Los pueblos autóctonos de América Latina son tres veces más proclives a padecer ese flagelo que otros grupos de población.
Un documento publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre la Aplicación del Convenio sobre pueblos indígenas y tribales 169, afirma que los datos de nueve países latinoamericanos indican que los pueblos indígenas comprenden a cerca del 30 % de las personas que viven en pobreza extrema, cuando el promedio mundial de poblaciones indígenas en esa situación es de 19 %.
El estudio señala también que, en la región, la pobreza extrema está asociada al género y a la población originaria y que, como resultado, el 7 % de las mujeres indígenas vive con menos de 1,90 dólares diarios. De acuerdo con la OIT, las mujeres indígenas dependen desproporcionadamente de un empleo informal y que más del 85 % de ellas solo consigue trabajo en la economía informal.
Además, el estudio subraya que en la actualidad la subsistencia y actividades económicas de muchos pueblos indígenas se han transformado y que alrededor del 45 % de los trabajadores indígenas están fuera del sector agrícola. Asimismo, en comparación con el 66 % de los pueblos no indígenas, más del 86 % de los pueblos originarios trabaja en la economía informal, lo cual suele asociarse con malas condiciones y falta de protección social.
Igualmente, el informe sostiene que uno de los principales problemas de los pueblos indígenas es la desigualdad que enfrentan en materia de educación, con casi el 32 % de los adultos que trabajan sin ningún tipo de estudios, un número que contrasta con el 13 % de adultos no indígenas que no tienen formación alguna.
En América Latina y el Caribe los pueblos originarios constituyen más del 8,5 % de la población, la proporción más elevada de todas las regiones del mundo, pero también son los que tienen a la mayor proporción de personas en situación de pobreza extrema.
