La inversión mensual en los arreglos, que sale de los impuestos del ciudadano, es cercana a los 252 mil dólares, con lo que el sistema podría comprar un nuevo bus articulado cada mes.
Datos revelados por la Alcaldía de Bogotá detallaron cómo arreglar un daño considerado ‘normal’, es decir, ocasionado por el mal uso por parte de los usuarios del sistema de transporte masivo Transmilenio, puede costar entre 1 y 8 millones de pesos, dinero que sale del bolsillo de todos los ciudadanos, quienes, a través de impuestos, deben acarrear con la falta de conciencia en el cuidado de los recursos públicos.
La Alcaldía, detalló que reparar cada puerta averiada en el Transmilenio puede costar entre 500 mil y 20 millones de pesos dependiendo del daño, por lo que reponer un solo vidrio cuesta 500 mil pesos y cada puerta tiene entre dos y cuatro, hecho que lleva a que el Distrito gaste aproximadamente 24 millones de pesos diarios en la reparación de 1.150 puertas con las que cuentan los vehículos del sistema.
“Es importante saber que cada vez que ponen el pie para que la puerta no se cierre o la abren con mucha fuerza, contribuyen a que todos los ciudadanos tengan que pagar más dinero para su mantenimiento, mejoramiento estético y reparación”, detalló el Gobierno de la capital colombiana.
De acuerdo con las cifras que manejan en Bogotá en su inventario de daños, los costos por componente de cada puerta averiada varían según sea el caso, como poner un motor nuevo que cuesta cinco millones de pesos; o cambiar una correa de tracción por valor de 800 mil pesos. También el reemplazo de una tarjeta eléctrica que vale de 2 a 5 millones o modificar una unidad de recepción de frecuencia por valor de un millón de pesos. Además de cambiar poleas dañadas que cada una cuesta 500 mil pesos y cada puerta tiene 4 poleas. Y modificar un juego de carros deslizantes, acción que vale alrededor de un millón 800 mil pesos y cada vidrio tiene dos carros.
Así, la inversión mensual en Bogotá en las reparaciones de puertas del Transmilenio por mal manejo de los usuarios, asciende a los 720 millones de pesos, unos 252 mil dólares, dinero con el cual la Alcaldía de la capital colombiana podría acceder a casi 290 mil refrigerios, con los que se alimentaria diariamente al 30 por ciento de los 780 mil estudiantes que tiene Bogotá en sus instituciones públicas.
