderosa para que las mujeres reconozcan su autonomía, libertad y poder de decisión. Muchos de los movimientos que han logrado avances en la lucha por la igualdad de derechos de las mujeres, vieron en la bicicleta el símbolo perfecto para el logro de sus objetivos. Moverse sin dependencia de los hombres, significó (y sigue haciéndolo) un gran avance. La bicicleta brinda esa y muchas otras posibilidades a quienes se animan a usarla como modo de transporte.
No pretendo, como lo digo constantemente, que todos se suban a la bicicleta, pero lo que sí es importante lograr, es que los que lo elijan, encuentren todas las condiciones para hacerlo de una manera segura y cómoda. Las mujeres también, por supuesto. Un estudio de la Fundación Despacio (2014) señaló que en Bogotá el 25% de los usuarios bici eran mujeres y ojalá ese porcentaje aumente y que podamos tener pronto algunas cifras en ese sentido para Villavicencio y generar hechos que faciliten el uso de la bicicleta por parte de más mujeres.
En Villavicencio ya es habitual verlas pedaleando para ir al trabajo, a la universidad, llevar sus hijos al colegio, ir a las compras, hacer visitas, como herramienta de trabajo y por razones recreativas y deportivas. Ese escenario ciudadano en el que es posible ver a las mujeres apoderarse de las calles, usar las ciclorutas, liderar actividades cívicas, crear emprendimientos alrededor de la bici, hablar en público, proponer acciones que generan cambios positivos en sus entornos, son necesarios y deben alentarse. En esos espacios la tarea por lograr la igualdad sigue viva, porque aún hay personas que no soportan el liderazgo femenino.
¿Qué puedo recomendar a una mujer que planea usar la bici? Deje atrás los prejuicios, infórmese, planee sus rutas, identifique sus debilidades y trabaje para mejorarlas, aprenda mecánica básica, consiga una bicicleta (no importa cuál), use elementos que permitan hacerse visible en las noches como luces y prendas reflectivas, atienda las señales de tráfico, conozca sus derechos (Ley1811 de 2016) y listo: a disfrutar de la movilidad activa, la que aporta, cuida el medio ambiente, la que no consume gasolina, quema calorías, aporta felicidad y hace mujeres valientes. En una sociedad machista, ser mujer y subirse a la bicicleta para moverse por la ciudad, a pesar de los riesgos y de los 200 años que han pasado desde su invención, resulta ser una estrategia poderosa para promover la movilidad sostenible.
Anímense, la bici también es mujer: llena de gracia, poderosa, plena y feliz.
Columna escrita originalmente para la revista Agenda Hoy de Villavicencio, Colombia.