En un trabajo conjunto entre expertos de las universidades de Lausana (Suiza) y London School of Economics (Reino Unido), se estableció la relación que señalan, explica el fenómeno.
‘El papel de la etnia y la democracia para la urbanización’, trabajo de investigación adelantado por investigadores de las universidades de Lausana (Suiza) y la London School of Economics (Reino Unido), reveló que en las provincias o estados de los 170 países analizados donde hay una mayor diversidad de grupos étnicos, está situación frena el desarrollo de la ciudad capital más cercana y evita que estas poblaciones se incorporen al contexto urbano con sus aportes socioeconómicos y culturales.
“La urbanización es un importante impulsor del desarrollo económico. Las fuerzas de aglomeración que hacen que las ciudades sean productivas y las fuerzas de dispersión que limitan su crecimiento se han estudiado ampliamente, pero el efecto de la diversidad etnolingüística se ha pasado por alto en gran medida. Este trabajo demuestra que las regiones más diversas tienden a experimentar más tensiones sociales y conflictos, menos urbanización, menos concentración urbana y, por lo tanto, potencialmente menos crecimiento económico”, indicó el economista Ulrich Eberle, quien junto a sus colegas Dominic Rohner, Kurt Schmidheiny y el geógrafo Vernon Henderson, realizaron un trabajo comparativo entre información del año 1975 y la de 2015.
El proceso tuvo como primer insumo un mapa mundial de 1975 sobre diversidad de poblaciones lingüísticas diversas en 3.540 provincias, departamentos o estados de 170 países en ese entonces. A este sumaron información satelital proveniente de la Unión Europea (UE) y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con la que pudieron determinar las áreas de asentamientos, sus áreas adyacentes y la población.
Para los investigadores, esta multiplicidad de culturas, lenguas, costumbres, puede convertirse en polvorín que estimula los conflictos entre grupos, generando la separación entre ellos, evitando que se incorporen a las ciudades capitales cuando viven en las periferias o el campo cercano o que salgan de estas urbes hacia zonas rurales, llevándose con ellos las posibles contribuciones al desarrollo de las urbes más grandes en esas provincias.
“Esto es lo que sucedió en Belfast (Irlanda del Norte) durante los peores episodios de violencia, lo que condujo a una caída sustancial en los precios de la vivienda”, explicó Uberle.
El Ph.D. en Economía de la Universidad de Lausana recordó la larga lista de disturbios raciales que se han registrado en la historia urbana de Estados Unidos desde el siglo XIX, destacando las de Baltimore en 2015. “En muchos de estos ejemplos, las protestas fueron provocadas por la brutalidad policial y las quejas por un sistema judicial parcial y la discriminación contra uno o más grupos”.
Respecto a las tensiones sociales, los investigadores concluyeron que tienen un efecto cuantitativo -comparando una provincia con diversidad 0 frente a una con nivel 1- del 11 % de menor en la participación de la población urbana, haciendo que las ciudades principales de este tipo de provincias sean más pequeñas. Incluso en el caso de la India, la investigación señaló que las provincias con un 3 % de mayor diversidad étnica, tiene un 6 % de mayor incidencia de conflictos y en general un 1 % con ciudades capitales más pequeñas, un porcentaje que, aunque parezca menor, para los estudiosos representa evidencia del fenómeno.
Sin embargo, esta situación de la diversidad etnolingüística afectando el desarrollo urbano, no solo se produce en un contexto de enfrentamientos y crisis entre los grupos. Para los académicos, inclusive en un contexto de paz pueden registrarse dinámicas que afectan el desarrollo urbano.
“La diversidad también puede disuadir el crecimiento urbano sin enfrentamientos violentos, como en ciudades estadounidenses de la posguerra como Cleveland, Detroit, Kansas City y Oakland, donde los blancos abandonaron las ciudades centrales después de la afluencia de negros del sur rural”, argumentó Uberle quien agregó que los desplazamientos a zonas rurales tienen una incidencia del 18 % en la primacía urbana es esas provincias estudiadas.
Finalmente, los investigadores indicaron que una democracia fortalecida en la que los distintos grupos puedan habitar en armonía favorece el desarrollo urbano gracias a la contribución particular de cada grupo poblacional.
“En conclusión, la medida en que la diversidad etnolingüística afecta los patrones de urbanización depende, en parte, de las elecciones políticas. Construir puentes, garantizar la representación política y garantizar la igualdad de oportunidades y la protección de los derechos políticos y civiles para todos los grupos de la sociedad puede ayudar a los vecindarios diversos a vivir juntos de una manera más pacífica, vibrante, dinámica y productiva”, sentenciaron.