El 75 % del espacio público está ocupado por calles… así es, tres cuartas partes de todo el espacio público de las ciudades está cubierto por asfalto que diseñamos hace décadas para facilitar el paso y el estacionamiento de autos, buses, camiones, motocicletas y demás vehículos que vemos a diario. Pero en la mayoría de las ciudades, esa facilitación del paso no se está dando. Esa “facilitación” se ha convertido en congestión, contaminación y siniestralidad vial, impactos que además se dan de manera desigual, ineficiente y violenta, básicamente porque esta gran masa que llamamos calles está cubierta por autos. Autos que en las ciudades de América Latina tienen en promedio 1.2-1.4 ocupantes por vehículo.
Cuando analizamos la distribución modal en América Latina, vemos que alrededor del 68 % de las personas se mueven en transporte público o a través de modos activos. Pero cuando vemos la superficie vial que está dedicada exclusivamente para esta mayoría, vemos que no llega al 1 %. En cambio, al analizar el espacio vial dedicado para mover el 32 % de los usuarios de las vías, vemos una asignación del 99 % del espacio.
Es así como se propone una reconceptualización de la calle y sus tres funciones primordiales:
Movilidad
Espacio público
Medio ambiente
En movilidad, la función de la calle debe rebalancearse para lograr ser más eficiente y más igualitaria. Se trata de asignar el espacio, la infraestructura y los vehículos de una manera más eficiente, que promueva la maximización del uso en función del número de personas que transitan.
En cuanto al espacio público, la calle tiene una función elemental: debe recuperar ese lugar donde los vecinos se encuentran, donde los niños juegan, donde generamos relaciones sociales que perduran. Desde Jane Jacobs hace más de 50 años se ha demostrado los efectos que tiene sobre la salud, el bienestar personal y la seguridad, al tener más personas en la calle, y mixturas de usos del suelo y de los espacios.
Por último, la función con respecto al medio ambiente por su impacto en salud pública y la contaminación global se hace cada día más relevante. La dominancia del auto particular y falta de espacios públicos que inviten a ser utilizados ha generado mayor sedentarismo, derivando en obesidad, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, entre otras. Más de 1.25 millones de personas mueren al año en siniestros viales, y más de 4.2 millones de personas mueren por la contaminación del aire, gran parte debido a los vehículos particulares, su velocidad y sus contaminantes locales. Asimismo, se estima que las ciudades generan el 70 % de las emisiones de CO2, principal insumo del calentamiento global.
Varias ciudades han comenzado esta transformación sumando varios elementos acá mencionados buscando recuperar estas funciones de la calle, rebalancear la ecuación y generar espacios que generen bienestar social. Barcelona a través de sus supermanzanas, Nueva York y la transformación de Times Square, Paris y la prohibición de circulación de los vehículos a lo largo de las calles paralelas al rio Sena, las restricciones del uso de vehículos particulares en el centro para Madrid y Oslo. A estos ejemplos se le suman varias ciudades latinoamericanas como Buenos Aires, donde la peatonalización de varias calles del microcentro y la restricción del ingreso de vehículos particulares en esta misma zona, generan transformaciones estructurales para toda la población.
Argentina ocupa la silla de la Presidencia del G20 este año, y como parte de la agenda de trabajo conjunta del grupo de los 20 países más influyentes del mundo, se decidió abrir un capítulo para las ciudades denominado: Urban20. Para este capítulo Urbano se encargaron una serie de White Papers a las instituciones que apoyamos esta agenda para promover investigación e innovación en temas críticos. Este blog es el resultado del White Paper “Urban mobility, health &public spaces: reshaping urban landscapes”, escrito por Felipe Targa (Banco Mundial), William Moose (Banco Mundial) Carlos Mojica (BID) y quien firma este texto, Nicolás Estupiñán (CAF), como contribución al Urban20.
Columna publicada originalmente en el blog Visiones de CAF