¿Prohibir preventas? Qué burrada

¿Prohibir preventas? Qué burrada

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LA Network
20 noviembre, 2020 - Hábitat y Desarrollo Urbano

¿Prohibir preventas? Qué burrada
Quizá no sepa que la mala regulación, traducida en encarecimiento del suelo, es la verdadera razón de la imposibilidad de generar vivienda asequible en las ciudades.

De todo hay en las viñas del señor…En toda actividad humana hay gente valiosa…Y tampoco falta la que con su falta de preparación convierte toda oportunidad en un nuevo problema.

Lo mismo en sector público que en sector privado…Lo mismo en una empresa, en una alcaldía o en algún órgano legislativo.

Conozco legisladores verdaderamente valiosos, cuyo talento contrasta con la falta del mismo, de quienes proponen sandeces como la fallida intentona de regular la renta de viviendas, y, más recientemente, la iniciativa que busca prohibir las preventas de vivienda.

Esta última es una iniciativa que no va a avanzar. Está hecha con las patas y, en el muy poco probable caso de que prosperara, provocaría exactamente lo contrario de lo que tenía como intención original.

¿Será que la legisladora que lo propuso no tiene idea de lo que implica su iniciativa? ¿Serían las buenas intenciones de proteger a la ciudadanía, mera línea partidista o que le ganó la tentación de que su nombre apareciera en el acta de la sesión así fuera como autora de esta burrada?

Pero el hecho es que como ya mencioné, no es la primera, y seguramente no será la última de las iniciativas mal hechas que buscan influir en el mercado de la vivienda.

Prohibir las preventas implicaría quitar a la gente la posibilidad de comprar una vivienda más barata y ganar la plusvalía que habrá de tener la vivienda una vez que esté lista…

Quita también una forma de venta y una fuente de financiamiento a los desarrolladores, lo que aumenta riesgos y costos financieros de la actividad, provocando alzas en los precios de las viviendas y minando la ya golpeada confianza de los inversionistas, lo que puede reducir la producción de vivienda y provocar que se concentre en segmentos de mercado de menores riesgos y mayores valores, provocando inevitablemente la debilidad de la oferta de las viviendas de menor valor y más alzas en los precios de las mismas.

Quizá la legisladora no supo diferenciar entre una preventa bien hecha, que le da todos los beneficios al comprador y le inyecta dinamismo al mercado, del hecho aislado de una mala práctica de preventa o solo un mero apartado.

Quizá no sepa que no es lo mismo una preventa en que el comprador paga toda la vivienda o buena parte de ella durante el proceso de construcción, que un apartado que se hace con cantidades mínimas de dinero.

Quizá no sepa que la mala regulación, traducida en encarecimiento del suelo, es la verdadera razón de la imposibilidad de generar vivienda asequible en las ciudades.

Porque evidentemente, el reto tendría que ser crear condiciones que permitan atender las necesidades de vivienda de TODOS los segmentos de población.

Es evidente que para prevenir malas prácticas no hay que matar una actividad, sino controlarla.

Es evidente lo absurdo de pretender prohibir todo lo que no se entiende o no se pueda controlar o sancionar.

Los legisladores deben crear condiciones que permitan que la autoridad pueda actuar con todo el peso de la Ley contra quienes engañen o estafen a cualquier comprador de un bien raíz… Pero evitando descarrilar una actividad productiva que tiene la enorme responsabilidad de generar las viviendas que necesita la población.

Antes, al contrario, los legisladores deben entender las necesidades de la gente y asumir la responsabilidad de crear los entornos que permitan satisfacerlas.