Relatos y recuperación de la memoria barrial, alianzas con organizaciones políticas y comunitarias, movilizaciones y marchas, son algunas de las estrategias que pusieron en marcha los habitantes del Centro de Bogotá entre 2007 y 2018 para frenar la gentrificación, un proceso de transformación socioespacial de la zona.
En general, la gentrificación se conoce como un fenómeno urbano que consiste en que un grupo social de mayores ingresos llega a los centros –especialmente– y expulsa al grupo de menores ingresos que los habitaban. Este movimiento poblacional viene acompañado de una transformación física y cultural de los lugares.
Durante el siglo XXI el proceso de transformación espacial del Centro de Bogotá ha avanzado con intensidad, entre otros factores por la expedición del Plan de Ordenamiento Territorial y posteriormente de la Operación Estratégica del Centro, que decretó que en el suelo de este sector tradicional y popular se pueden desarrollar operaciones de renovación urbana tanto puntuales como en amplias áreas.
Esta situación agudizó la oposición de los habitantes de los barrios centrales, llevándolos a fundar organizaciones barriales que crean estrategias de defensa y protección de sus derechos vulnerados por estas operaciones urbanísticas.
Así lo evidenció la investigación de Michael Tache Victorino, magíster en Geografía de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), en la que emplea una metodología cualitativa, a través de revisión documental, observación participante y entrevistas semiestructuradas a distintos actores y habitantes de los barrios del Centro.
Desde 2013 el investigador acompañó diferentes procesos de varias organizaciones barriales, y junto con docentes de diferentes universidades construyó un espacio en el que los estudiantes van a reflexionar y a generar conocimiento sobre los proyectos y problemáticas de estos procesos de renovación urbana.
La zona central, tradicional y popular de Bogotá D. C., se define por el Decreto 492 de 2007, como un área que ocupa 1.730 hectáreas, dividida en 4 localidades (Los Mártires, Santa Fe, La Candelaria y Teusaquillo), 9 Unidades de Planeamiento Zonal y 59 de barrios.
La expedición de este decreto propició una serie de operaciones de renovación urbana como Ciudad Salud, en el barrio Policarpa (localidad de Los Mártires), el proyecto Ministerios, en el barrio Centro Administrativo (La Candelaria), y el Proyecto Triángulo de Fenicia, en el barrio Las Aguas (Santa Fe).
Memoria barrial
La construcción de una nueva identidad del barrio, atada a la memoria de los oficios, tuvo origen con el Comité de Defensa del Centro, que consolidó las relaciones entre los miembros de cada gremio, pero no entre todo el barrio.
Los comerciantes del barrio desarrollaron una concepción del territorio como espacio vivido, algo que empieza a forjar relaciones de identidad barrial.
Antes del Bogotazo, en la calle décima, entre carreras octava y novena, existieron múltiples negocios de calzado de corte muy formal cargados de tradición, junto a sastrerías y sombrererías de la época.
empezó Hoy se encuentran en la calle 10, entre carreras novena y décima, y luchan por recuperar su memoria barrial de cómo llegaron hasta allí, y de cómo su oficio fue considerado como un patrimonio inmaterial del Centro de Bogotá.
Los comerciantes de artes gráficas explican que su presencia en el barrio se debe a que históricamente en esa zona se desarrolló la imprenta desde los tiempos de Antonio Nariño. Esta comunidad a reconocer su oficio como algo tradicional del Centro de Bogotá, llenando sus locales con contenido histórico y de memoria de país, para identificarse como comunidad.
Otro caso es el de los fabricantes y comerciantes de prendas militares, quienes afirman que su origen en el barrio se debe a que el general Gustavo Rojas Pinilla importaba los uniformes militares de Alemania, que eran de tallas superiores, por lo que debían reformarse.
El investigador concluye que la administración distrital debe abordar el Centro de manera integral, lo que implica tener en cuenta las expectativas, necesidades y posibilidades de las comunidades afectadas. Así mismo, la Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano debe presentar un balance de los efectos sociales que tiene la renovación por redesarrollo o gentrificación en los habitantes y comerciantes tradicionales.
Agencia de Noticias UN