Chile comparte aprendizajes en el cálculo de indicadores de calidad del agua

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Johanna Ortiz Barrios

Un documento elaborado recientemente por Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, CEDEUS, y la Dirección General de Aguas, DGA, muestra la experiencia de Chile y propone desafíos para el cálculo del indicador de calidad ambiental de aguas usado por la ONU en la evaluación del avance hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Emblase El Yeso, Región Metropolita, Chile. Fotografía de Nicolás Gutiérrez

La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó en septiembre de 2015 la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible para superar la pobreza, proteger el planeta y mejorar la vida. Los Estados miembros de las Naciones Unidas, entre ellos Chile, se comprometieron a avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre ellos, el ODS 6 Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos.

Una de las metas del ODS 6 es mejorar la calidad del agua mediante la reducción de la contaminación, la eliminación del vertimiento y la reducción al mínimo de la descarga de materiales y productos químicos peligrosos; la reducción a la mitad del porcentaje de aguas residuales sin tratar y un aumento sustancial del reciclado y la reutilización en condiciones de seguridad a nivel mundial. 

Los investigadores CEDEUS, Pablo Pastén, Alejandra Vega y Guillermo Arce, junto a Daniela Fredes de la Dirección de Aguas y punto focal nacional del SDG 6 describen en Implementation of SDG Indicator 6.3.2 in Chile cómo se está monitoreando la calidad de agua en Chile y entregan  recomendaciones para avanzar hacia un análisis que permita su cumplimiento. Se presenta a Chile como el primer caso de estudio de implementación de este indicador, como ejemplo a partir del cual otros países pueden sacar lecciones para calcular su propio indicador de calidad del agua. 

La DGA calcula este indicador empleando una red compuesta por 989 estaciones de monitoreo de aguas superficiales (excluyendo lagos y embalses) y aguas subterráneas.  Para traducir el gran número de mediciones recolectadas en la red en un solo indicador, una especie de semáforo, se requiere disponer de un método objetivo de cálculo y mediciones validadas.

“Para el análisis de los indicadores de calidad del agua en Chile se utilizó la metodología de cálculo paso a paso para el indicador 6.3.2; “Proporción de masas de agua de buena calidad” del ODS 6 que se encuentra en el documento de ONU-Agua (2018), aunque adaptado a las condiciones locales.  En el país se analizan 101 cuencas y se consideran las estaciones activas que miden cinco parámetros hidroquímicos clave entre 2013 y 2018, y que monitorean las corrientes superficiales”  explican los autores. Los parámetros son: oxígeno disuelto, conductividad eléctrica, nitrato, ortofosfato y ph del agua.

En su evaluación del caso chileno, las y los investigadores enfatizan que hay aspectos de la guía de la ONU que deben desarrollarse más, como la evaluación del nivel de metales  tóxicos y otros contaminantes que tienen un nivel natural alto en algunos países.  

Stuart Warner, oficial de capacitación del Programa GEMS (sistema global de monitoreo ambiental de agua dulce) de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, señala que el caso de estudio no es solo relevante para Chile, sino que plantea desafíos sobre cómo realizar el monitoreo de la calidad del agua (y el cálculo de sus indicadores).  Por ejemplo, vemos que no resulta lo mismo recoger los datos de las estaciones que cuentan con los 5 parámetros claves o integrar todas las estaciones  con cobertura parcial de parámetros claves medidos. 

Warner también destaca que entre los puntos más importantes del informe nacional está la necesidad de incluir metales en el  cálculo del nivel siguiente de complejidad del indicador (nivel 2), pero  que es un proceso de aprendizaje y se está mejorando.