LA Network habló con su vicealcalde sobre los desafíos de la llamada ‘Atenas ecuatoriana’ y los riesgos de planificación ante su crecimiento.
Hace apenas dos meses el alcalde de la ciudad ecuatoriana de Cuenca, Pedro Palacios, asumía como mandatario de la conocida también como Santa Ana de los Cuatro Ríos y con esa visión de lo que le espera a la ciudad durante esta administración, LA Network dialogó con su vicealcalde, durante el World Cities Summer 2019.
Se trata de José Pablo Burbano, arquitecto urbanista que, al igual que el alcalde, proviene del sector privado pero que afirma tener total claridad sobre el rumbo que debe tomar la ciudad y los retos para hacerla una ciudad sostenible, con base en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en pleno progreso, pero protegiendo su ruralidad y su valor histórico.
¿Cómo reciben Cuenca después de la posesión en mayo pasado?
Cuenca es una ciudad pujante y que se ha hecho por los cuencanos. Las administraciones públicas -realmente no las quiero juzgar-, pero creo que los políticos debemos dejar que la ciudad se desarrolle por sí sola y simplemente ser facilitadores. Como ciudadanos nos cansamos de protestar. El alcalde Palacios y quien habla venimos de un proceso ciudadano porque la gente ya quería cambiar esa vieja política. Hay mucha expectativa para cambiar el rumbo de la ciudad en el buen sentido.
¿Qué retos tienen principalmente?
Nos preocupa muchísimo la falta de oportunidades de la ciudad, el tema ambiental y el tema de planificación de la ciudad, la movilidad, el centro histórico, el futuro que es lo que nos motiva a trabajar.
Cuenca se caracteriza por sus cuatro ríos, ¿qué papel jugarán en su administración?
Tenemos cuatro ríos de montaña que cruzan la ciudad y así como son nuestros amigos ambientalmente también algún momento le pasaron factura a la ciudad, porque esos ríos cuando crecen son un gran peligro. Debemos aprender a manejarlos desde los páramos, desde la conservación de las fuentes hídricas. Un objetivo es que estás márgenes de protección de los ríos se conserven a lo largo de la ciudad y se transformen en parques lineales.
¿Pero, también hay una gran presión inmobiliaria por esas zonas? ¿Cómo se articula esto con el proyecto Cinturón Verde?
El Cinturón Verde es un concepto macro, engloba todas las áreas públicas, parques, el cinturón alrededor de los ríos es una gran tarea. Así estamos recuperando el espacio público que en algún momento fue tomado por intereses privados y sobre todo la densificación de las ciudades alrededor de los ríos es sumamente fuerte.
Son ríos que atraen la inversión de condominios, de ciudadelas turísticas, muy explotadas para el turismo interno. Tenemos una situación muy simpática: fuimos declarados una de las primeras ciudades en el mundo y Latinoamérica para residencia de personas de tercera edad. Entonces tenemos una migración de extranjeros que han llegado a vivir en Cuenca y que valoran muchísimo estos espacios verdes con los ríos. Como administración recuperaremos esas áreas haciendo que la misma ciudadanía se empodere de estos sectores: entonces generar caminería, zonas de cultivo, zonas deportivas, áreas de niños alrededor de los parques es fundamental y claro son los pulmones de la ciudad.
¿Cómo viene creciendo la ciudad?
El gris de la ciudad, la mancha urbana está creciendo desmedidamente alcanzando nuestras zonas rurales, zonas naturales donde existen verdaderas ciudades satélites que llamamos las parroquias. Son en total 21 y por ejemplo algunas con 42 000 habitantes. Allí queremos que la gente se empodere de su espacio, que tenga alcaldías con poder y autonomía económica, financiera y administrativa. Estamos empeñados en trasladarles esas competencias para empoderarlos del espacio y que se desarrollen en función de su vocación de suelo, muchos dedicados al tema artesanal, al desarrollo agrícola, gastronomía y que son potenciales de cada una de ellas.
¿Qué medidas tomarán para evitar una expansión que comprometa los recursos naturales, las zonas periurbanas?
Cómo administración tenemos que ser muy responsables. No podemos dejar que la ciudad crezca horizontalmente cómo está creciendo. Tenemos muchas zonas con cantidad de servicios públicos pero que no están consolidadas. Apuntamos a que estas zonas se exploten mejor, retornar el ciudadano allá. Obviamente el costo del suelo es muy alto, sin embargo, hay que buscar estrategias para que los suelos que generalmente son patrimonio activo de la ciudad sean utilizados de la manera debida. Obviamente con el medio ambiente estamos claros que al 2030 tenemos un reto grande sobre la conciencia ambiental de los ciudadanos, de las administraciones, es un tema estratégico así tenemos que apuntar todos nuestros esfuerzos y toda nuestra planificación.
¿Y desde las herramientas de planificación?
Estamos entrando precisamente en un proceso de aprobación del primer ‘Plan de uso y gestión del suelo’. Hay que reconocer que hay zonas que están densificadas y están afectando las áreas rurales. Ya está hecho el diagnóstico tenemos hasta mayo próximo para hacer la formulación y poder proyectarlo a la ciudad. Hay que reconocer que ciertas zonas rurales ya son verdaderas ciudades, hay que generar nuevos centros de desarrollo urbano – parroquiales y permitir que la ciudad se desarrolle en estas zonas y que el resto sean áreas de cultivo, áreas que todavía son las que alimentan la ciudad donde hay mucha inversión en riego, muchas inversiones inversión en agroecología. Y como te dije, entregarles autonomía a esas zonas, hacia allá va la planificación.
El tranvía, uno de los proyectos más importantes y que tardó cinco años en concluirse está listo, ¿cuándo empezará a operar oficialmente y cómo entra a jugar en materia de movilidad sostenible, como sistema?
Esta es una visión de hacer una ciudad mucho más amigable con el medio ambiente. Es una experiencia nueva que seguramente la vamos a inaugurar en las próximas semanas y que va vinculado con cambiar toda la flota de buses por buses eléctricos. También está vinculado con sistema de ciclovías, un proyecto de bicicleta pública todo para que la movilidad sea mucho más amigable con el ciudadano, con el medio ambiente y con la ciudad.
Porque hay un tema crítico. Nuestro Centro Histórico, siendo Patrimonio Cultural de la Humanidad, se ve devastado, se ve desbordado por la cantidad de vehículos que ingresan en él. Entonces claro el tranvía pasa justamente por el corazón de este Centro y lo queremos transformar en un tema turístico de primera mano. Cuenca tiene un potencial turístico enorme y si no lo enfocamos hacia estrategias realmente positivas y con criterio de conservación será negativo. Nos toca mucho por hacer, mucho por aprender, pero creo que estamos en el camino correcto y por último invitarles a que conozcan Cuenca porque en la medida que la ciudad culturalmente despierte, que vuelva a ser la ‘Atenas del Ecuador’, una ciudad para el mundo será una gran oportunidad para desarrollarnos yo sé que muy bien.