La pandemia del COVID-19 hizo visibles problemas sin resolver en las ciudades como la falta de acceso a vivienda digna y alertó sobre otros que definen el futuro como el cambio climático. Elkin Velásquez, Director de ONU Habitat para América Latina y el Caribe, analizó estos asuntos que serán ampliamente discutidos este año en foros globales para promover avances.
Foto: Elkin Velásquez, Director de ONU Habitat para América Latina y el Caribe,
Dos momentos relevantes para definir la continuidad y los avances de las políticas de desarrollo urbano en las ciudades habrá este año: La Reunión de alto nivel sobre la Nueva Agenda Urbana en la Asamblea General de Naciones Unidas el próximo 28 de abril en Nueva York (EE. UU.) y el Foro Urbano Mundial en la ciudad de Katowice (Polonia) a partir del 26 de junio.
Es por ello por lo que LA Network dialogó con Elkin Velásquez, Director de ONU Habitat para América Latina y el Caribe, para conocer en detalle cuáles serán los temas que se analizarán y discutirán en ambos escenarios, para promover ciudades más humanas, sostenibles y resilientes.
¿Luego de la pandemia del COVID-19, cuál es la hoja de ruta de ONU Habitat para el desarrollo de las ciudades?
Su pregunta es muy importante porque llega en un momento en el que estamos a las puertas de la próxima reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que se llama la Reunión de alto nivel, para revisar la implementación de la Nueva Agenda Urbana. Es bueno recordar que la Nueva Agenda Urbana se adoptó en Quito en 2016, llevamos seis años de la implementación, y entonces la costumbre de la ONU es que estas agendas globales se revisen cada cinco años, para mirar qué nuevo hay, qué hay que ajustar, qué hay que fortalecer, si hay temas que involucrar y, en últimas, para evaluar qué hemos implementado, cuánto hemos avanzado, y cómo reorientar y enfocar los esfuerzos hacia adelante. Y en este tiempo han pasado no pocas cosas, entre ellas una pandemia. Hemos hablado mucho en la región sobre el impacto de la pandemia en las ciudades y, definitivamente, esta revisión de la Nueva Agenda Urbana se va a informar de muchos hechos, de muchas prácticas que han venido ocurriendo en América Latina y el Caribe, y en el mundo en el contexto de la pandemia.
¿Y cuáles son los temas claves de análisis?
De la conversación con los estados miembros puedo compartirle cuatro mensajes sobre temas claves en esa revisión de la Nueva Agenda Urbana: primero, la centralidad de las políticas de vivienda, de las estrategias de vivienda. Recordemos que durante la pandemia se planteó el “quédate en casa” y la respuesta nuestra fue: para quedarse en casa, primero hay que tener una. Claramente volvimos a constatar que la vulnerabilidad de muchas familias incluye que no tienen acceso a una vivienda o no están en una vivienda digna.
Muchos de los ministerios en América Latina y el Caribe, tomaron medidas de urgencia para fortalecer unas estrategias de acceso a la vivienda, particularmente para los más vulnerables, pero también para aquellas familias de clase media que cayeron en situación de vulnerabilidad. Nos hemos dado cuenta de que este no es un tema solamente importante para responder a la pandemia, sino también en la lógica de la recuperación socioeconómica en la que estamos y, en términos generales, en la lógica del desarrollo sostenible.
Foto: Comuna 13 en Medellín, Colombia
Pero, además, ha sido la gran deuda. ¿Tenía que venir una pandemia para recordarnos que es un tema fundamental que sigue sin resolver?
Exactamente. Entonces, la buena noticia es que este aparece como uno de los temas y recordemos que cuando hablamos de vivienda adecuada, no estamos hablando solamente de la habitabilidad, de la construcción, sino también del entorno en que se encuentre, y entonces allí lo que podemos constatar es que aquel planteamiento de la Nueva Agenda Urbana de desarrollar la vivienda, pero en un entorno apropiado de acceso a servicios básicos, a oportunidades de trabajo, a la cultura, a seguridad alimentaria, salud, educación, es decir, a un entorno barrial sostenible -algunos lo llaman de proximidad, otros la “Ciudad de los 15 minutos”, en fin-, ese tema llegó para quedarse y es objeto de la discusión.
