Una estudiante de la Maestría de Diseño Urbano de la Universidad Nacional de Colombia, propone convertir en zonas comunes los espacios que hay entre las torres o bloques de conjuntos residenciales cerrados, para así evitar la fragmentación del espacio urbano. ¿Es viable llevar a cabo esta propuesta?
La estudiante María Camila Baquero, de la Maestría en Diseño Urbano de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), propuso como parte de una investigación adelantada en la ciudad de Cali, cambiar la configuración y diseño de los conjuntos residenciales y urbanizaciones cerradas, que en su concepto fomentan la segregación de la vida urbana. Su idea es implementar estrategias para convertir los alrededores de los primeros pisos de los conjuntos residenciales en áreas activas con espacios comunales y locales comerciales.
La propuesta se basa en una investigación centrada en Cali, por ser la segunda ciudad colombiana con mayor número de conjuntos residenciales cerrados después de Medellín.
La estudiante encontró que las ciudades colombianas han pasado de los tradicionales barrios residenciales de casas con antejardín, a zonas colmadas de conjuntos residenciales cerrados, lo que ha modificado el paisaje urbano. Una práctica en la que seguramente mucho tienen que ver los factores de seguridad en un país que ha tenido un conflicto armado de más de 50 años y una actividad de grupos delincuenciales muy fuerte.
“Formulé un modelo en el cual pongo a interactuar a todos los actores involucrados: las personas que viven allí, ya que mi propuesta les cambiaría su estilo de vida; las constructoras, que promueven estos modelos de conjuntos; el gobierno local, que también desde su normativa tiene cierta permisividad, y la academia”, explica la investigadora.
De la reunión con estos actores surgió un toolkit, que consiste en un grupo de estrategias o pautas que se pueden llevar a la práctica para transformar las fachadas y a la vez generar beneficios para todos los involucrados.
Las propuestas estaban encaminadas a transformar lo que en diseño urbano se llama “interfaz público-privada”, que se refiere a espacios como las fachadas, en donde convergen los ámbitos privado y público.
Alternativas como la de adecuar locales comerciales, además de ser una forma de mejorar el conjunto, se puede convertir en un ingreso adicional por el alquiler de los locales comerciales, o redundar en la disminución de las cuotas de administración.
El papel de los gobiernos y las constructoras
Tanto el Gobierno como las constructoras fueron los actores más reacios al cambio propuesto en la investigación. El Departamento Administrativo de Planeación Municipal de Cali reconoció la importancia de este tipo de investigaciones, pues gran parte de la dificultad para generar políticas que respondan a estas necesidades está en su desconocimiento, por ser de pequeña escala.
Las propuestas para estos dos sectores es generar incentivos que lleven a las constructoras a encontrar beneficios en sus diseños, como por ejemplo si deciden construir sin rejas y optar por otras alternativas más incluyentes, que el Gobierno les ofrezca beneficios como autorizar la construcción de más pisos, aumentando los ingresos de la constructora.
Por su parte, las constructoras también reconocen la viabilidad de las propuestas, siempre y cuando los incentivos se conviertan en una realidad.
La preocupación de la investigadora por el aumento en la construcción de unidades residenciales en conjunto cerrado se hace extensiva a todo el país. Según datos recopilados en su tesis de maestría, después de Medellín, Cali y Bogotá, las ciudades con mayor número de estas construcciones son Pereira y Armenia.
Por ello, el interés de su trabajo es generar estrategias genéricas que se adapten a cualquier tipo de conjunto, teniendo en cuenta las particularidades como el clima y las necesidades de uso en cada ciudad.
“La idea de la investigación siempre fue que ese concepto genérico de la estrategia pudiera ser aplicado en el ámbito nacional e incluso latinoamericano”, concluye la investigadora.
Con información de la Agencia de Noticias UN