La concentración de contaminantes dentro de estos vehículos de servicio público de Bogotá supera las establecidas en las Directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre exposición diaria.
Así lo determinó el magíster en Ingeniería Ambiental Fredy Alejandro Guevara Luna, de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), quien implementó una tecnología para simular la dispersión de material particulado PM2.5 en estos vehículos, conocida como Dinámica de Fluidos Computacional (CFD).
Este enfoque le permitió evaluar en detalle –tanto espacial como temporalmente– el flujo de contaminantes dentro y fuera de los buses de transporte público como los de Transmilenio, además de conocer pormenores del comportamiento de estos fluidos mediante cálculos numéricos.
“En este estudio se definió un dominio, que fue nuestro bus articulado, y en este consideramos la emisión del tubo de escape para ver cómo se comportaban los gases con el entorno inmediato del bus, es decir cómo se contaminaba el bus con sus propias emisiones, a lo que nosotros llamamos fenómeno de autocontaminación”, explica el investigador.
En un principio el modelo se validó con los resultados de estudios previos en buses escolares, con el fin de replicarlos. Esto permitió verificar que el modelo propuesto era funcional para evaluar el comportamiento del material particulado PM2.5, partículas con un diámetro inferior a 2,5 micrómetros que están directamente relacionadas con las emisiones por combustión en motores que funcionan con diésel, dentro de los buses articulados.
“Nuestro análisis se enfocó en partículas PM2.5 porque estas corresponden a la fracción respirable por los humanos, se pueden depositar en los alveolos pulmonares y están directamente relacionados con enfermedades respiratorias, cardiorrespiratorias y cáncer de pulmón”, asegura el magíster, y agrega que este material posee componentes cancerígenos debido a su relación con el diésel.
Campaña de medición
También se adelantó una campaña de medición a bordo del sistema de Transmilenio para obtener datos y evaluar el modelo CFD del bus articulado. La campaña incluyó registro de GPS y mediciones de material particulado PM2.5, lo que permitió analizar a qué niveles de este se exponen diariamente de los usuarios del sistema.
La campaña de medición consideró recorridos en tres troncales: Calle 26, desde la estación Las Aguas hasta el Portal El Dorado; Calle 80, desde el Portal 80 hasta la estación Polo, y Caracas, desde la estación Héroes hasta Tercer Milenio.
Según las mediciones realizadas, el modelo CFD se desempeñó de manera adecuada y reprodujo satisfactoriamente los niveles y tendencias de PM2.5 medidos. En conjunto, con los datos medidos se logró establecer que los usuarios están expuestos a altos niveles de PM2.5 en recorridos de 20-40 minutos.
La concentración promedio en la troncal Calle 26 fue de 54 µg/m3 (microgramos por metro cúbico), en Calle 80 fue de 214 µg/m3 y en Caracas de 226 µg/m3. Estos valores superan lo establecido en las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 10 µg/m3.
Según explica el investigador, estos resultados representan una oportunidad de estudios a futuro, para continuar con lo planteado en este trabajo, que se constituye en el primero de la región.
Atrás, mayor contaminación
El modelo también señaló que en la parte trasera del bus se presentan mayores concentraciones de PM2.5, y además se verificó que existe una relación inversa entre la velocidad del automotor y el nivel de autocontaminación.
Con el estudio también se pudo estimar la fracción de PM2.5 que proviene de autocontaminación respecto al total medido durante la campaña. Un 18 % del material particulado en todo el interior del bus, y un 35 % en la parte trasera provienen de autocontaminación, lo que quiere decir que eliminar totalmente las emisiones del bus articulado llevaría a la disminuir alrededor de 15 µg/m3 de material particulado dentro del vehículo.
Agencia de noticias UN