Cómo las ciudades de cualquier tamaño pueden alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones a 2030

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LA Network
31 marzo, 2018 - Ecología Urbana

Un estudio hecho por el Centro McKinsey para Empresas y Medio Ambiente para C40 Cities, identifica las mayores oportunidades para la reducción de emisiones y define un enfoque estratégico para establecer prioridades.

Sistema BiciQuito en la capital ecuatoriana

Las ciudades ahora tienen una comprensión más clara de las acciones que podrían ofrecer las mayores reducciones de emisiones para el año 2030, facilitando así el cumplimiento de los objetivos contemplados  en el Acuerdo de París.

El Grupo de Liderazgo Climático C40 –que reúne a 90 de las principales ciudades del planeta-  y el Centro McKinsey para Empresas y Medio Ambiente acaban de publicar un informe que identifica las mayores oportunidades para la reducción de emisiones y lo que significarán para diferentes tipos de ciudades en todo el mundo.

El informe destaca 12 oportunidades en cuatro áreas de acción que tienen el mayor potencial en la mayoría de las ciudades para frenar las emisiones y poner a las metrópolis en una senda que ayude a limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 ° C.

La investigación se basa en los objetivos de C40 acordados para el año 2020 y que definieron las reducciones de emisiones que las ciudades deben lograr en consonancia con el Acuerdo de París.

El informe recomienda que las ciudades sigan una estrategia de «aceleración enfocada» en oportunidades específicas de reducción de carbono, que generará el mayor progreso en el menor tiempo posible para alcanzar un carbono cero neto para 2050.

El estudio sugiere que, en lugar de trabajar simultáneamente en cientos de acciones potenciales, las ciudades pueden lograr el 90-100% de las reducciones de emisiones requeridas al centrarse en 12 oportunidades en estas cuatro áreas de acción: (1) Descarbonizar la red (expansión masiva y a gran escala de generación de energía renovable); (2) Optimizar la eficiencia energética en los edificios; (3) Desarrollar una movilidad de próxima generación; y (4) Mejorar el manejo de desechos y residuos sólidos.

Metrocable en la ciudad de La Paz, Bolivia.

Como ninguna solución puede aplicarse a todas las urbes del mundo de la misma manera, el informe también incluye ejemplos de mapas de ruta para seis tipos de ciudades ilustrativas.

Por ejemplo, ciudades grandes de bajos ingresos como Mumbai o Yakarta podrían centrarse en mejorar la infraestructura de tránsito masivo, peatonal y ciclista, mientras que una ciudad más densa y de altos ingresos con buena infraestructura de transporte público existente como Copenhague podría centrarse más en permitir la adopción de servicios compartidos y conectados, más vehículos eléctricos.

Una ciudad de rápido crecimiento, como Nairobi, podría enfocarse en impulsar estándares de eficiencia ultra elevada en edificios nuevos, mientras que una ciudad de crecimiento lento como Nueva York, con muchos edificios más antiguos, podría centrarse más en modernizaciones de alta eficiencia para  sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado en edificios existentes.

Una urbe semidensa como Ciudad de México podría colaborar con sus proveedores de servicios públicos para habilitar la energía solar en las azoteas de edificios privados  y de comunidades porque tiene la tierra y las condiciones de techos apropiados; mientras que una ciudad con apoyo estatal y nacional para la expansión de energías renovables a gran escala como Beijing, podría centrarse en lograr una combinación equilibrada de energías renovables centralizadas en la red, incluida la energía solar, eólica e hidráulica.

El informe establece alternativas para seis tipos de ciudades, lo que les permite a estas identificar su tipología y las posibles vías para sus propios planes de acción.

Monumento Día de la Independencia en Salvador.

«La tarea es formidable, pero con la aceleración enfocada, las ciudades tienen una oportunidad real de reducir drásticamente sus emisiones para el 2030», dijo Stefan Knupfer, Socio Principal de McKinsey & Company, quien lidera la Práctica de Sustentabilidad de la firma y su Iniciativa de Movilidad Global.

«Centrarse en las oportunidades de mayor impacto también ayudará a las ciudades a desarrollar el conjunto de habilidades y la experiencia para lograr las reducciones necesarias para alcanzar un futuro sin emisiones de carbono para el año 2050», añadió.

«La investigación de C40 de Deadline 2020 mostró que para el 2030 las ciudades C40 deben haber logrado reducciones significativas de contaminación, reduciendo las emisiones promedio por persona en dos tercios», dijo Mark Watts, Director Ejecutivo de C40. «Este informe proporcionará información valiosa para los alcaldes a medida que deciden dónde enfocar sus esfuerzos y recursos para cumplir con estos objetivos y ofrecer un futuro próspero y con bajas emisiones de carbono para sus ciudadanos», agregó.

La inversión requerida para alcanzar los objetivos de emisiones de 2030 es significativa: aproximadamente entre 50 y 200 dólares por tonelada métrica de carbono. Sin embargo, todas las oportunidades presentadas en el informe proporcionan un retorno positivo de la inversión a mediano y largo plazo, ya sea a través del flujo de efectivo directo para los inversores (por ejemplo, en el caso de las renovables y las mejoras de eficiencia) o impulsos más amplios a la actividad económica en la ciudad (por ejemplo, desarrollo orientado al tránsito). Para muchas oportunidades, las inversiones iniciales se devuelven dentro de cinco a diez años.