Cada ciudad es única, definida no solo por las personas que la llaman hogar, sino también por la energía que irradia …y consume. Las proyecciones indican que 5 mil millones de personas (60 % de la población mundial) vivirán en ciudades para 2050 y según la Agencia Internacional de Energía, la demanda general de iluminación será un 80 % más alta en 2030 que en 2005. El consumo de energía del alumbrado público es una parte cada vez más significativa del uso de energía en las ciudades y una carga creciente para los presupuestos municipales.
Entonces, ¿cómo pueden las ciudades mantener este activo (en crecimiento)?
Muchas ciudades de todo el mundo están implementando programas de alumbrado público por dos razones principales: crecimiento económico y seguridad de la comunidad. El alumbrado público promueve el crecimiento económico al aumentar la cantidad de tiempo que las personas pueden dedicar a entretenimiento, cenas o actividades nocturnas. Al mismo tiempo, distintos estudios han demostrado que el alumbrado público puede reducir la delincuencia en hasta un 20 % y los accidentes de transito en hasta un 35 %.
La iluminación LED beneficia por igual a los presupuestos de las autoridades locales como de las de medioambiente. Las luces LED tienen entre un 40 y un 60 % más de eficiencia energética que las tecnologías de iluminación tradicionales. Simplemente mediante el uso de lamparas LED, es posible brindar una mejor calidad de iluminación, un menor consumo de energía y reducir las emisiones de CO2. Solo en los Estados Unidos, reemplazar el alumbrado exterior con iluminación LED puede ahorrar US $ 6 mil millones anuales y reducir las emisiones de dióxido de carbono en el equivalente a retirar 8,5 millones de automóviles de las carreteras durante un año.
Los costos de operación y mantenimiento (O & M) también tienden a ser mucho más bajos porque las luminarias LED duran al menos cuatro veces más que las bombillas tradicionales. El ahorro de costos puede ayudar a aliviar la carga financiera de las municipalidades que tienen presupuestos fiscales ajustados y están agobiados por los elevados costos de los servicios públicos.
Por ejemplo, en la ciudad de Quezon, Filipinas, el alumbrado público representó el 65 % de los costos de electricidad de la ciudad y el 5 % de su presupuesto general. En India, los costos de electricidad y mantenimiento del alumbrado público pueden consumir del 5 al 10 % de los presupuestos municipales en las grandes ciudades y hasta el 20 % en las ciudades más pequeñas. Las ciudades que invierten en el alumbrado público con LED pueden tomar los ahorros e invertir en otros servicios, como saneamiento, educación o salud pública.
Sin embargo, las barreras financieras y las limitaciones institucionales impiden a muchas ciudades o municipios recoger este “fruto bajito”. Mientras que el potencial de energía y ahorro de costos de alumbrado público LED son muy superiores a la inversión inicial y la adaptación es relativamente sencilla, los costos de capital son aún más altos que los de las tecnologías tradicionales. Las lamparas LED no subsidiadas pueden costar de dos a cuatro veces más que las lamparas de vapor de sodio de alta presión (SAP), dependiendo de los impuestos, la tasa de cambio, la ausencia o presencia de fabricación local y el tamaño del programa de reconversión a LED.
Las inversiones de capital pueden ser demasiado altas para los gobiernos de las ciudades que tienen pocos recursos para implementar. Muchas municipalidades en países en vías de desarrollo carecen del crédito para obtener dinero en el mercado, o el costo sería tan alto que la viabilidad del programa de iluminación se reduciría drásticamente. Además, las ciudades pueden enfrentar desafíos que incluyen barreras de percepción, falta de un ambiente regulatorio y baja capacidad institucional para desarrollar y administrar modelos de negocios complejos.
Embarcarse en tales proyectos puede ser abrumador y confuso, al igual que la forma de implementarlos efectivamente. Para informar mejor sobre el diseño de proyectos futuros y facilitar la ampliación de los alumbrados públicos eficientes, el Programa de Asistencia para la Gestión del Sector de Energía (ESMAP por sus siglas en inglés) del Banco Mundial y la Práctica Global Social, Urbana, Rural y de Resiliencia (GSURR por sus siglas en inglés) publicaron conjuntamente un informe sobre modelos probados de prestación para iluminación pública con LED, que destaca seis modelos exitosos de gestión para renovar el alumbrado público con esta tecnología:
Compra conjunta flexible (Canadá): Varias ciudades de Ontario se unieron para adquirir la iluminación LED en forma conjunta y así reducir los costos, lo que ilustra que los pequeños municipios pueden adquirir en común el alumbrado público con la ayuda de una asociación regional sólida.
Super-ESCO (India): El Ministerio de Energía estableció una super compañía de servicios de energía (Super-ESCO) que transformó el mercado de LED en India al reducir los costos de esta tecnología a través de su programa de compras al por mayor y establecer estándares para sus adquisiciones.
ESCO privada (India): Una forma de superar los altos costos iniciales de implementar un alumbrado público eficiente es apalancar la financiación privada y reembolsarla a través de ahorros de energía a largo plazo. Asian Electronics Limited (AEL) aplicó este modelo de compañía de servicio de energía en el centro y noroeste de la India.
Arrendamiento con opción de compra (México): El municipalidad de Guadalajara (México), renovó el alumbrado público a LED a través de un modelo de alquiler con opción a compra, con la financiación privada de la empresa, una garantía de reembolso del gobierno del estado, y la asistencia técnica por parte del Banco Mundial para ayudar a resolver los problemas burocráticos.
Financiamiento municipal (Filipinas). Quezon, Filipinas, utilizó sus propios recursos para financiar la inversión en iluminación LED, reduciendo así su alto gasto en alumbrado público.
Asociación público-privada (APP) (Reino Unido): Para reducir el costo de transacción, el modelo de APP en Birmingham combina varias inversiones en infraestructura, incluyendo carreteras, calles y puentes, además de iluminación, bajo un solo contrato de APP.
El alumbrado público LED sigue siendo uno de los proyectos de eficiencia energética más visibles que una ciudad puede emprender y que beneficia a toda la comunidad.
Columna publicada originalmente en inglés en Blogs del Banco Mundial. Traducción LA Network