Ciudades post COVID 19

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DIEGO RESTREPO ISAZA
22 noviembre, 2020 - Hábitat y Desarrollo Urbano

Decálogo para las ciudades luego del COVID-19

Que la sociedad cambiará en el Post-COVID 19, sin duda; pero ¿cambiará mucho, poco, o casi nada? No lo sabremos hasta en unos 10 años, creería, a pesar del deseo de los twitteros y activistas que prenden velas por un cambio en esta locura humanoide de consumismo, fake news, trending topics, etc, etc, etc…

Parte de este cambio está por venir en las ciudades, aquel territorio donde nos encontramos para construir un devenir individual a base del colaboracionismo y la integración.  La ciudad es resultado de las diferentes relaciones de sus habitantes: aquellos que buscan un territorio que les brinde oportunidades para cubrir sus necesidades básicas; seres humanos que buscan el desarrollo de sus sueños y que, una vez materializados, esperan que ese territorio, al que llamamos ciudad, se convierta en refugio para su subsistencia y permanencia.

La ciudad se convierte así en una construcción colectiva, producto de diversas relaciones entre sus habitantes y el territorio; el territorio (donde habitamos, trabajamos o, simplemente, vivimos), materializa colectivamente una realidad que puede o no (habitualmente no puede), seguir el esquema de los denominados planificadores urbanos.

Y si el ser humano se ve afectado por la pandemia del COVID 19, es innegable que el mismo introduzca en ese territorio cambios por los temores generados en la pandemia, y que tienen origen en los desplazamientos, el transporte público, el uso del espacio público, el espacio privado de uso general y particular, entre otros; la salud pública será invitada de honor nuevamente a los desarrollos inmobiliarios y urbanos, como en las primeras décadas del siglo XX.  Espacios mas ventilados, menos uso del transporte público, menos desplazamientos, y verificación previa de higiene de los espacios, marcarán los intereses privados y por ende la construcción colectiva de la ciudad.

En conclusión, la «ciudad de los 15 minutos»,  (https://lanetwork.org/ciudad-de-los-15-minutos-en-que-consiste-la-propuesta-de-anne-hidalgo-para-su-segundo-mandato/), cuyo origen se asocia más al cambio climático y no a la pandemia del COVID-19, será una realidad e invitada de honor; cada territorio urbano deberá desplegar su creatividad, para que sea lo más pronto posible.

Tenemos temor de desplazarnos a los centros de ciudad, a contaminarnos en el transporte público (paradójicamente se fortalecerá el transporte particular, a la espera que sea sostenible), a hablar con el otro, a saludar al extraño, entre otros; pero al mismo tiempo sentimos la necesidad de salir de nuestros hogares y de las cuevas digitales a las cuales nos debimos adaptar para regresar poco a poco a la oficina, al cine, al parque, al colegio, a la universidad, a restaurantes, centros comerciales, en fin, a relacionarnos con el otro.

Este regreso permitirá encontrarnos, y volver a crear ciudades sostenibles, ciudades donde lo ecológico, lo social y el crecimiento racional sean prioridades; el COVID 19 no traerá cambios inmediatos por cuanto  el tiempo de la ciudad, no es el tiempo del ser humano:  la construcción colectiva del territorio urbano es de varios años, e implica no abandonar el conocimiento adquirido por la humanidad en tiempos de como el presente, donde una atmósfera de salud e higiene, que evite la propagación del COVID 19 y nuevos virus desconocidos, se propaguen con la facilidad que ya lo hizo es bicho.

Higiene, será la palabra de moda en las ciudades del futuro próximo.