¿Parece hoy que la propuesta dominante como modelo a seguir es la “Ciudad de los 15 minutos”?
No sé si dominante, lo que sí puedo decir es que esa es una buena metáfora; la “Ciudad de los 15 minutos” es una metáfora que entiende todo el mundo, en relación con la posibilidad y necesidad de tener cerca, de tener en proximidad, acceso a las funciones básicas de la ciudad. Entonces, es una buena metáfora, no es la única, yo creo que es muy útil porque todo el mundo la entiende. “Ciudades para la Vida”, la “Ciudad de los 15 minutos”, pero desde el punto de vista técnico, estamos hablando de buenas políticas, buenas estrategias de vivienda.
¿Cuál es el segundo tema clave de análisis?
El tema número dos es en torno a vivir en un contexto de exposición a crisis y cómo prepararse, cómo enfrentarla y cómo ser resiliente. Eso es lo que les ha ocurrido a las ciudades, también a las familias y a los individuos, en torno a la pandemia. Y el COVID-19 nos recordó la importancia y la urgencia de tomar medidas y actitudes similares frente a una de las grandes amenazas para la especie humana: el cambio climático. Sabemos por los datos recientes que nos han entregado los estudios relacionados con el cambio climático que la situación es preocupante, y que en ese sentido tenemos que seguir trabajando desde las ciudades para adaptarnos, para que la infraestructura pueda ser resiliente, para que los sistemas económicos, sociales puedan ser resilientes, pero también para que se tomen las medidas del caso para que sigamos avanzando en la reconvenciones de paquetes tecnológicos, en los cambios que se requieren hacia el uso de energías no contaminantes; también en las prácticas y en los sistemas económicos que están conectados con disminución de emisiones de CO2. Esto es central y, por supuesto, desde la ciudad y desde la Nueva Agenda Urbana es una corriente de trabajo muy importante. Yo lo que espero es que se pueda reforzar, y cuando digo reforzar, no es solamente en términos metodológicos y en términos de incentivo, sino también en términos de inversiones, necesitamos más inversiones en las ciudades alrededor de soluciones basadas en la naturaleza.
Foto: Jóvenes durante la cumbre de la COP 25
A propósito de eso, ¿siente desde ONU Habitat que sí hay ya una conciencia plena en los gobiernos de las ciudades, de las áreas metropolitanas, sobre el cambio climático? Porque parece ser un tema aún lejano, incluso para el ciudadano.
Yo creo que sí hay una conciencia y me atrevería a decir que está más o menos generalizada. Lo que todavía falta es que esa conciencia se traduzca en acción, lo que sí falta es mucha acción y falta porque no hay, ahí sí, una internalización completa sobre cuáles son los métodos de trabajo, cómo hay que desarrollarlos, cómo se financia esa nueva forma de hacer ciudad consciente de la necesidad de adaptarse al cambio climático, la necesidad de mitigar el efecto invernadero, entonces ahí es donde falta mucho trabajo y es un trabajo a la vez técnico, pero también de comunicación.
¿Tercer asunto de análisis?
El tercer punto tiene que ver con la convivencia, la paz. Naciones Unidas tiene como uno de sus pilares el trabajo en torno a los temas de seguridad ciudadana, cuáles son aquellos fenómenos, aquellas dinámicas que afectan la vida en convivencia. Hay un tema que ha marcado a América Latina y el Caribe en los últimos años, y es el fenómeno de la movilidad humana forzada, las migraciones, obligadas por las situaciones socioeconómicamente vulnerables de muchas familias en América Latina y el Caribe, pero también hay unos países fuera de nuestra región que expulsan familias que quieren llegar a un lugar en nuestro continente. Esto ha generado una gran cantidad de presiones en las ciudades, en los barrios, en las comunidades, bien porque están recibiendo este flujo migratorio concentrado en los últimos años y esto, por supuesto, que desata una serie de fenómenos. Un trabajo importante va a ser el de facilitar la integración entre, y digo bien, entre familias de migrantes y familias de barrios y ciudades de acogida; ese es un trabajo que por ejemplo en la ONU estamos desarrollando, acompañando a comunidades de acogida y también a los gobiernos locales para avanzar en ese sentido.
