Alma en movimiento: por ciudades más sensibles e incluyentes gracias a la danza

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Marcela Agudelo
28 noviembre, 2017

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Un solo lenguaje: la danza. No importa su acento, de dónde proceden, si de la costa, de Bogotá o Medellín; si su talento se formó en una prestigiosa academia privada, es producto de una beca de una alcaldía o es la pasión de un autodidacta.

El programa de formación en danza ‘Alma en movimiento´ de Bancolombia y el Teatro Mayor Julio Mario Santodomingo, es un integrador de la sociedad a través de las convocatorias para que jóvenes bailarines de cualquier parte y contexto del país, ingresen a sus ciclos anuales y demuestren con sacrificio y disciplina hasta dónde llegan sus sueños por la danza.

“El programa responde a la necesidad de danza en el país, lleva tres años y el potencial de a dónde puede llegar es grandísimo. Es pionero en la estructura académica y de proyección profesional de los bailarines en Colombia y por estar en el Teatro Mayor las expectativas son bastante grandes”, resume Luz Helena Cano, Gestora de Responsabilidad Social del Programa y que hace parte del Área de Patrocinio, Mecenazgo y Responsabilidad Social del Teatro.

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‘Alma en movimiento’ nació hace cuatro años tras la iniciativa de parte del Distrito de apoyar la danza en Bogotá y el país y en el que participó el teatro Jorge Eliécer Gaitán que le correspondió la formación en danza contemporánea y al Julio Mario, la de danza clásica. Ello junto al deseo de formar públicos para la danza.

“La asociación fue inmediata y se estructuró en 2014.  En 2015 se inicia el programa de formación y la idea con respaldo de alto nivel.  Se llama a coreógrafos internacionales de danza clásica y contemporánea: el plus es tener exposición internacional a través de las compañías que vienen al Teatro”, explica Angélica María Bueno Yañez, Gerente de Innovación Social del Teatro.

Así las cosas la fórmula de un sueño estaba lista para atraer a los mejores bailarines de Colombia para que demostrarán su talento y a través del objetivo de profesionalizarse, forjar esas otras experiencias que construyen la personalidad: vivir solos en Bogotá; manejar el apoyo económico mensual que les entrega el programa; duras jornadas diarias de siete y ocho horas de práctica con los mejores y más exigentes maestros nacionales e internacionales; llevar sus cuerpos hasta el límite de su pasión; vivir por y para la danza.

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‘Alma en movimiento’ tiene en su modelo educativo, un esquema único en el país por la exposición que tienen los bailarines al contexto internacional, explica Luz Helena Cano, magíster en Educación de las Artes. El programa, que funciona como una beca, les da a los bailarines la posibilidad de integrarse a los ensayos de las compañías internacionales que visitan el teatro.

También acceden con esas compañías a talleres individuales en los que “aprenden nuevos lenguajes de la danza, nuevas ideas del cuerpo, reconocer otros movimientos y del ambiente profesional”, agrega Cano.

El maestro Jaime Díaz y  la maestra rusa Nedejda Podtchikova, codirectores Artísticos del Ballet; la maestra Pilar Hernández en Danza Contemporánea y Yeison Fúquene en acondicionamiento físico; integran el grupo de artistas que esculpe el talento de los chicos de ‘Alma en movimiento’ que, como explican Angélica María Bueno y Luz Helena Cano, serán en un futuro los formadores de una nueva generación de bailarines.

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Y precisamente de estas valiosas herramientas surgen historias como las de Juan Sebastián Hoyos y Fauna Lopera, dos jovencitos procedentes de barrios de la Comuna 13 de Medellín que, por caminos distintos, ella por medio de la postulación a una beca y él por su trabajo en un Curso Internacional de Ballet que se dictó en la capital antioqueña; llegaron ambos al Ballet de Montreal.  Actualmente muestran todo el talento y el bagaje sumado durante su permanencia en ‘Alma en movimiento’.

“Somos una plataforma de profesionalización, de acompañamiento y  proyección en lo que ellos quieren. Ellos empezaron el ciclo y los maestros les sacaron lo mejor, la actitud y ellos empezaron a entregar todo, ellos son ejemplo de disciplina, de la rigurosidad que exige la danza, la decisión y sí se puede”, destacó Bueno Yañez.

Esos chicos que sentirán cómo dentro de su cuerpo un alma danzante quiere salirse al leer el texto que convoca sus sueños y los de un país que necesita más arte, más danza para una mejor sociedad: “Buscamos bailarines formados en ballet clásico de 16 a 24 años de edad, interesados en una carrera como artistas profesionales. Los candidatos deberán demostrar el dominio de la técnica del ballet a través de una audición”. Y el sueño comienza.

“No solo es la vida de los bailarines y de formarse en danza, se forman como profesionales y humanos, pero la danza es el pilar y su objetivo”, expresa Luz Helena Cano.

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Sevilla (España): Sevilla fue nombrada por la UNESCO como la primera ciudad creativa de la música en 2006. Su festival de música más importante es la Bienal de Flamenco, género que fue reconocido Patrimonio Cultural Inmaterial en 2010. Sevilla también es famosa porque es un lugar de inspiración de muchos mitos y personajes de la ópera (Fígaro, Carmen, Don Giovanni), por lo que la música es el centro de la vida de los ciudadanos.

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Kingston (Jamaica): Esta ciudad es reconocida oficialmente como capital mundial del Reggae, el estilo musical que Bob Marley llevó a todos los rincones del planeta. A partir de este género musical, la ciudad ha desarrollado una industria cultural que igualmente es clave para el desarrollo turístico y económico.

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