Sin muchas sorpresas, fue presentado este informe para 2019 cuya metodología incorporó como novedad asuntos relacionados con la capacidad institucional para enfrentar la Cuarta Revolución Industrial.
El Consejo Privado de Competitividad en Colombia, en alianza con la Universidad del Rosario, dio a conocer este lunes la segunda edición del Índice de Competitividad de Ciudades (ICC), un ejercicio académico que permite identificar los avances o retrocesos de las ciudades colombianas en esta materia, a través de la medición de 97 indicadores agrupados en 12 pilares.
Para esta versión 2019 de la medición se usó por primera vez la nueva metodología del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés), organización que, después de cuatro años de emprender una revisión estructural a su tradicional Índice Global de Competitividad (IGC), lanzó en 2018 un nuevo indicador llamado IGC 4.0.
Justamente, uno de los asuntos más importantes del WEF frente a su nueva metodología se refiere a la llegada de la Cuarta Revolución Industrial (4RI), escenario que desafía la priorización de políticas y recursos de los países para aprovechar al máximo las ventajas que esta trae consigo.
Ya sobre los resultados concretos, el estudio mostró cómo 22 de las 23 principales ciudades colombianas avanzaron en competitividad, al evidenciar mejores números en infraestructura, educación, salud, instituciones sólidas o sostenibilidad ambiental.
Bogotá y Medellín, a la cabeza
Bogotá se ubicó en el primer lugar como la ciudad más competitiva de Colombia, con un puntaje de 7,57 sobre 10. El segundo lugar lo ocupó Medellín que alcanza una puntuación de 7,09. En el tercer puesto se ubica Bucaramanga con una calificación de 6,22. Cali es la cuarta ciudad más competitiva de la clasificación con 6,08, seguida de Barranquilla que obtiene un puntaje de 5,78.
Ya por sectores o pilares, mientras que Bogotá lideró en el indicador de instituciones, infraestructura, sistema financiero, tamaño de mercado, innovación y mercado laboral; la ciudad de Medellín ocupó el primer puesto en salud, educación superior y diversificación.
En el apartado de sostenibilidad ambiental, Bucaramanga y su área metropolitana ocuparon el primer lugar y se destaca por tener la mayor tasa de empresas certificadas con la ISO 14001. Al mismo tiempo, es sexto en calidad del agua con un puntaje de 9,86 sobre 10. Cabe resaltar que con esos resultados la ciudad es primera en el subpilar de gestión ambiental y del riesgo y séptimo en materia de activos naturales.
Aunque los investigadores responsables del informe señalan que no pueden ser enteramente comparables los resultados en relación con 2018, si se puede señalar que los mayores avances se vieron en las ciudades de Armenia y Pasto, que aumentaron 0,41 puntos y 0,29 puntos, respectivamente frente al índice del año anterior.
Puede acceder al informe completo aquí: https://lanetwork.org/wp-content/uploads/2019/06/ICC_2019_V1_VWeb.pdf
