El observatorio ciudadano Lima Cómo Vamos revisó con LA Network los datos de la situación educativa en la gran conurbación antes de la crisis: los ciudadanos no estaban entonces satisfechos con la educación.
Que los expertos indiquen que la educación peruana pasaba ya por un mal momento antes de la pandemia por coronavirus y que al igual que en muchas otras dimensiones de la vida urbana, la crisis no hizo más que profundizar las debilidades; tiene su sustento también en los ejercicios de consulta ciudadana que realiza el observatorio Lima Cómo Vamos.
Luego de analizar con la experta peruana en educación Katherine Alva Tello, el estado de la educación, esto también bajo la lupa de las críticas a la educación remota hechas por el pedagogo italiano Francesco Tonucci, es importante asomarse al panorama previo a la pandemia y así tener una visión más completa del panorama.
Para la Región de Lima y Callo, la que más instituciones educativas y estudiantes concentra en el país, ya previo a la llegada del covid-19, había inconformidad con los servicios educativos.
“De acuerdo a nuestra última encuesta, realizada por Lima Cómo Vamos y el Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú en 2019, previo a la pandemia, el 32.3% de limeños y limeñas encuestadas, manifestaron sentirse insatisfechas respecto a los servicios educativos, los centros, a la educación en general que les brinda la ciudad. En el Callo ese nivel de insatisfacción era del 18.3%”, señaló Lucas De La Cruz, vocero de Lima Cómo Vamos.
Otro de los temas reportados por el Comunicador Social, es el de la infraestructura física educativa en esta región conurbada. Indicó que en Lima el 14.2% de los centros en 2018 no contaban con algunos de los tres servicios básicos: alcantarillado, agua potable y electricidad. En el Callo ese porcentaje era del 23.3%.
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“Lima se ha mantenido en los últimos tres años, pero ese porcentaje aumentó en el Callo hasta en ocho (8) puntos porcentuales.
Cabe resaltar que la experta y consultora internacional en educación Katherine Alva Tello, advirtió a LA Network que indicadores de este tipo se profundizan en poblaciones vulnerables y en las provincias. “La geografía que compartimos los países andinos, por ejemplo, no permite las mismas condiciones en las zonas rurales. Hay escuelas que no tienen ni siquiera un director, las condiciones físicas para las clases”.
De allí que De La Cruz resaltará la preocupación del observatorio en que no se está aprovechando la ausencia de escolares en las instituciones para realizar intervenciones físicas que recuperen las condiciones locativas de las escuelas y colegios y además, del entorno de las sedes que se indicó, también requieren atención de las autoridades.
Respecto a la accesibilidad digital, el vocero de Lima Cómo Vamos detalló que para la encuesta 2019, en Lima los niños y jóvenes pasaban en promedio más de 1.4 horas al día navegando en internet por ocio o por diversión, alrededor de 2.3 horas se invertían en la realización de las tareas escolares y dos (2) horas en ver televisión.
“En el caso del Callao el promedio fue entonces de 1.3 horas navegando en internet, 2.3 horas haciendo tareas y 2.5 viendo la televisión”, precisó.
Aunque el pedagogo italiano había señalado en entrevista para El Mostrador que los medios digitales son una herramienta útil para la educación y las relaciones sociales, no es tan efectiva ni amable como respuesta permanente a la crisis -solo como respuesta a una emergencia-, destacando que ya en los primeros meses de la pandemia los niños “estaban hartos de hacer tareas”.
Ello con base en los resultados de los consejos de ‘La ciudad de los niños’ realizados en Argentina, Colombia y Perú, entre otros países y donde los niños expresaron su sentir en lo que podría concluirse que al establecer la educación remota o digital como la metodología base, ya no es atractiva para ellos.
Finalmente, De La Cruz llamó la atención sobre la vulnerabilidad de las poblaciones migrantes respecto al acceso a la educación. Explicó que, si bien no se han realizado encuestas o estudios puntuales, es posible inferir que, si 300.000 estudiantes peruanos han desertado del sistema, estas poblaciones estarían en una situación más compleja.
Detalló que con cifras 2018 de Lima Cómo Vamos y el Ministerio de Educación, se había establecido que los estudiantes de nivel primaria de origen extranjeros son 17.000 venezolanos, 5.875 argentinos, 4.878 chilenos y 2.616 españoles, como las poblaciones migrantes más representativas.
“Las autoridades deben atender no solo la deserción d ellos estudiantes peruanos, sino permitir el acceso a la educación de estas poblaciones”, concluyó.