La biodiversidad se conforma no solo por las especies, sino que cada una de ellas cuenta con un bagaje de información genética única.
La Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Argentina aprobó una resolución que regula el acceso a los recursos genéticos derivados de la biodiversidad, conforme con lo establecido por el Protocolo de Nagoya.
De esta forma, Argentina se suma a la lista de los primeros países que establecen un marco normativo claro y transparente para posibilitar el desarrollo de la industria del conocimiento basada en la valorización de la biodiversidad.
El Protocolo de Nagoya regula la participación justa y equitativa a los países y comunidades de donde provienen los recursos mencionados, de los beneficios derivados de su utilización. Igualmente, proporciona una base sólida y uniforme para dar mayor certeza y seguridad jurídica tanto para los proveedores como para los usuarios de recursos genéticos.
En las últimas décadas, a partir del avance de la biotecnología, se han identificado genes y compuestos que funcionan como principios activos para el tratamiento de diferentes enfermedades.
Se estima que un 16 % de los fármacos registrados a partir de 1981 en el mundo utilizan para su fabricación organismos vivos, células animales o vegetales, bacterias, virus o levaduras. Es importante considerar también que en 2018 el 25 % de los medicamentos de venta bajo receta derivados de la biotecnología fue equivalente a 224 mil millones de dólares.