¿Qué ejemplos hay de eso que menciona en América Latina?
Sí. Fíjese que estamos trabajando en Barranquilla, en Cúcuta, en Quito, en Lima; estamos trabajando en una pequeña municipalidad en Panamá, en República Dominicana, en Trinidad y Tobago; y quiero decir que los resultados son muy alentadores, porque de alguna manera nos ayudan a promover cada vez más la importancia de ese trabajo estructural, para ayudar a que el desarrollo sea netamente local, de barrio, y que todo el esfuerzo internacional beneficie tanto al migrante como a la comunidad de acogida; eso, creo, es uno de los elementos importantes e innovadores. Pero, quería además decir, que no estamos enfrentando solamente ese desafío en lo que llamamos las ciudades de llegada, de acogida, sino en muchas ciudades y barrios que son de paso, que son de tránsito. Hay gente de Centroamérica, de Suramérica que va hacia Estados Unidos y pasa por muchos sitios en caravana, etc.; allí también hay un trabajo importante por hacer para consolidar las capacidades de los municipios, las habilidades locales, para darle un manejo incluyente a esa situación.
Foto: Maimunah Mohd Sharif, directora ejecutiva de ONU-Habitat
Y esa situación pareciera más compleja cuando es repentina, recordamos la situación con el municipio de Necoclí en Colombia, recibiendo hasta 40 mil migrantes diarios.
Es una situación compleja, la buena noticia es que hay formas de manejarlo de manera apropiada, pero pasan por fortalecer la capacidad institucional local, la capacidad de coordinación entre las instituciones nacionales y locales, también con los organismos internacionales de Naciones Unidas especializados en esos temas; entonces, ahí hay mucho terreno por trabajar en el sentido positivo de crear esas capacidades, entonces, ese es el otro tema: la Nueva Agenda Urbana podrá repensarse, podrá identificar qué se puede mejorar en términos de las orientaciones generales a los estados miembros de Naciones Unidas y a los actores de desarrollo, para atender esa situación.
¿Y usted mencionó un cuarto tema de análisis?
El cuarto tema importante es generar una simbiosis, una integración, una articulación entre las agendas globales y aquí, claramente, la agenda relacionada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Agenda 2030 que sigue avanzando en el mundo, hay esfuerzos para avanzar en su implementación y la Nueva Agenda Urbana de la cual estamos hablando.
Hubo una discusión previa derivada de la pandemia, de repensar si era posible o no cumplir estos Objetivos de Desarrollo Sostenible a 2030, dadas también las nuevas condiciones, ¿Esto sigue en pie en el análisis?
Vamos a 2030 y, precisamente, planteamos es cómo utilizar la Nueva Agenda Urbana para acelerar la implementación de los logros relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Creo que aquí el mensaje es: los ODS hay que mirarlos en esa perspectiva incremental día a día, y tenemos que ser capaces de mirar cuáles son las formas de acelerar su logro, su consecución. Claramente, al final del día en 2030, habrá unos objetivos que habremos alcanzado, habrá otros que no, pero en los cuales habremos avanzado muchísimo y tendremos que revisar qué sigue para después de 2030. Por ejemplo, el departamento de Antioquia en Colombia hoy ya está proyectado a 2040, acaba de lanzar la Agenda 2040. Pero, entonces, esa búsqueda de eficiencias es muy interesante, porque permite una racionalización de las inversiones públicas y privadas, permite también una convergencia de esfuerzos técnicos, y adicionalmente una convergencia de los procesos políticos de discusión y de promoción de las agendas globales, ahí hay un tema muy interesante. Quiero decir que en las instituciones de la ONU estamos trabajando en este sentido con los gobiernos locales, de hecho, sobre las agendas de localización de los ODS llámese departamento, provincia, estado, ese es un esfuerzo técnico muy importante que va a tener como resultado el poder hacer más convenios, el poder utilizar mejor los recursos públicos y privados hacia el logro de estos objetivos.
Para este año hay planificado Foro Urbano Mundial en el mes de junio, ya con esta reflexión sobre lo que se discutirá en la Asamblea General de ONU en abril, ¿Cuál será el propósito este año del Foro Urbano?
