La fuerte presencia de ciudades latinoamericanas en el Índice Global de Congestión Vehicular INRIX 2018 no debe sorprender, en opinión de sus promotores. Las tasas vertiginosas de urbanización, los altos niveles de asentamientos informales, las topografías implacables y volatilidad financiera dificultan la mejora de la movilidad en esta región.
Los resultados del Índice Global de Congestión Vehicular INRIX 2018 demuestran, en concepto de sus investigadores, que la congestión en América Latina se mantiene como un problema urbano latente y en aumento. El solo hecho de tener 3 ciudades latinoamericanas entre las 5 más congestionadas el año pasado es una prueba contundente de la asignatura pendiente para la región.
Bogotá es la primera ciudad latinoamericana del Índice en la posición número 3, pero es tristemente la número 1 en las horas perdidas en los embotellamientos con 272 horas en 2018. Ciudad de México está en el puesto 4 con 218 horas de congestión en el año y São Paulo se ubicó esta vez en el puesto 5 con 154 horas perdidas. Luego vienen Rio de Janeiro (puesto 7), Belo Horizonte (18), Guayaquil (puesto 21) y Medellín (25).
De acuerdo con el Índice INRIX, tres países latinoamericanos acaparan las ciudades con mayor congestión. Del total de 220 ciudades medidas, 15 ciudades son mexicanas, 7 son brasileñas, 3 colombianas, 2 ecuatorianas, una boliviana y una portorriqueña.
Ya en el escenario mundial, las tres ciudades con peor tráfico son, de acuerdo con este estudio, Moscú (Rusia) en el primer lugar; Estambul (Turquía) en el puesto 2 y Londres (Reino Unido) en la posición número 6.
El estudio, presentado por primera vez en 2016, usa Big Data al aprovechar 500 terabytes de información de 300 millones de fuentes diferentes que cubren más de 5 millones de kilómetros de carreteras, combinados con otras fuentes como estacionamiento mundial, consumo de combustible, transporte público e información meteorológica, entro otros ítems.
Para la versión de este año, los investigadores utilizaron dos años de datos históricos para proporcionar una comparación completa año a año de la congestión y la movilidad. Un enfoque de varios años permite la identificación de tendencias en las ciudades más grandes del mundo y proporciona una base para la comparación.
Sin duda uno de los temas más sensibles es de los costos económicos que generan estas congestiones y que pueden dividirse en dos tipos: directos e indirectos. Los costos directos son asumidos puntualmente por el conductor del automóvil mediante el uso de las carreteras en la congestión e incluyen el valor o el costo de oportunidad del tiempo que gastó innecesariamente en la congestión, más el costo adicional de combustible y el costo social y ambiental de las emisiones liberadas por el vehículo. Los costos indirectos son asumidos por los hogares a través del aumento en los precios de los bienes y servicios debido a la congestión que enfrentan las empresas.
El equipo de investigación de INRIX cuenta con investigadores en Europa y América del Norte, y está compuesto principalmente por economistas, especialistas en políticas de transporte y científicos de datos con experiencia académica.
Conoce el informe completo aquí: http://inrix.com/scorecard/