Claudia Sheinbaum, viviendas y ciudades

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Horacio Urbano

Es la hora de la primera Presidenta de México, y Claudia Sheinbaum tendrá que leer los retos y generar las respuestas que permitan que sus políticas para viviendas y ciudades sean motores de desarrollo nacional

Por Horacio Urbano

Este martes 1 de octubre del 2024, Claudia Sheinbaum rendirá protesta como la primera mujer Presidenta de México.

Es un hecho histórico, que abre inmensas oportunidades para reinventar las formas de entender y atender los inmensos retos que marcan a nuestro país.

Pero además de lo que pueda significar la llegada de una mujer a la Presidencia, Sheinbaum llega como parte de un movimiento político/social que ha sido dominante durante los años recientes y que arrasó en las recientes elecciones.

Y llega, para suceder a un Presidente que se va con un índice muy alto de aprobación.

Muy importante el respaldo popular con que llega la Presidenta y que le dará un muy buen margen de maniobra para detonar su programa de gobierno.

Muy importante que el asumir el cargo, ella sea la primera en reconocerse como cabeza del Estado, y vaya moldeando su Presidencia, para dotarla de fortalezas y personalidad propias, y tomar la distancia que se vaya requiriendo de su antecesor.

Porque la nueva Presidenta llega, sí, como parte de un movimiento, pero habiendo sido elegida para ser ella, ella y nadie más, quien conduzca el destino del país…

Y en esa lógica sus lecturas y decisiones son definitivas.

Porque seguro cuenta con montones de diagnósticos para entender los temas fundamentales del país, pero será ella quien los interprete y defina la forma en que serán incluidos en su programa de gobierno.

Es ella quien debe entender la esencia y dimensión de cada reto. Y es ella quien tendrá que jerarquizar para asignar prioridades, y definir y ejecutar las respuestas que correspondan.

Y esto, que aplica para temas fundamentales como educación, salud, seguridad… aplica también para temas también fundamentales, pero quizá menos visibles, como pudieran ser las agendas de infraestructura, ciudades y viviendas.

Es la hora de la primera presidenta de México, y Claudia Sheinbaum tendrá que leer los retos los retos y generar las respuestas que permitan que sus políticas para viviendas y ciudades sean motores de desarrollo nacional.

Y tendrá que hacerlo sobre los sólidos cimientos de las alianzas y la coordinación institucional que hagan posible que estos retos sean compartidos por sociedad, sector privado y los tres ordenes de gobierno.

Como científica que es, Sheinbaum tendrá que conducir una transformación urbana que genere sostenibilidad social y económica, pero bajo premisas que pongan como prioridad la protección del medio ambiente.

Y aunque no hay duda de que sus diagnósticos serán muy parecidos a los que pudiéramos tener otros actores del sector, es un hecho que Sheinbaum pondrá su estilo personal en la precisión del diagnóstico y las respuestas.

Sin duda apostará por la actualización de los instrumentos de planeación urbana a partir de políticas metropolitanas.

Sin duda, como ya dijo, apostará por recuperar la producción de vivienda social y por fortalecer mecanismos que permitan atender el reto habitacional de los grupos más vulnerables, con muy particular énfasis, en los jóvenes.

La Presidenta buscará fortalecer el mercado de vivienda en renta, y sin duda tendrá como prioridad revertir carencias de servicios básicos como agua y electricidad.

Cabe esperar que Sheinbaum reconozca la necesidad de generar instrumentos y/o instituciones financieras, que permitan atender el rezago habitacional de los grupos que no son derechohabientes de Infonavit o Fovissste, y que difícilmente califican para obtener un crédito hipotecario bancario.

Con el antecedente de haber gobernado la Ciudad de México, también cabe esperar que la Presidenta mantenga las líneas que le dieron resultado, pero también, que tenga la capacidad de reconocer las cosas en que se quedó corta, para con esa base buscar mejores resultados haciendo las cosas diferente.

Cabe esperar que sea evidente que las agendas urbanas y de vivienda sean prioridad del nuevo gobierno, que esa prioridad sea sobre las bases de objetivos de índole social, y que para alcanzarlos se busque la participación coordinada de gobiernos, sociedad y sector privado.

Como alcaldesa y jefa de gobierno que fue, Sheinbaum seguro entiende muy bien el impacto transversal de las políticas urbanas y de vivienda.

Seguro entiende que las promesas del Nearshoring no pasarán de ser eso, solo promesas, sin el esfuerzo de coordinación institucional que genere las infraestructuras, eficiencias urbanas y viviendas, que toda región requiere para ser competitiva y buscar los beneficios de la relocalización.

Seguro entiende la necesidad de fortalecer los sistemas de movilidad… De fortalecer la esencia urbana a partir de espacios públicos y modelos de planeación que fomenten la proximidad.

Ya lo vivió… Y seguro buscará que la falta de opciones de vivienda no sea un obstáculo insalvable para la movilidad social.

Seguro buscará que la gente no pase media vida en el transporte público para trasladarse de sus casas a sus trabajos y escuelas.

Y claro, si de por sí lo sabe por su trayectoria, analizar y tomar decisiones con base en una perspectiva de género, sin duda será una fortaleza al momento de planear y ejecutar acciones de gobierno.

Es un momento histórico en la vida nacional. Un cambio de ciclo al que todos debemos sumar para que la suma de capacidades y fortalezcas multiplique el alcance de las respuestas.

Pues a darle, Presidenta, que su gestión sea el éxito que los mexicanos necesitamos.