La semana pasada, al hablar ante los mayores desarrolladores inmobiliarios del país, Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México, dejó muy claro que en lo que compete a este sector sus prioridades eran acabar con las malas prácticas, los abusos, la corrupción y la especulación con el suelo urbano, y volver a generar vivienda social en la entidad.
Hay que decir que el tema del combate a la corrupción ya lleva tiempo siendo también prioridad para los empresarios del sector, lo que motivó que Enrique Téllez Kuenzler, presidente entrante de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI), destacara al hablar ante la jefa de gobierno capitalino, que por primera vez la ADI había desafiliado a un socio por faltar a su Código de Ética.
Sheinbaum y Téllez compartieron espacio en Expo Desarrollo Inmobiliario, The Real Estate Show 2019, foro que fue organizado por la ADI, y que es sin duda el evento inmobiliario más importante de América Latina.
El evento careció del optimismo de años anteriores, con un sector en desaceleración y un entorno en que, particularmente en la capital del país, abundan los proyectos clausurados o puestos en pausa por los inversionistas.
Es tan evidente la desaceleración del sector, que es difícil suponer que este sexenio los 81 socios de la ADI podrán alcanzar los 36 000 millones de dólares de inversión del sexenio anterior, lo que inevitablemente habrá de restar algunos puntitos al PIB (Producto Interno Bruto) nacional.
Teniendo también como invitado a Román Meyer Falcón, titular de la Sedatu (Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano), el presidente de la ADI refrendó el compromiso de los empresarios del sector por seguir invirtiendo en México, generando proyectos que incidan positivamente en calidades de vida, desarrollo económico y el fortalecimiento de sus ciudades.
En lo que respecta a los retos de la jefa de gobierno, habría que decir que sí existe una pomadita mágica para atender los temas que le preocupan; corrupción, encarecimiento del suelo y falta de vivienda social…
Y de hecho es hasta simple… Bastaría con acelerar la actualización de los instrumentos de planeación y regulación urbana, y acompañar esto con inversiones en infraestructura que permitan multiplicar la oferta de suelo apto para desarrollo habitacional.
Bastaría con simplificar las reglas y hacerlas tan transparentes que sea imposible violarlas y con crear instancias adecuadas, oportunas y eficientes de supervisión.
Para Sheinbaum la buena noticia es que está en sus manos la posibilidad de conducir la transformación urbana de modo tal que no haya espacio para la corrupción y se multipliquen las posibilidades de atender la demanda de vivienda y cualquier otro tipo de inmueble.
Se trata, a fin de cuentas, de tener claridad en el objetivo y. sobre todo, tener la capacidad de traducirlo en instrumentos de planeación, regulación e inversión en temas de desarrollo urbano.