Miguelángel Sierra C. @biosierra
Los árboles urbanos son extremadamente sensibles y como no pueden escapar de la presión de la ciudad, han evolucionado adaptándose con gran habilidad para anticiparse a cualquier mínimo cambio o amenaza, demostrando su evidente poder para resolver sus problemas.
Los microorganismos del suelo se constituyen en los seres vivos más importantes y pueden representar hasta el 1% del volumen total del suelo del árbol urbano; Constituyen su parte viva y son los responsables de la dinámica de transformación y desarrollo. La contribución de los microorganismos a las características físicas del suelo urbano ayudan al proceso de fragmentación y transformación química de los suelos, estos se establecen con rapidez en las superficies erosionadas y contaminadas, liberando compuestos químicos al suelo (ácidos orgánicos, agentes quelantes, fenoles…).
La compactación trae también una gran pérdida del nivel de microorganismos benéficos que son destruidos al no encontrar un medio favorable, todo esto sin contar con la ausencia del reciclaje de nutrientes tal y como se presenta en un ecosistema natural.
La diversidad de microorganismos que se encuentran en una fracción de suelo es determinante en la transformación de los componentes orgánicos e inorgánicos que se le incorporan, permitiendo comprender su importancia, al efectuar procesos metabólicos, estas sustancias pueden ser asimilados por sus raíces, facilitando la humificación de la materia orgánica, que es un proceso netamente microbiológico.
En la actualidad el suelo urbano representa riesgo y tiene poca eficiencia en la capacidad de resiliencia de los árboles por causa de una reducida tasa microbiológica en él; esto influye en la bajísima capacidad que tienen los suelos para desdoblar el alimento al no permitir el aprovechamiento de la energía solar por parte de las plantas.
La inactividad microbiologica causada por los muchos factores que ocurren en el suelo del árbol urbano, no les facilita que coadyuven en mejorar la capacidad de intercambio catiónico y por ende la baja eficiencia fotosintética en el arbolado urbano. Esto significa que la capacidad de producción de biomasa del los arboles se encuentre limitada, aun cuando se les aplique abonos sintéticos.
Así, la mejor manera de incrementar la producción de biomasa de un árbol urbano es mediante la nutrición constante a nivel del urbasol (Suelo del árbol Urbano) y la utilización de la luz del sol que junto a la emision del CO2, puede ser aprovechada para producir su propio alimento (azucares y almidones) que permite el incremento de la biomasa del árbol y por ende en su mejor rendimiento energético.
Es por ello que es importante comprender la dimamica de las poblaciones alojadas en el urbasol y establecer prgrmas encaminados a recuperalo mediante la implementación e inoculación de biomasa microbiana, para que facilite el reciclaje de la energía orgánica contenida en los residuos del suelo del árbol, a través de la utilización directa de las moléculas orgánicas, por el incremento masivo de microorganismos, causando una gran dinámica en el aporte y desdoble de nutrientes y oligoelementos.
Uno de los problemas más importantes para la arboricultura moderna es la limitación de agua que se presenta en los suelos urbanos y el alto contenido de metales pesados que causa daño en los árboles a partir del suelo. A nivel global ha empeorado la subsistencia de los árboles de las ciudades por el llamado cambio climático, especialmente en las ciudades establecidas en la zona tropical.
¿QUE ES MODELO SUELO INTELIGENTE (MSI)?
Cuando se implementa Modelo Suelo Inteligente al suelo del árbol urbano, facilita que las formas inorgánicas de los nutrientes más insolubles sean aprovechadas por las raíces del árbol; este es uno de los méritos de esta tecnología; donde sus funciones son interdependientes. La fase de crecimiento exponencial generalmente sigue a la aclimatación de los nutrientes que son usados para construir o sintetizar nuevo material celular y repercuten de forma directa en la estabilidad nutricional del suelo y del sostén hídrico. además ayuda en el crecimiento de la biomasa y de la sostenibilidad en la producción de nuevas emisiones de hoja y flor; esto es uno de los avances que permite sostenerse al árbol en momentos de extrema sequía.
Cada grupo de bacterias y hongos que acompañan a MSI se dinamizan y logran establecer mutualismo y sinergia, dándose apoyo y asociándose simbióticamente con las raíces del árbol y su entorno, además en su interacción mantienen el equilibrio ecológico, modificando el pH y permitiendo que se estabilice el suelo a partir de las relaciones microbianas, reactivando el intercambio catiónico, facilitando a los iones y moléculas que sean absorbidos por las raíces y permitiendo su crecimiento y sanidad. Inicialmente, la cantidad de la masa microbiana proporcionada se empieza a incrementar de manera exponencial; el periodo corto entre el crecimiento cero y el verdadero incremento se denomina “crecimiento creciente”. Eventualmente ocurre una limitación en la tasa de crecimiento y esta decrece, muchas veces por causa del factor limitante, que es la concentración de nutrientes, pero en otros es el descenso de oxígeno y la falta de humedad.
El gran desafío ha sido adaptar los árboles urbanos al cambio climático, ya que se prevé que habrá sequías más largas y fenómenos meteorológicos más destructivos en general; ello supone altas temperaturas aumento en la evaporación del agua del suelo y por consiguiente estrés en los árboles. La capacidad del suelo para absorber y retener el agua es la que determinará si el suelo puede mantener las plantas vivas.
La razón fundamental por la que el “Modelo Suelo Inteligente” es tan dinámico y valioso para el urbasol, es porque es una mezcla microorganismos funcionales, que actúan como fijadores de Nitrógeno, solubilizadores de fosfato, Potasio, Calcio y promotores del crecimiento vegetal, además de ayudar en el control de bacterias y hongos patógenos.
Sin embargo, es conveniente acotar que es difícil predecir el resultado de las interacciones entre plantas y microorganismos benéficos del suelo y más aún, entre las comunidades microbianas; no obstante, estas están asociadas con el sistema de raíces y son fundamentales en la recuperación del suelo urbano y periurbano; gracias a que MSI es un complejo microbiano, capaz de cumplir con todas las funciones metabólicas en la reestructuración del suelo urbano, se convierte en una alternativa nutricional, contribuyendo a la estabilización energética del árbol, aun cuando este se halle bajo condiciones de estrés hídrico sin importar las condiciones climáticas locales.