Andrea Peláez, fundadora de Cirko De Mente de México, es la protagonista de esta entrevista que muestra el éxito de esta propuesta creativa e innovadora: hacer del circo una academia.
Por Agustín Velasco desde Ciudad de México
Cirko De Mente es la única compañía y escuela en la Ciudad de México en la que se puede aprender a hacer malabares y hasta obtener una licenciatura en este arte.
‘La Karpa’ le ha hecho justicia a un país con una larga tradición en la materia, donde hay familias enteras dedicadas al negocio de entretener, pero en el que no había un centro de formación profesional.
Un sábado de febrero, después de una función y en medio del bullicio de docenas de artistas circenses, Andrea Peláez, codirectora y fundadora del proyecto, dialoga con LA Network sobre el nacimiento del proyecto y del camino a la consolidación.
¿Cómo nació esta idea?
Cuando iniciamos tuvimos que salir de México para aprender las artes circenses pues en esa época (inicios de la década de 2000) no había espacios de presentación, formación o de divulgación. Fuimos a Suramérica, después a Norteamérica, a Europa y a Cuba. Regresamos en 2003.
¿En qué se diferencia el trabajo que ustedes hacen de lo que realiza el circo tradicional?
Además de trabajar con todos los elementos del circo que implican la danza, la acrobacia, el exotismo, el ir más allá de los límites de la corporalidad humana, también trabajamos desde el terreno de lo simbólico para encontrar un sentido en los espectáculos que damos. Puede ser a través de un hilo dramático, un concepto general o la adaptación de una novela.
¿Cuál es el aporte que hacen y la necesidad que cubren?
El aporte de Cirko De Mente en ese sentido a la escena contemporánea mexicana ha sido precisamente ese, abrir un espacio de formación. En la actualidad somos una licenciatura en artes circenses contemporánea, somos también un foro abierto los 365 días del año con una programación diversa cada fin de semana, que se nutre de artistas jóvenes, artistas profesionales, nacionales e internacionales que conocen este foro como espacio de referencia para dar a conocer sus propuestas escénicas.
A nivel de compañía hemos creado una serie de espectáculos, una serie de colaboraciones con otras compañías, algunas internacionales, que han permitido que el público vea este trabajo escénico que va rompiendo la frontera entre las disciplinas.
Otro de los aportes es abrir un Centro Mexicano de Documentación Circense que precisamente lo que hace es trabajar sobre la divulgación y el conocimiento del universo circense. También tenemos una biblioteca móvil especializada, está abierta aquí pero también nos la llevamos a diferentes partes de la ciudad y de la república”.
¿Por qué profesionalizar las artes circenses?
A nivel internacional, México es reconocido como una potencia circense. Por ejemplo, para dar un dato interesante, los mejores trapecistas históricamente del mundo han sido mexicanos: el primer hombre que dio triple salto mortal fue un mexicano, el primero que hizo un cuádruple salto mortal también, en ese sentido es importante reconocer que no había espacios para aprender”.
¿Cómo es la gestión financiera de Cirko De Mente?
A lo largo de nuestra historia, que comienza desde 2003, ha ido cambiando y transformándose. Al inicio hacíamos los espectáculos y debido a que en ese momento no había propuestas como las que nosotros hacíamos tuvimos un momento de bonanza económica en donde toda nuestra actividad artística la podíamos sostener con la actividad que realizábamos.
Como compañía nos contratan empresas privadas para hacer eventos de diferentes ámbitos, por ejemplo, desde cenas para un equipo corporativo, hasta algún macro espectáculo.
Después, el proyecto comenzó a diversificarse y la escuela y el foro comenzaron a tener mucha fuerza, mucha importancia, a nosotros nos parecía fundamental que esto se fortaleciera. Tenemos contratos como compañía, además la escuela genera recursos que hace que Cirko De Mente se auto sustente.
¿A qué lugares han llevado el circo?
Nos fuimos a Montreal y al Polo Norte en un proyecto de colaboración con una compañía canadiense que se llama ‘Los siete dedos de la mano’ y con ‘Arts Circ’; también estuvimos en Marsella (Francia) donde realizamos un espectáculo con motivo del Día de Muertos; también en el Kennedy Center of Arts en Washington, Estados Unidos; en Chile e Italia.
Ustedes tuvieron que salir del país para aprender el arte circense y ahora son artistas de otros países los que vienen a México. ¿Cómo leen esta experiencia?
El circo en esencia es trashumante, quiere decir que es viajero. Cirko De Mente es una antena al mundo que recibe artistas de varios países, un mosaico cultural. Es una opción que ha llamado la atención de jóvenes latinoamericanos y no solo latinoamericanos. Tenemos alumnos de Costa Rica, Guatemala, Chile, El Salvador y España.
Además, tenemos a un profesor ruso, el maestro Vladimir Lizovsky que es egresado de la Escuela de Circo de Moscú; tenemos a la maestra Carmen Dalis que es cubana; tenemos otra docente, en ese caso francesa, que se llama Netty Radvanyi, ella es egresada de la CNAC, la Escuela Nacional de Circo de Francia. Tenemos maestros de Argentina, Cuba, etcétera.
¿Cuántas personas trabajan en Cirko De Mente?
En la compañía tenemos artistas, en la escuela los profesores, así como el equipo administrativo, así como en el Centro Mexicano de Documentación Circense. Estamos hablando de alrededor de 40 personas.
En Colombia el gobierno impulsa la llamada Economía Naranja ¿Consideras que en México el gobierno se fomenta y apoya la creación de estos espacios?
Creo que es fundamental que se apoye más, es necesario que exista una elevación en el presupuesto general de cultura a nivel nacional y que haya sobre todo una visión mucho más clara en cuanto a los programas para desarrollarlos, se debe tomar en cuenta a la comunidad artística. Con creaciones como la nuestra es cómo se generan los procesos, las necesidades y el tipo de público, así como todo lo que implica. Hay políticas culturales que no toman en cuenta la realidad de los artistas.