La popularidad del entonces candidato Trump aumentó drásticamente en condados y ciudades a raíz de sus incendiarias declaraciones sobre los inmigrantes mexicanos, según una nueva investigación
Donald Trump anunció su candidatura presidencial en junio de 2015 con una promesa audaz y de doble filo: que construiría un «gran muro» en la frontera que separa a Estados Unidos y México, y que haría que ese país latinoamericano lo pagara.
Esa declaración polarizante y que se repitió hasta la saciedad por los comentaristas de ambos lados del espectro político del país, rápidamente se convirtió en uno de los sellos distintivos de la campaña presidencial del empresario.
De acuerdo con tres politólogos de la Universidad de California en Riverside, los comentarios de Trump también galvanizaron su base de votantes en las etapas iniciales de su campaña, particularmente en áreas que habían experimentado un considerable crecimiento de la población latina en años recientes.
«El apoyo a Trump al principio de la campaña provenía de áreas donde los ciudadanos habían vivido experiencias de crecimiento de la población latina, sugiriendo que el ascenso político de Trump representa una reacción entre los estadounidenses amenazados por la expansión de la población latina en sus propias comunidades», afirman los investigadores Benjamin Newman, profesor asociado de Políticas Públicas y Ciencias Políticas; Loren Collingwood, profesor asistente de Ciencias Políticas; y Sono Shah, candidato a Ph.D. en Ciencias Políticas.
Los hallazgos de este grupo de investigadores, publicados recientemente en la revista Public Opinion Quarterly, demuestran que el uso de lenguaje incendiario de Trump, incluida su promesa de construir un «gran muro» y comentarios adicionales que describen a los inmigrantes mexicanos como «criminales» y «violadores» sirvieron para activar el apoyo latente a su candidatura entre los votantes republicanos en áreas como el condado de Riverside; el condado de Broward, Florida; y el condado de Jerome, Idaho.
Los investigadores compararon los resultados de cuatro encuestas geocodificadas realizadas por el Instituto de Opinión de la Universidad de Monmouth, con sede en Nueva Jersey: una en marzo de 2015; una a principios de junio de 2015, antes del anuncio de campaña de Trump y las declaraciones incendiarias que se burlan de los latinos; una a principios de julio de 2015, aproximadamente un mes después del anuncio y las declaraciones; y otra más, casi un mes después, a principios de agosto.
Las evaluaciones, cada una de una muestra aleatoria nacional, midieron las impresiones favorables o desfavorables de los encuestados hacia varios candidatos que debían competir en las elecciones presidenciales de 2016, incluido Trump.
Newman, Collingwood y Shah fusionaron los resultados de estas encuestas con los datos del Censo Decenal 2000 y la Encuesta de Comunidades 2010-2014, que les permitió medir los aumentos en las poblaciones latinas de los condados entre los mismos años.
Tras los comentarios terribles de Trump sobre «violadores» y «el muro», realizados en junio de 2015, los investigadores observaron un aumento estadísticamente significativo en el apoyo a su candidatura presidencial entre personas que se identificaban como republicanos y vivían en áreas que experimentaban un marcado crecimiento de la población latina.
«Residir en un área de alto crecimiento latino fue predictivo del apoyo posterior para Trump «, dedujeron, «pero no antes de su expresión de comentarios incendiarios y belicosos sobre los inmigrantes mexicanos», lo que evidencia que el lenguaje de odio es efectivo.
Tales hallazgos sugieren que el avivamiento de Trump de los temores relacionados con la inmigración le sirvió para garantizar el apoyo entre su base naciente de votantes. Investigaciones futuras, dijeron los profesores, podrían indagar si estos hallazgos también se aplican a los árabes estadounidenses y los inmigrantes musulmanes, dos grupos adicionales a los que se dirigió la retórica de la campaña de Trump en el período previo a su elección.