El investigador de University College London reflexiona en el III Foro de Intervenciones Urbanas en Lima (Perú), sobre la necesidad de establecer una conversación con nuestro entorno para experimentar lo que es vivir en bienestar.
Mirelis Morales Tovar
(Lima, Perú)
Vamos siempre de prisa. Sumergidos en nuestros teléfonos. Encerrados en los autos. Aislados en la música. Y no escuchamos. No escuchamos lo que la ciudad nos quiere decir y eso nos lleva a vivir en un estado de desconexión con nuestro entorno, que se traduce en menor la calidad de vida. Tal comportamiento ha llamado la atención de Nick Tyler, investigador de University College London, quien asistió al III Foro de Intervenciones Urbanas en Lima (Perú) para reflexionar sobre la necesidad de retomar la conversación, para lograr ciudades más humanas.
“La ciudad nos está diciendo a gritos: tómate más tiempo, aprópiate de los lugares y crea espacios más humanos. La ciudad lo repite a diario: yo quiero hablar, pero ustedes siempre están corriendo”. Tyler, especialista en estudios sobre ingeniería de transporte y a quien se le reconoce sus aportes en movilidad a las personas con discapacidad, asegura en diálogo con LA Network que para contrarrestar la vorágine de los tiempos modernos, las personas pueden hacer dos grandes cambios en su dinámica: bajar la velocidad al caminar y pensar cada vez más en agruparse.
Asegura que al disminuir el paso encontraremos a la ciudad más en sintonía con el ritmo de nuestro cuerpo. Lo que abre el camino hacia la conexión con el entorno y nos sensibiliza aún más con el ambiente. En consecuencia, empezamos a escuchar, a observar, a admirar, a encontrarnos. Dejamos de transitar por las ciudades como autómatas. “Si la conversación con la ciudad funciona, la persona se sentirá cómoda y en paz”, acota.
Lo siguiente sería actuar acorde con nuestra naturaleza social y promover encuentros en el espacio público. “Una cosa que la gente puede hacer para mejorar su calidad de vida en las ciudades es promover actividades sociales. No en bares o en las casas. Sino al aire libre. Una cosa muy fácil: tomar un café. Esta actividad, que podría no tener significancia más que para mejorar la amistad, tiene un impacto que favorece mucho a la sociedad y a la ciudad”.
Tyler explica que las ciudades que no fomentan esa socialización, tienen tendencia a generar ambientes tóxicos y agresivos. “El auto, por ejemplo, da un sentido de protección a los conductores. Ellos pueden tocar la corneta, ser agresivos, porque están protegidos por su caja de acero. Para lograr una ciudad civilizada tenemos que eliminar ese símbolo de aislación y promover más la conversación entre conductores y peatones”.
En su opinión, el reto está en poner el diseño de las ciudades en función de alentar la socialidad. “Los arquitectos y los ingenieros deben dejar de poner todos sus esfuerzos en crear edificios icónicos y pensar más en las personas que están viviendo alrededor de esos edificios. Cuando comencemos a pensar más en las personas y en los grupos sociales y menos en las ciudades, empezamos a ver un cambio”.
Al poner el foco en las personas, lo siguiente sería verificar las condiciones de espacio, acústica y de iluminación para fomentar espacios de intercambio. “Las conversaciones reducen el estrés en las personas, porque nos sentimos en nuestro ambiente natural. Las ciudades en su forma moderna promueven lo opuesto. No están hechas a escala humana. Hablamos de edificios de 50 pisos, sin ventanas, lo que anula la posibilidad de alguna conversación”, afirma.
Tyler se confiesa un optimista exacerbado. Sin embargo, reconoce que en tiempos en los que las pantallas dominan la vida de la ciudad resulta un reto promover la socialización. “Las redes sociales son lo más antisocial que hay. Lo que se produce es un encuentro con la máquina, no con la persona. Cuando estamos conversando emitimos señales entre nosotros, que le dan sentido a esas conversaciones entre humanos. Estos medios no promueven las verdaderas conversaciones”.
Por tanto, sugiere aprovechar las redes sociales para organizar encuentros o reuniones sociales en ambientes off line. “Si utilizamos los avances de la tecnología para ir en ese sentido, tendremos en un futuro ciudades más agradable”.