LA Network presenta las reflexiones y acciones de Nueva York, Zúrich, Viena y Máribor, en Eslovenia, para enfrentar el regreso a la vida cotidiana luego de la pandemia.
Compartir con Latinoamérica algunas de las acciones que varias ciudades del mundo han tomado luego de un mes de cuarentena en promedio y de cara al retorno a sus actividades y cotidianidad, fue el objetivo central del webinar ‘¿Cómo se están preparando las ciudades para una reapertura ante el COVID-19?’ que realizó la Red de Ciudades del Banco Interamericano de Desarrollo y que señala que asuntos que van desde el tratamiento de los impuestos hasta los metros cuadrados de los comercios que abren; son importantes para la reapertura.
Penny Abeywardena, comisionada de la Oficina del Alcalde en Asuntos Internacionales de Nueva York; Anna Schindler, directora de Desarrollo Urbano de Zúrich (Suiza); Klemens Himpele, director del Departamento de Estadísticas de Viena (Austria) y Nataša Ritonija, jefa de Relaciones Internacionales del municipio de Máribor (Eslovenia); compartieron las respectivas experiencias de sus ciudades con la moderación de Tatiana Gallego Lizón, jefa de la División de Vivienda y Desarrollo Urbano del Banco Interamericano de Desarrollo.
Para Nueva York las cosas no han sido nada fáciles y sus 23 474 víctimas por COVID-19 demuestran que hasta grandes urbes pueden ser duramente golpeadas ante la falta de preparación. “No teníamos capacidad de atender esto. Teníamos 20.000 camas y tuvimos que improvisar para tener 60.000”, relató la comisionada Abeywardena.
Destacó que, de cara a la reapertura, una de las decisiones en las que trabajan es en posponer el pago de los impuestos de renta; agregó que requerirán intensificar el programa de salud mental que operan desde hace seis años, así como tratar de conciliar un salario mínimo por hora que ayude tanto a trabajadores como a empleadores (piensan en US$6 por hora).
“Esto nos tiene que dar la oportunidad de no solo de recuperarnos sino de transformar nuestra ciudad”, expresó. Insistió en que son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) los que proveen el marco de actuación y la consideración de las mejores prácticas para un proceso que será “muy largo”.
Tanto Zúrich como Viena, explicaron que, por ser países con sistemas de gobierno federales, la mayor parte de sus decisiones partieron de este nivel federal.
En el caso de Zúrich, que inició su periodo de aislamiento obligatorio el 16 de marzo, la directora de Desarrollo Urbano indicó que empezaría a tomar acciones desde el 11 de mayo con el regreso a clase de sus escuelas primarias. El 8 de junio, si los indicadores de contagios se estabilizan o reducen, regresan escuelas secundarias y universidades. Han tenido que lidiar con el debate del regreso a labores de negocios con menos de 10 personas, en el que los demás comerciantes reclaman oportunidades. Trabajan en una medida conjunta entre cantones y ciudades para asumir un porcentaje de ayuda en salarios y están gestionando espacios de conciliación entre propietarios y arrendatarios de locales comerciales. El turismo está abierto, pero aún no llegan clientes y recomiendan a las ciudades trabajar muy bien sus acciones comunicativas a los ciudadanos y unirse a ciudades cercanas para compartir sus experiencias mutuas.
Klemens Himpele, director del Departamento de Estadísticas de Viena, explicó a los más de 250 asistentes al webinar, que el confinamiento en su ciudad, con 1.9 millones de habitantes se inició también el 16 de marzo. Hasta el 14 de abril solo permitieron la apertura de los comercios críticos (farmacias, mercados) y en esa fecha ya abrieron la gran mayoría, incluso los centros comerciales. A los establecimientos diferentes, les limitaron su apertura a los locales con menos de 400 m2. Hacia final de mayo ordenarán la apertura de las piscinas. Están estimulando el uso del espacio público como el entorno ideal para salir ya que permite el distanciamiento entre personas. Su clave: el seguimiento estricto de cada caso de contagio.
La Red de Ciudades del BID que integra 160 ciudades de América Latina y El Caribe, invitó a Máribor, ciudad eslovena de cerca de 100 000 habitantes como ejemplo de ciudad intermedia. Desde allí, la jefa de Relaciones Internacionales, Nataša Ritonija, explicó que el reto de su país y su ciudad fue el manejo del riesgo de migrantes ya que su territorio comparte fronteras con Italia, Hungría, Austria y Croacia.
Relató que en su ciudad -con 119 casos y 10 fallecidos-, se mantuvo la posibilidad de que las personas salieran a los parques pero que, prudentemente los ciudadanos mantuvieron el confinamiento. Con una reducida población en situación de calle, la ciudad eslovena decidió implementar un programa de atención a esta población y evitar su contagio con la enfermedad; también mantuvieron programas de entrega de paquetes alimenticios a los niños.
Allí decidieron abrir museos y galerías, pero solo hasta el 4 de mayo abrirán el sector de restaurantes, no para consumo interior y el 11 de mayo darán apertura a jardines infantiles y escuelas como parte de las medidas para regreso al trabajo: con niños en las casas no se puede regresar a la productividad.
Los funcionarios invitados coincidieron en que las prioridades de sus ciudades serán el fortalecimiento y protección de los sistemas de salud, la comunicación de las medidas preventivas y la gestión de los impactos económicos (empleo, comercio e industria).