El tren de alta velocidad: alternativa para conectar ciudades

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René Albisser
24 abril, 2024 - Movilidad
El Shinkansen, tren de alta velocidad de Japón.

Esta semana comenzaron las obras de la línea ferroviaria de pasajeros de alta velocidad entre las ciudades de Las Vegas y Los Ángeles en Estados Unidos. El proyecto se promociona como la primera línea ferroviaria de pasajeros de alta velocidad de ese país, diseñada para alcanzar velocidades de 186 mph, comparable a los trenes bala Shinkansen de Japón.

La empresa constructora ya opera la línea de Miami a Orlando con trenes que alcanzan velocidades de hasta 125 mph. Inició el servicio en 2018 y amplió su ruta hacia al Aeropuerto Internacional de Orlando en septiembre del año pasado. Eso sí, el primer tren de alta velocidad en ese país, pero dedicado al servicio de carga, es el Acela de Amtrak, que puede alcanzar hasta 150 mph entre Boston y Washington D.C.

Esta buena noticia nos permite hablar de la evolución de estos trenes y sistemas ferroviarios. Es claro que, en la historia de la humanidad, el avance del transporte ha sido un reflejo de nuestro deseo permanente de superar límites y acortar distancias. Desde los primeros pasos sobre la tierra hasta la conquista del cielo con aviones supersónicos, hemos buscado constantemente formas de viajar más rápido y de forma más eficiente. En este contexto, los trenes de alta velocidad representan un hito en la búsqueda de ese anhelo.

El surgimiento de los trenes de alta velocidad se remonta a la segunda mitad del siglo XX, cuando Japón presentó al mundo el Shinkansen en 1964, marcando el inicio de una nueva era en el transporte ferroviario. Este primer tren bala alcanzó velocidades de hasta 210 kilómetros por hora, un suceso impresionante para la época.

Prototipo de la línea ferroviaria de alta velocidad entre Las Vegas y Los Ángeles (Estados Unidos).

Europa siguió los pasos de esta innovación. El lanzamiento del TGV en Francia en 1981 inauguró una nueva era de viajes rápidos y cómodos a través del continente. Hoy en día, la red de trenes de alta velocidad en esa zona del mundo es una de las más extensas y sofisticadas, conectando ciudades importantes en un abrir y cerrar de ojos y brindando una alternativa eficiente y sostenible al transporte aéreo. De hecho, muchas rutas de avión vienen siendo reemplazadas por trenes de alta velocidad para disminuir la huella de carbono y cumplir los compromisos ambientales de la Unión Europea.

América también ha despertado al potencial de los trenes de alta velocidad. Aunque el desarrollo ha sido más lento en comparación con otras regiones. Eso sí, con el aumento de la conciencia ambiental y la necesidad de reducir las emisiones de carbono, esta clase de transporte se perfila como una solución prometedora en términos de sostenibilidad.

La evolución de los trenes de alta velocidad no se limita sólo a velocidades más rápidas. La innovación tecnológica ha jugado un papel clave en mejorar la seguridad, la comodidad y la eficiencia de estos sistemas. Los avances en materiales ligeros, aerodinámica y sistemas de propulsión han permitido aumentar aún más las velocidades y reducir el consumo de energía. Además, los trenes de alta velocidad están adoptando cada vez más tecnologías inteligentes, como el control automático de velocidad y los sistemas de gestión de flotas, para optimizar la operación y mejorar la experiencia del pasajero.

Sin embargo, el camino hacia la materialización plena del potencial de los trenes de alta velocidad no está exento de desafíos. Uno de los principales obstáculos es la inversión necesaria para construir y mantener infraestructuras ferroviarias de alta velocidad. Los proyectos de este tipo requieren enormes recursos financieros y un compromiso a largo plazo por parte de los gobiernos y las empresas. Además, la planificación y coordinación entre diferentes países y regiones pueden ser complicadas debido a diferencias en regulaciones, políticas y estándares técnicos.

Sobre este tema, por ejemplo, la empresa responsable del nuevo tren de alta velocidad que comenzó a construirse en Estados Unidos recibió US 6.500 millones de dólares de respaldo del gobierno del presidente Joe Biden, incluida una subvención de US 3.000 millones de fondos federales de infraestructura y la aprobación para vender otros US 2.500 millones en bonos exentos de impuestos. Como pueden leer, aquí hubo un apoyo decidido del gobierno, cosa que no es fácil de lograr en otros países.

Otro desafío importante es la resistencia de ciertos sectores de la sociedad. Aunque los trenes de alta velocidad ofrecen numerosos beneficios, como tiempos de viaje más cortos, menor congestión en las carreteras y una menor huella ambiental, algunos grupos pueden oponerse a la construcción de nuevas vías o la expansión de la red ferroviaria existente. Esto puede deberse a preocupaciones sobre el impacto ambiental, la pérdida de tierras agrícolas o la pérdida de comunidades locales impactadas por las obras.

A pesar de los desafíos, el futuro de los trenes de alta velocidad parece despejarse cada vez más. Con la creciente urbanización y la necesidad de soluciones de transporte sostenible, se espera que la demanda de servicios ferroviarios de alta velocidad siga aumentando en todo el mundo.

En última instancia, los trenes de alta velocidad representan mucho más que un medio de transporte rápido y eficiente. Son símbolos de progreso, innovación y cooperación internacional. Son puentes que conectan culturas, economías y personas de todo el mundo. En un momento en que la movilidad es más esencial que nunca, los trenes de alta velocidad están desempeñando un papel crucial en la creación de un futuro más conectado y sostenible.

Hasta pronto y gracias por su lectura.