Bajar riesgo de contagio aumentaría ocupación en transporte público masivo en Medellín

Bajar riesgo de contagio aumentaría ocupación en transporte público masivo en Medellín

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LA Network
8 agosto, 2020 - Movilidad

Medidas como sistemas efectivos de ventilación, uso adecuado de tapabocas, regulación del distanciamiento social, reducción de trayectos en tiempo y distancia o viajes cortos, reducirían el riesgo de contagio por COVID-19 y permitirían aumentar la ocupación en el transporte público masivo de Medellín en forma segura.

Bajar riesgo de contagio aumentaría ocupación en transporte público masivo en Medellín
El riesgo en los vagones, que son sitios de contacto cercano, se puede mitigar si todas las personas utilizan los tapabocas adecuadamente.

Estas recomendaciones, formuladas por el doctor en Ciencias Aplicadas Jairo Espinosa, profesor de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, surgen del análisis de cómo se materializa el riesgo de contagio en el transporte público y cómo se puede reducir.

Las medidas apuntan a contrarrestar las condiciones de riesgo que se dan en el transporte público, en el cual se cumplen las 3C: espacios Cerrados, lugares Concurridos y contactos Cercanos.

Según el profesor Espinosa, aunque los vagones del Metro son lugares cerrados, están muy bien ventilados porque su sistema de inyección de aire permite renovar el 50 % del aire circulante en 43 segundos.

“El total del aire de un vagón del Metro se renueva cada 5 minutos, es una ventilación muchísimo mejor que la de cualquier otro lugar cerrado y solo comparable con la de un espacio abierto con brisa. De esta forma, el riesgo de esa primera C (Cerrado), comienza a desaparecer”, señaló el académico.

Los vagones también son espacios concurridos, por lo que para enfrentar este factor de riesgo se manejan grados de ocupación por debajo de ciertos niveles.

“Tener hoy ocupación del 35 % es bastante generoso, porque el usuario viaja mucho más distanciado que en un vehículo particular y en ocasiones mucho más distanciado que si caminara en espacios públicos”, subraya.

El riesgo en los vagones, que son sitios de contacto cercano, se puede mitigar si todas las personas utilizan los tapabocas adecuadamente, respirando a través de ellos de manera que los efluvios de boca y nariz pasen a través de la mascarilla, detalla el profesor.

“Eso genera un elemento de protección que les permite a los usuarios estar más cercanos unos a otros y una mitigación efectiva del riesgo. Por esto se planteó al Ministerio de Transporte aumentar la ocupación al 55 %, y el Ministerio propuso aumentarla incluso al 70 %”, explica.

La ocupación debe aumentar de manera controlada y dinámica, y según la cantidad de infectados. “Si el número de infectados aumenta se debe tener la precaución de reducir la ocupación, y si baja se puede aumentar la ocupación, esa es la esencia de lo que planteamos en el estudio”, indicó el experto.

Según el estudio, el trayecto más largo –entre las estaciones Niquía y La Estrella– dura 39 minutos, pero el tiempo de distanciamiento mínimo a otros usuarios sería de 20 minutos, porque el Metro no va lleno todo el tiempo; la ocupación máxima está entre 25 y 28 minutos, el 90 % de los usuarios viaja en el Metro menos de 25 minutos.

Bajar riesgo de contagio aumentaría ocupación en transporte público masivo en Medellín
Medidas como sistemas efectivos de ventilación, uso adecuado de tapabocas, regulación del distanciamiento social, reducción de trayectos en tiempo y distancia o viajes cortos, reducirían el riesgo de contagio por COVID-19.

Buses y busetas con mayores riesgos

También se hizo metaanálisis sobre distancias seguras, capacidad de protección de mascarillas y ventilación de sistemas de transporte, para buses y busetas, en los que se recomienda mejorar la ventilación.

En buses intermunicipales, por ejemplo, se debería prohibir el aire acondicionado, porque la norma Icontec exige renovar apenas el 20 % del aire cada hora en el habitáculo, lo que implicaría que el 100 % del aire cambiaría en unas cinco horas.

Eso lleva a una exposición demasiado prolongada de los pasajeros, que aumenta el riesgo de contagio; en China reportaron contagios en transporte colectivo que utilizaba aire acondicionado durante viajes largos.

En buses y busetas que solo tienen flujo de aire a través de ventanillas, escotillas o puertas, no hay garantía de renovación del aire, pues las partículas no ingresan y salen en un camino definido, sino que se quedan dando vueltas durante largo tiempo.

Como en la cabina de una buseta con las ventanillas abiertas el mismo aire puede permanecer 25 o 30 minutos, algo bastante prolongado, se recomiendan sistemas de ventilación forzada con flujos unidireccionales.

Hacer viajes cortos en buses también reduce el riesgo de contagio, porque reduce el tiempo de exposición. Vehículos articulados, buses padrones (alimentadores) u otros tienen sistemas de ventilación que renuevan el aire cada 10 o 15 minutos; aunque los cambios de aire no son tan eficientes como los del Metro, sí son confiables y susceptibles de mejorar para aumentar la ocupación.

El objetivo ahora es acercarse gradualmente a un distanciamiento entre usuarios que no genere un riesgo mayor, pero que permita garantizar el futuro de la operabilidad de los sistemas de transporte.

Agencia de Noticias UN