En el mundo del urbanismo y la planificación urbana, para nadie es un misterio que las vías expresas y las grandes carreteras que atraviesan las ciudades son un fracaso. Ya desde la época de Jane Jacobs y su libro donde refleja la muerte y vida de las grandes ciudades americanas, hasta épocas más actuales donde tenemos ciudades como Río de Janeiro o Seúl, son urbes que han destruido vías expresas para dar paso a una movilidad sostenible donde el rey es el transporte público de calidad.
Pero claro, hablar de transporte público de calidad o de destruir alguna obra en el Perú es casi como invocar al diablo en plena eucaristía de semana santa. Para nadie es de sorprender que Perú está retrasado en muchas cosas, y el desarrollo urbano sostenible, la movilidad, el mejoramiento de las ciudades o incluso mitigar los impactos del cambio climático es hablar de utopías porque nuestros políticos, empresarios y grandes líderes de opinión viven en una realidad donde con suerte registran que existe calentamiento global.
Pues bien, en este escenario de profundo desconocimiento, se alza un proyecto tan costoso como escandaloso, la Vía Expresa Santa Rosa. Una obra promovida por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones de Perú y que, entre tantas cosas, al día de hoy no ha demostrado justificación alguna que sustente porqué hay que destruir más de 1,200 árboles y destruir un eje ecosistémico lleno de espacio público y una consolidación urbana importante. Si bien la obra se anuncia de manera rimbombante, para todo aquel que quiera saber un poco más sobre la misma, rápidamente se encontrará que existe un espeso manto de secretismo. Sin embargo, gracias a las acciones ciudadanas del colectivo de vecinos «Callao le dice No a la Vía Expresa Santa Rosa» y con ayuda del laboratorio de urbanistas chalacos «Soñadores Urbanos» han salido algunas cosas a la luz y que acá tocaremos.
Quizá el discurso que más están intentando vender es que se llegará desde la vía Costa Verde hacia el aeropuerto internacional del Callao Jorge Chávez, en 5 minutos. Algo que, para el contexto limeño de alto tráfico, significa una promesa de lotería. Sin embargo, no solo es una afirmación falsa, sino que oculta un accionar de discriminación profundo hacia la ciudadanía del Callao. Para Ismael Hidalgo, representante de la empresa PMO Vías (conformado por empresas francesas y que están elaborando el expediente de la obra), el cálculo matemático le arroja lo siguiente:
Recorrer 4km a 80km/h hace un total de aproximadamente 5 minutos.
Pero claro, lo que Ismael (PMO Vías), no señalan es que ese cálculo matemático se da en un escenario utópico que jamás sucederá. Las variables que el MTC está utilizando solo son distancia y km/h. pero como sabemos en escenarios reales existen más variables, por ejemplo; cantidad de vehículos, estado del parque automotor, cultura de manejo, diseño de la infraestructura, señalización, en fin tantas variables que no se ven reflejadas en su cálculo de laboratorio. Para aplicar su lógica en un escenario real y similar, podemos recurrir a la ciudad de Lima, en ella, se encuentra una vía expresa denominada «Paseo de La República», esta vía expresa tiene una longitud de 8km. Al utilizar la lógica de PMO Vías, recorrer la totalidad de dicha obra no nos debiera tomar más de 10 minutos, sin embargo, la realidad nos indica que es posible que se puedan pasar 10 minutos detenidos en dicha vía expresa sin avanzar.
En Perú la ignorancia en temas de planificación urbana y movilidad no solo hace que las ciudades se destruyan por darle prioridad al auto, sino que quienes toman las decisiones en el país engañan a la población por dejarse llevar de malos profesionales que hacen en otro país lo que nunca harían en el propio.
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