Conectar un humedal con la ciudad: el caso Juan Amarillo en Bogotá

derecho_1
LA Network
3 agosto, 2022 - Ecología Urbana

Espacios para sembrar más árboles, pasos peatonales elevados y una conexión activa del agua del humedal con los barrios Rincón y Nueva Tibabuyes, en Suba –al occidente de Bogotá–, forman parte de la propuesta que permitiría revitalizar esta zona de la capital colombiana. 

Para el estudio se tomó como referencia una parte del área del tercio alto del humedal Tibabuyes (Juan Amarillo), que corresponde a un área de 33 hectáreas. Foto: ambientebogota.gov.co

Con 222 hectáreas, que se extienden por cerca de 18 barrios de las localidades de Suba y Engativá, el humedal Tibabuyes, o Juan Amarillo, es el principal reservorio ecosistémico de la megaciudad de Bogotá, la capital colombiana. 

Cuenta con una de las poblaciones más numerosas de tingua bogotana (Rallus semiplumbeus), ave autóctona de la cordillera Oriental del país, y el único que registra musgo de pantano (Fontinalis bogotensis), esencial en la retención de agua. 

Por tales características, entre otras, cuenta con la máxima certificación ambiental del mundo RAMSAR, sobre Humedales de Importancia Internacional. 

Pese a su valor ambiental, su conservación se ve amenazada por factores como la contaminación, la inseguridad, el descuido de la población vecina y el crecimiento urbanístico. 

Así lo evidenció Jorge Enrique Vargas Bravo, magíster en Diseño Urbano de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien propone un diseño urbanístico que permita una mejor conexión entre el humedal y la ciudad, teniendo en cuenta dos estructuras: urbana y ambiental. 

“La intervención urbana se desarrolla a partir de cinco ejes, que tienen una funcionalidad específica en el diseño, pero al articularse forman una propuesta colectiva”, explica el magíster. 

En lo ambiental, está orientada a una reconexión ecosistémica del lugar a través de la recreación pasiva (correr, jugar o practicar algún deporte) y paisajística, y también se desarrollan vocaciones de uso orientadas a la conservación, restauración y protección del humedal; por otra parte, el diseño propuesto permite controlar las inundaciones en épocas de invierno. 

“Uno de los temas más importantes para salvaguardar los humedales es volver a reconectar su ciclo hidrológico con la ciudad, y que el borde ambiental se abra hacia el frente urbano para desarrollar actividades como el avistamiento de aves, un museo a cielo abierto o iniciativas de agricultura urbana”. 

“No obstante, en esta zona la conexión está interrumpida por la infraestructura vial de la avenida Ciudad de Cali, que separa las actividades y el frente de agua, y lo hace inaccesible”, indica el magíster. 

El diseño tiene como objetivo reducir la contaminación e interconectar el humedal con la localidad de Suba. Foto: ambientebogota.gov.co

Mayor interacción 

Vargas Bravo asegura además que la zona es netamente residencial, por lo cual se deben hacer intervenciones como mejoramiento del perfil urbano en cuanto a más arborización, control del tráfico y zonas de permanencia de ciudadanos como los parques. 

Según la base de datos geográficos de la Secretaría Distrital de Ambiente, los 1.864 árboles del humedal solo se desarrollan en el borde ambiental y sobre los separadores del eje de la Avenida Ciudad de Cali, mientras en la propuesta del magíster Vargas se plantea un sistema arbolado con 10.391 árboles repartidos en el borde ambiental y urbano. 

De igual manera, propone abrir los espacios públicos para desarrollar plazas y andenes, los cuales deben estar articulados al sistema de espacio público de la estructura urbana para integrar así los dos bordes, pues en este momento predominan las calles cerradas. 

“Para recuperar la estructura ambiental es importante generar puntos de conexión elevados para las zonas verdes y subterráneas para el agua, en donde el sistema ambiental tenga siempre una conectividad permanente y vuelva a recuperar los ciclos ecológicos”, indica el magíster. 

En ese sentido, se realizó una nueva redistribución de la zona de manejo de protección ambiental y se generó una alameda con una pasarela elevada, en la cual el agua se tenía en ciertas épocas de precipitación, una creciente de agua y un desnivel dentro de la pasarela. 

“Se propone una red verde e hidrológica para poder articular las aguas lluvias. Dentro de la propuesta hay dos ejes: el peatonal y el eje de articulación, en el que se incluyen espejos de agua que pueden ser reutilizados para el uso del hogar”. 

La propuesta tiene una visión de intervención que se desarrolla en tres etapas: adecuar, construir y consolidar. Cada etapa se encuentra clasificada en un cronograma de ejecución en tres periodos: corto, mediano y largo plazo. El corto tiene un tiempo de ejecución de 2 años, el mediano de 4 años y el largo de 8 años, y la idea es que investigaciones como estas se incluyan en el marco de los proyectos de renovación urbana. 

Agencia de Noticias UN