Los pronósticos son pesimistas: si se mantiene la tasa anual de deforestación de 400.000 hectáreas al año, producto de la explotación de maderas, la minería, el aumento de la frontera agrícola, los cultivos ilícitos y la urbanización, Colombia será en el próximo siglo un desierto.
Por: Agencia de Noticias UN.
Investigadores asistentes al conversatorio organizado por la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), pusieron de manifiesto las terribles consecuencias que tiene para el país la pérdida de ecosistemas por cuenta de la deforestación.
El académico Orlando Rangel, integrante del Instituto de Ciencias Naturales (ICN), advirtió que en ciclos de 20 años se consumen 10 millones de hectáreas de ecosistemas en Colombia.
Según el investigador, el país ya ha perdido entre un 35 % y 40 % de sus bosques y ecosistemas, por lo cual el panorama no es nada alentador: por ejemplo, a la ciénaga El Sordo –sur del Cesar– le restan 70 años de vida útil, debido a que, ante una velocidad de sedimentación de 2,97 cm por año, cada vez es más latente la amenaza de quedar totalmente cubierta de barro.
La deforestación, el gran flagelo del país según el profesor Rangel, también se manifiesta en la colmatación (relleno total de una depresión natural o artificial) y desaparición de las ciénagas en tierras bajas como la llanura del Caribe.
Para evitar este tipo de problemas y preservar el recurso natural que sobrevive, el profesor Rangel señala que es urgente incentivar la reforestación, ciclo que demanda, para su utilización, unos 20 años.
Así mismo, se debe elaborar un inventario con técnicas científicas para saber qué existe y a partir de ahí diseñar medidas de protección y recuperación, más aún cuando se avecina un escenario como el del posconflicto, en el cual es necesario repartir tierras a los que la reclaman.
“Tenemos que divulgar ese conocimiento y apropiarnos del hecho de que Colombia es el país más biodiverso del mundo. Esta es la base para nuestro desarrollo, por lo cual es necesario innovar, pero conservando el capital natural”, comenta.
En el país existen 156 tipos de ecosistemas con 700 especies de anfibios, 1.850 de aves, 512 de reptiles, 492 de mamíferos, 24.500 de plantas con flores y 1.200 tipos de vegetación.
Colombia ocupa el primer lugar en diversidad de anfibios y aves, el segundo en variedad de plantas con flores y el tercero en reptiles y mamíferos.
Además, es el país más rico en biodiversidad de páramos, pues cuenta con 3.040 plantas con flores en este ecosistema, de las cuales el 27 % son endémicas.
Para Larry Niño, investigador del ICN, “el principal reto es la organización del territorio mediante la articulación de todos los aspectos políticos, sociales y económicos, con el objetivo de preservar la biodiversidad y generar un espacio sostenible”.
Por su parte, César Marín, del Jardín Botánico de Bogotá, resaltó que “no podemos pensar que el asunto de la biodiversidad solo aplica en lugares remotos y selváticos. Acá en la capital, por ejemplo, tenemos un gran recurso natural que la gente puede conocer y apreciar tan solo tomando un SITP”.