Desarrollar políticas públicas enfocadas en la transición del modelo convencional de empresas afiliadoras a la empresarización de la movilidad baja en carbono: la clave.
Somos testigos de la era con mayores cambios acelerados en innovación y tecnología en el mundo, los vehículos eléctricos y los nuevos modelos de movilidad sustentable, están impactando la manera como se movilizan las personas. Los mercados automotrices están evolucionando a un ritmo similar, brindando soluciones de transporte más eficientes y sustentables, pues las necesidades y los hábitos de los usuarios también han ido cambiando, así como sus preferencias a la hora de escoger como realizan sus desplazamientos.
La implementación de tecnologías y energías limpias, se han convertido en elementos clave para un transporte sostenible, ya que se reducen los efectos negativos en la salud causados por la polución, mejora la calidad del servicio de transporte público y privado, incrementa la seguridad y disminuye la contaminación ambiental y auditiva. Además, que posibilita el desarrollo de nuevas cadenas de valor en la industria automotriz y digital, con la oportunidad de generar más empleos de valor agregado.
El transporte es uno de los grandes responsables de las emisiones de CO2, es por esto que varios países miembros de nuestra Red SIMUS, están asumiendo este gran reto, bajo la premisa de responder a necesidades y problemas de movilidad urbana específicos, de mejorar el aire y de ofrecer servicios de alta calidad, a través de soluciones inteligentes e innovadoras como la electromovilidad.
En los últimos años se ha evidenciado una proliferación importante de vehículos eléctricos: carros, taxis, sistemas de buses públicos, bicicletas y scooters, se están sumando a esta nueva tendencia en ciudades como Santiago de Chile, Cali, Medellín, Bogotá, Ciudad de México, Buenos Aires; tendencia que goza de múltiples ventajas y que indica que Latinoamérica está dando el paso firme para entrar a la masificación del transporte bajo en emisiones.
Con la incorporación de los 1.059 buses eléctricos y el desarrollo de la infraestructura de carga pública para vehículos eléctricos, se han dado pasos fundamentales en este tema que tiene a Chile como referente internacional.
Es un ejemplo eficaz y un caso de éxito en la región, ya que logró que la implementación, desarrollo y expansión de la electromovilidad en el transporte público, partiera de un compromiso de Estado y un propósito nacional asumido por el Presidente Piñera y liderado por la Ministra de Transporte Gloria Hutt (Experta Consejera de la Red SIMUS), para ser replicado en las ciudades y regiones de Chile.
Santiago de Chile, mediante la publicación de la Estrategia Nacional de la Electromovilidad, asumió la responsabilidad de desarrollar políticas que apunten a un uso eficiente de la energía en el sector y actualmente tienen la flota de buses eléctricos más grande de Latinoamérica, con conexión wifi, baja emisión de ruidos, puertos usb, y climatización, que mejoran la calidad de vida de cada uno de los usuarios. Se prevé que para el 2024, circulen 2.219 buses con estándar RED (776 ecológicos – 1443 EuroVI), equivalentes al 32 % de la flota en la capital y el 100 % para el 2040.
Colombia, ha establecido uno de los objetivos más ambiciosos de la región con una electrificación del 100 % de su flota para el 2035. Actualmente, en Bogotá, se espera la incorporación de 379 buses eléctricos a Transmilenio, convirtiéndose en la segunda flota más grande de América Latina.
Así mismo, es importante destacar las iniciativas de electromovilidad en ciudades como Cali, primera ciudad en Colombia en poner en servicio una flota de buses eléctricos, enmarcada en el ‘Plan de sostenibilidad’ que implementó MetroCali, lo cual marca un hito en la sostenibilidad del sistema de transporte MIO con la puesta en operación de los primeros 26 de los 136 buses eléctricos desde diciembre de 2019.
Medellín, donde ya están rodando taxis 100% eléctricos, también se encuentra funcionando una gran parte de la flota de buses eléctricos de Metroplús.
Por otro lado, después de 22 años sin renovación de flota, llegaron en 2019 a la Ciudad de México, 63 trolebuses de batería autónoma y en el 2020 llegaron 28 más, cifra que ascenderá a 130 para finales del mismo año y 500 más para el 2024. Todos de plataforma baja, accesibles y con cámaras de videovigilancia.
En Guayaquil, en abril de 2019, integraron la primera flota de autobuses verdes, con la llegada de 20 autobuses eléctricos provenientes de China y Quito pretende tener el 100 % de su flota eléctrica para el 2040.
En mayo de este año fueron inaugurados en Montevideo los primeros 30 ómnibuses eléctricos, adquiridos gracias a un subsidio creado específicamente para su compra.
Y finalmente Buenos Aires, que hasta hoy cuenta con una de las flotas más grandes de la región, convertirá 7.800 unidades para 2025.
Esta tendencia representa una gran oportunidad para los países de la Región, ya que la energía proviene de fuentes significativamente menos contaminantes que en algunos países desarrollados, la tendencia a la baja en los costos de las baterías, junto con el acelerado desarrollo tecnológico, demuestra que es necesario apostarle a la inserción de tecnologías de transporte más eficientes.
La electromovilidad, es el camino limpio y seguro hacia la movilidad urbana sustentable y para los gobiernos esta transición representa una oportunidad sin precedentes de incentivar el uso del transporte público, mientras se generan empleos, se mejora la imagen urbana, las ciudades se vuelven más equitativas y alcanzan sus compromisos climáticos.
Nuestra Red SIMUS, se convierte en el principal aliado en América Latina para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo (ODS) de la ONU, a través de Solutionsplus, donde la industria, centros de investigación y socios financieros en compañía de ciudades altamente comprometidas en cuatro continentes: Asía, África, Europa y América Latina (Quito y Montevideo, miembros de nuestra Red, fueron seleccionados), establecen una plataforma global para desarrollar enfoques altamente efectivos e innovadores para la electromovilidad, y donde estaremos acompañando a los líderes y gestores de movilidad tanto del sector público como privado en la adopción e implementación de nuevas tecnologías limpias e innovadoras en el transporte público, reuniendo las mejores prácticas, alineando objetivos y prioridades comunes para trabajar de manera conjunta por un ambiente más limpio y saludable para ofrecer soluciones de movilidad urbana de alta calidad, integradas al desarrollo urbano y enfocadas en satisfacer las necesidades de las personas y nuestros usuarios.
Finalmente, como reflexión para los tomadores de decisión de los gobiernos, si queremos lograr que las ciudades avancen hacia sistemas integrales multimodales inteligentes de movilidad baja en carbono, es importante desarrollar políticas públicas enfocadas en la transición del modelo convencional de empresas afiliadoras a la empresarización de la movilidad baja en carbono, si realmente queremos lograr cobertura y eficiencia del Transporte Público.
El transportador es un actor determinante en el impulso del cambio y transición a un modelo más sustentable, pues representan entre un 70 y 90 % del transporte público en América Latina, como el caso de Lima ciudad en la que el 10% del transporte urbano está concesionado y el otro 90 % son rutas tradicionales o convencionales que cuentan con autorización administrativa de operación.
La adaptabilidad al cambio hay que verla también de manera integral que supera los esquemas de financiamiento o entrada de vehículos.