El Foro Urbano Mundial es la mayor conferencia del mundo, que congrega a las y los interesados en los temas del desarrollo urbano sostenible, ocurrirá en Polonia, en la ciudad de Katowice, está programado para ser desarrollado del 26 al 30 de junio próximo. Estamos avanzando en recibir propuestas para organizar eventos, discusiones, encuentros, intercambios. Ahí lo que se va a discutir fundamentalmente, son las perspectivas que tiene la Nueva Agenda Urbana para tener incidencia en algunas de estas preocupaciones que mencionaba antes y otras, porque ahí vamos a estar hablando de cómo la Nueva Agenda Urbana se está implementando en realidad, cuáles son las buenas prácticas y cuáles son los impactos en reducción de la pobreza urbana, en construcción de cohesión social a nivel de territorial, a nivel de la ciudad, a nivel de los barrios. También, vamos a tener la oportunidad de escuchar planteamientos concretos, ejemplos, experiencias significativas en relación con la construcción de prosperidad compartida, vamos a mirar dónde están las innovaciones, vamos a mirar dónde se están afianzando las tecnologías de la información y la comunicación para potencializar una serie de procesos de desarrollo a nivel de las ciudades; vamos a mirar también la relación entre cambio climático y ciudad, cómo las ciudades están avanzando en proyectos de nueva generación, inversiones innovadoras en torno a lo que en algunos países se denomina ciudades verdes. Vamos seguramente a discutir también sobre buenos ejemplo en términos de recuperación socioeconómica en el contexto de la pandemia y vamos a ver también cómo las ciudades están respondiendo a las crisis desencadenadas por conflictos bélicos, a las crisis desencadenadas por proceso de movilidad humana.
Foto: Katowice, Polonia, próxima sede del Foro Urbano Mundial
En conversaciones pasadas usted nos mencionó la importancia de la participación del sector privado en la construcción de esquemas de planificación, en proyectos de planificación urbana que detonen ese desarrollo, ¿Eso cómo avanza?
Ese es un tema muy importante, el involucramiento y la integración del sector privado en todos los procesos de implementación de las agendas globales: de la Agenda 2030, del Acuerdo de París, de la Nueva Agenda Urbana; es un elemento clave en todo el trabajo de la ONU, buscan una conversación abierta, transparente, productiva, eficiente con el sector privado para su involucramiento. Quiero decir que ha dado resultados, existe el mecanismo del Pacto Global de la ONU que, básicamente, es el mecanismo que facilita que el sector privado interesado en contribuir en la implementación de las agendas se pueda involucrar; ahí hay unos procedimientos, unos procesos específicos y también unas áreas de oportunidad para que el sector catalice ese deseo, ese es mi primer comentario.
A partir de ahí, claramente cuando uno ya aterriza en el terreno y uno empieza a entender que se necesita trabajar en todo lo que yo llamo la cadena de valor, en este caso, de la urbanización sostenible, generación de información, construcción de buenos planes; desarrollo y estructuración de buenos proyectos, financiamiento de esos proyectos para que se materialicen, en cada uno de esos eslabones el sector privado puede participar de diferentes maneras, participar, integrarse en la conversación; la ONU siempre promueve la conversación con todos los actores de la sociedad, públicos y privados, entonces ahí hay una serie de espacios no solamente para que esto ocurra sino que hay metodologías de trabajo.
¿Y sobre el tema de la financiación?
Las evaluaciones que se han hecho sobre las necesidades en términos de masa de recursos financieros para el logro de los ODS a nivel global, para el logro de la Nueva Agenda Urbana a nivel global, nos dice lo siguiente: no es suficiente con los recursos públicos disponibles, se necesita que el sector privado participe y eso qué quiere decir, que cuando en un territorio específico hay un hay un plan de implementación de estas agendas, integrados por supuesto a los planes propios de esas entidades territoriales, hay que tratar en dónde es que el sector privado puede contribuir, puede asumir el liderazgo para sacar adelante tal o cual proyecto integrado, que tiene el impacto esperado X en algunos objetivos, y hay que generar las condiciones para que ello ocurra, y estamos hablando de que esa inversión privada siga unos lineamientos, responda a una visión negociada y construida con todos los actores de ese territorio; entonces, ahí yo creo que hay un espacio todavía para avanzar muchísimo.