¿Cómo crecerán las ciudades de América Latina y el Caribe?

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LA Network Ciudades
Rio de Janeiro (Brasil)

Por: Nora Libertun 

Las ciudades son los motores del desarrollo económico y social; hogar para la mayoría de la población, y sede de gran parte de su producción económica, activos culturales, y e instituciones. Por eso, el futuro de las ciudades es determinante para el futuro de nuestro planeta. En otras palabras, cuidar, adaptar, administrar y planificar correctamente las ciudades, es imprescindible para alcanzar los compromisos climáticos internacionales, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS o los Acuerdos de París.

¿Quieres conocer qué depara el futuro a las ciudades de América Latina y el Caribe (ALC)? En este artículo, que inicia una serie de blog posts sobre los efectos del cambio climático en el futuro de las áreas urbanas nuestra región, daremos respuesta a algunos interrogantes que tienen que ver con los motivos y la forma en la que crecerán las ciudades de ALC en las próximas décadas. ¡No te lo pierdas!

Ciudades, megápolis y áreas metropolitanas

ALC es uno de los continentes más urbanizados del planeta. Si las tendencias demográficas actuales continúan, en 2050 más del 86 % de la población de la región vivirá en ciudades. En la actualidad, ya el 11 % de los 17.600 municipios de LAC representan más de dos tercios de toda la población urbana.

La mayoría de los residentes urbanos de ALC se concentrarán en unas pocas metrópolis de la región.  Las diez ciudades más grandes de ALC albergan a uno de cada cuatro hogares urbanos, y aproximadamente el 40 % de la población urbana de ALC reside en un municipio de conurbación, en comparación con el 33 % de la población urbana mundial . El área metropolitana promedio en la región tiene alrededor de dos millones de residentes e incluye casi 10 unidades administrativas o municipios. Casi la mitad de las 75 áreas metropolitanas más grandes de ALC tienen un gobierno a nivel metropolitano.

Factores detrás del crecimiento urbano

El crecimiento de ciudades es un fenómeno complejo, pero hay dos factores que destacan en ALC:  cambios demográficos y cambio climático, siendo este último también un factor en la demográfica de las migraciones interurbanas.  

Cambios demográficos

Respecto a los cambios demográficos, las últimas décadas muestran una tendencia a hogares más pequeños y de mayor edad promedio. Alrededor de 18 países de ALC tienen tasas de fertilidad por debajo del nivel de reemplazo, uno de los factores que explican la tendencia hacia hogares más pequeños. Por ejemplo, en Lima, Perú, el tamaño medio del hogar en 2017 fue de 3,4 personas, frente a 3,9 en 2010. Al mismo tiempo, el porcentaje de personas mayores de 60 años sigue aumentando en todos los países. En 2014, por primera vez en la región, este segmento de población representó un porcentaje mayor que el correspondiente a la población menor de 15 años.

Cambio Climático

Por su parte, el cambio climático es un factor decisivo en el crecimiento de las ciudades. Los efectos del cambio climático ya están detrás del aumento de flujos migratorios en ALC. Esto se observa tanto de ciudades pequeñas a grandes en el Cono Sur y de áreas rurales a urbanas en América Central, así como la tendencia a emigrar a otros países del Caribe. Por ejemplo, el huracán Mitch provocó la reubicación de 100.000 a 150.000 personas en América Central en 1998, especialmente en Honduras y Nicaragua.  De 1996 a 2010, los impactos climáticos llevaron a más de tres millones de personas a abandonar sus hogares en la región semiárida de Brasil .

Eventos atmosféricos como lluvias prolongadas y sequías extendidas pueden desencadenar también la migración. Por ejemplo, en México, un aumento de un punto porcentual en la sequedad climática se asocia con un aumento promedio de 2,5 puntos porcentuales en las tasas de migración de municipios rurales a urbanos. Del mismo modo, los cambios de temperatura que disminuyen persistentemente los rendimientos de los cultivos están asociados con la reubicación de trabajadores rurales en áreas urbanas.

Densificación vs Expansión

Actualmente, las ciudades de ALC son relativamente densas. El 80 % tiene alrededor de 2.400 personas por kilómetro cuadrado, muy por encima de la mediana mundial de 1.500 personas por kilómetro cuadrado. En general, observamos dos patrones de crecimiento urbano en la región.  Mientras que algunas ciudades se expanden en su superficie, otras lo hacen mediante la densificación -es decir, aumentando su población, sin aumentar su expansión territorial. Por ejemplo, La Paz, Bolivia; Córdoba, Argentina; Santiago, Chile; y Brasilia, Brasil, aumentan su área en un promedio de 11 % al año.

En contraste, ciudades como Bogotá, Colombia; Lima, Perú; Asunción, Paraguay; y Santa Cruz, Bolivia, están creciendo mediante la densificación. A su vez, cabe destacar que la densidad promedio de una ciudad puede ser poco representativa de cada uno de sus barrios. Los asentamientos informales, donde reside uno de cada cinco hogares urbanos de ALC, suelen tener una densidad mucho más alta que el promedio de la ciudad en la que se encuentran.

Hacia un desarrollo sostenible para América Latina y el Caribe

Las ciudades de ALC se encuentran en un momento decisivo para asegurar su desarrollo sostenible.  Por un lado, los desafíos interrelacionados de los impactos del cambio climático, la urbanización rápida y los cambios demográficos requieren soluciones innovadoras e inclusivas. Por otro, la política pública, la planificación urbana y la inversión en infraestructuras deben dar respuesta a estos retos.

La planificación urbana es y será clave para mitigar los riesgos y desafíos asociados con el crecimiento urbano. Por ello, combinando la planificación junto a estrategias de desarrollo territorial ayudará a gestionar los cambios demográficos y los impactos del cambio climático en la infraestructura urbana. Algunas de estas infraestructuras incluyen la infraestructura crítica y la construcción de vivienda adecuada y asequible. Por lo tanto, contar con buena planificación territorial contribuirá a distribuir los recursos y servicios básicos, evitando la concentración excesiva de población en determinadas áreas y reduciendo la proliferación de asentamientos informales.

En los próximos artículos abordaremos la importancia de aplicar un enfoque holístico que aborde los aspectos ambientales y sociales del crecimiento urbano para fomentar ciudades resilientes y prósperas.

NOTA: Nora Libertun de Duren es una destacada experta en sostenibilidad, inclusión social y vivienda asequible en áreas urbanas. Esta columna fue publicada originalmente en Blog del BID