La disrupción del transporte urbano: su uso personalizado

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Carlos Moreno
23 octubre, 2016 - Movilidad

La «International Conference on Demand Responsive Transportation» organizada por el “Transportation Research Board” de la Academia Americana de Ciencias acaba de tener lugar en los EE.UU. En enero, bajo el lema “Liderando el camino en una era de cambio rápido”, se llevará a cabo en Washington la 96ª Conferencia de este grupo de trabajo, una referencia mundial en el transporte, con 5.000 presentaciones en 750 sesiones y 100 talleres.

En el momento en que Ciudades y Gobiernos Locales de todo el mundo se reunieron en Quito para la Conferencia de la ONU Hábitat III, con el fin de evocar la “Nueva Agenda Urbana”, entre las áreas a ser consideradas en relación con nuestra vida urbana, el transporte o incluso mejor, la movilidad, por su naturaleza transversal, sistémica y estructural, es una de las piedras angulares de la forma en que vivimos hoy en día, y vivirá en las próximas décadas en nuestros espacios urbanos.

Al mismo tiempo, hay urgencia porque nuestras ciudades están asfixiadas en todos los sentidos del término, por el caos de tráfico en muchos lugares del planeta, así como por los problemas de la contaminación, y también por la dificultad para cambiar la visión individualista del confort del propio coche y la oferta de servicios públicos.

El crecimiento acelerado e irreversible de nuestras ciudades, en combinación con el patrimonio de la ciudad sectorizada en sus funciones y la necesidad de una verdadera calidad de vida, resiliente e inclusiva, requiere de nuevas rupturas.

En Francia, se han hecho dos anuncios al mismo tiempo: Navya, start up pionera a nivel mundial en el servicio de transporte colectivo autónomo, se ha elevado de 30 millones de € y la octogenaria empresa pública SNCF acaba de invertir en una startup de VTC, Allo Cab.

Más allá del debate con o sin conductor, de la uberización y del papel de las plataformas con sus nuevos modelos, las próximas décadas nos retan a cambiar el paradigma de la movilidad, visto como una sucesión de transportes a realizar por cada uno.

Además de la visión de la Ciudad del Cuarto de Hora, centrada en nuestras necesidades minimizando los desplazamientos urbanos, la convergencia de transporte a la demanda con la necesidad individual, la optimización de las plataformas tecnológicas, lo digital, la inteligencia artificial y lo ubicuitario, traerán la revolución del transporte urbano para uso personal, que podría presagiar lo que podría llamarse Transporte «Porte-à-Porte».

Ya sea con o sin conductor, por medios públicos como el metro, tranvía, autobús, tren de ruta predefinida, como por vía colectiva adaptativa en tiempo real por autobús, mini Bus, taxi colectivo, coches compartidos o entonces por puesta en común de medios individuales de movilidad (coche, bicicleta, motocicleta) o compartir un camino común pédibus, VéliBus, el problema real y el verdadero reto es satisfacer al usuario, ofrecer una movilidad integral de un punto al otro que tenga en cuenta el bien común, la optimización del espacio público y la calidad del aire para sus propias necesidades.

Cortesía de Carlos Moreno. Texto original escrito en francés para el Diario La Tribune. En español, para el portal I-Ambiente con traduccion de Susana Cegarra (@SusanaCegarra).