Aldo González, cofundador de la Liga Peatonal de México, expuso en Walk21 en Bogotá que la agenda de movilidad que trabajan esta clase de organizaciones debe incorporar otras agendas como resiliencia, equidad, inclusión, entre otras, para ampliar su impacto y sus resultados.
La Liga Peatonal de México se ha consolidado en muy poco tiempo en una referencia obligada al hablar de activismo en favor del peatón en América Latina. Su trabajo en las ciudades de ese país ha inspirado a muchas otras organizaciones a lo largo y ancho de la región en el propósito de construir territorios urbanos a escala humana.
Aldo González es uno de sus cofundadores y fue invitado justamente a participar en el panel “Participación ciudadana: acciones colectivas para ciudades más caminables” en Walk21 Bogotá para narrar la experiencia de la Liga y su visión sobre hacia dónde debe ir esta participación y cómo ella puede generar políticas públicas en favor de los peatones.
En entrevista con LA Network, González compartió algunas de las experiencias y retos que tienen como organización, sobre todo en el objetivo de lograr un mayor impacto y que más ciudadanos comprendan por qué es necesario defender el Derecho a la Ciudad, a los espacios caminables, seguros y accesibles para todos.
¿Cuándo nació Liga Peatonal?
La Liga Peatonal se fundó en 2014 y se consolidó como asociación civil en 2016, y ya tenemos alrededor de unos cinco años trabajando en conjunto. La Red Latinoamericana –de la que hacemos parte- comenzó a articularse en el contexto del Tercer Congreso Nacional de Peatones en México (en 2016) y continuamos todavía articulando esta red, que es de suma importancia para toda la región.
¿Cuáles han sido sus principales logros como organización durante estos cinco años en México?
Fundamentalmente me parece que la continuidad. Este es un país con una problemática que aqueja inclusive a otros como Colombia, a las organizaciones de la sociedad civil, por lo que se mantengan en el tiempo ya es un avance en sí mismo. Pero, el fin último no es que nos mantengamos y que estrechemos relaciones con otras organizaciones, sino que se puedan ejercer transformaciones no solo en las políticas públicas sino en los espacios públicos, entonces, en ese sentido yo creo que hemos avanzado muchísimo en posicionar la agenda pública en México, la importancia de los derechos del peatón en una vinculación con otras agendas que tienen que ver con género, con infancia y con adultos mayores. Ahora, creo que hace falta todavía mucho más, hace falta aterrizar esta agenda que se ha conseguido posicionar y comenzar a generar transformaciones que vayan encaminadas hacia una sociedad más inclusiva en el espacio público.
¿Cómo lograr sumar más gente a la causa y a su apoyo y que no se quede siempre en las mismas personas asistiendo a estos eventos como si fuera una cofradía de activistas expertos?
Sí, bueno, entendemos que es un problema estructural que tiene que ver con la especialización de las disciplinas que tenemos, pero que creo que ahora en el contexto académico, en el que más se impulsan proyectos, rebasan las disciplinas en las que nos formamos y pues sentimos que estaremos avanzando en los siguientes años hacia eso. Ahora, lo que yo les recomendaría a las organizaciones de la sociedad civil en Latinoamérica, en general, es que dejemos de seguir solo entre convencidos y que comencemos a estrechar vínculos de colaboración que sean sumamente importantes con otras organizaciones, para salir en nuestro caso de la agenda de movilidad e incorporar agendas de resiliencia, de equidad, de crecimiento. Yo creo que eso son los temas más relevantes y que tenemos que vincular con la caminabilidad, porque claro que tienen una relación directa.
¿En el tema del espacio público, por qué el empoderamiento ciudadano es fundamental para ejercer el Derecho a la Ciudad?
Evidentemente las organizaciones de la sociedad civil juegan un rol fundamental para ejercer ese Derecho a la Ciudad. No se trata de que nosotros impulsemos y generemos directamente estas transformaciones, sino articular una participación ciudadana nutrida, especialmente a las y los agentes más vulnerables de la sociedad, y que tienen que ver con personas adultas mayores, con niños, con mujeres, con personas con discapacidad, y en ese sentido consideramos que la Liga Peatonal intenta hacer este vínculo en el contexto mexicano, y además estamos articulados con otras organizaciones como son la Red Latinoamericana de Ciudades Caminables, con la que estamos comenzando a generar unos vínculos bastante interesantes con Colombia, Ecuador, Brasil, Argentina y con los que nos interesa posicionar una idea de cómo deberían ser los espacios públicos en esta región. Ya estamos cansados de importar modelos europeos, estadounidenses… consideramos que hay mucho de lo que sucede en las ciudades latinoamericanas que debe ser valorado, explotado y claro que, sí se puede reflexionar. Tampoco se trata de autocomplacencias y decir que todo está bien, somos conscientes de que hay muchos problemas, pero es necesario reconocer que las particularidades que tenemos en materia de déficit de espacio público y políticas de caminabilidad deben ser atacadas con recetas hechas a la medida de nuestras necesidades y cultura.
La comunicación de este discurso es clave para convencer y sumar a más ciudadanos. ¿Cómo hacerlo mejor?
Nosotros con la experiencia que hemos tenido y que consideramos medianamente exitosa, consideramos que tiene que ser a través de las redes sociales y de comunicaciones adaptadas al contexto socio-cultural que nos ha tocado experimentar, en el que cada vez se comparte más y más información de forma más gráfica. Creo que nos corresponde adaptarnos a los tiempos que nos ha tocado y que las organizaciones deberían explorar esta rama de cómo generar infografías, imágenes atractivas para compartir, que no solo sean graciosas, sino que tengan un contenido relevante sobre la transformación en los imaginarios sobre lo que debe pasar en el espacio público.
Actualmente usted está trabajando como consultor urbanista en ONU Habitat México. ¿En qué lo beneficia todo el trabajo que ha hecho como activista en el rol que cumple hoy?
Sí, es súper interesante porque la mayor parte de mi ejercicio profesional y de activista ha estado relacionado con la pequeña escala: cómo transformamos una calle, cómo transformamos una banqueta; entender que existen unos Objetivos de Desarrollo Sostenible, una Nueva Agenda Urbana, la importancia de entender la escala metropolitana porque tenemos que estar elevando cada vez más el análisis que no se termine en una calle, que no se termine en un entorno escolar sino tener una visión de cómo es que terminaremos impactando a unas sociedades y su conjunto, en ese sentido yo creo que tenemos que generar mucha más investigación, mucha más evidencia de cómo es que las políticas públicas no deben centrarse en entornos acotados, porque esto termina generando inclusive estos fenómenos que comentábamos de gentrificación, en lo que cuando hacemos la transformación de un barrio específico, lo que terminamos haciendo muchas veces es expulsando a la población que vive; sin embargo, si haces una política pública en la que destinas recursos a las redes peatonales, que no sean exclusivas para el peatón, que puedan ser banquetas accesibles, iluminadas, etc., es una manera un poco menos visible pero mucho más socialmente aceptable de hacer una intervención hacia la comunidad peatonal.