Debate académico sobre la calidad del aire en Medellín

derecho_1
LA Network
28 septiembre, 2017 - Ética Ciudadana

Académicos nacionales e internacionales analizaron el tema de la polución atmosférica y sus impactos en la salud humana, la economía y los ecosistemas en el Air Quality Workshop que se realizó en Medellín hasta el día de ayer.

Por Agencia de Noticias EAFIT

El uso de combustibles fósiles, la mala planeación de las ciudades, y una relación con el aire y el agua basada en la idea de que se trata de vertederos han influido para que el Valle de Aburrá experimente emergencias ambientales cuyas raíces se aferran también a los ciclos atmosféricos y a una idea errónea del compromiso con el ambiente.

Este diagnóstico hace parte de las conclusiones arrojadas en el debate de académicos y autoridades ambientales en el panel Polución atmosférica y sus impactos, organizado por la Universidad EAFIT de Medellín con el apoyo del Área Metropolitana, Ruta N, la Alcaldía de Medellín, Corporación Parque Arví e Icetex.

El reto del aire se hace más visible cada cierto tiempo, de acuerdo con Eduardo Atehortúa, coordinador de la Red de Profesionales de Sostenibilidad Capítulo Antioquia y profesor de ética, responsabilidad social y sostenibilidad en EAFIT, y no decrecen las posibilidades de sufrir situaciones de emergencia ambiental por la calidad del aire en el Valle de Aburrá, como ocurrió en marzo de 2016.

«Se evidencian dos épocas del año en las que esto sucede. Este tema, en el ámbito económico, hay que amarrarlo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible números 11 y 13, relacionados con las ciudades y comunidades sostenibles y la acción por el clima, a su vez asociados al uso de combustibles fósiles y el cambio climático. La idea es poder hablar de ejemplos que demuestran la posibilidad de lograrlo. Iniciativas como los buses eléctricos en Medellín demuestran que podemos tener transporte público de otra naturaleza», aseguró Eduardo Atehortúa.

Para eso, la unión de esfuerzos entre los sectores público, privado y académico se tornan urgentes. También las acciones independientes para hallar soluciones alternativas de movilidad, así como fortalecer iniciativas legislativas y estatales como la ley de cambio climático y el Comité Financiero del Sistema Nacional de Cambio Climático, cuya labor permitió detectar tres instrumentos para avanzar rápido en la financiación de proyectos de mitigación y estudio de la contaminación ambiental.

Se trata, en palabras de Eduardo, de los mercados de derecho de emisión, los bonos verdes y las líneas verdes. El experto indica que Bancolombia, por ejemplo, tiene una línea verde que permite a los empresarios hacer inversiones en proyectos como movilidad eléctrica y sostenible; infraestructura y construcción sostenible; eficiencia energética; energías renovables, entre otras iniciativas para las que el banco ha colocado en el mercado 1.5 billones de pesos.

«Eso demuestra que en este país hay empresarios interesados en invertir en proyectos para reducir su huella ambiental, pero necesitamos más bancos que le apuesten a esto —resaltó el experto—. También tenemos los bonos verdes: deudas generadas con el mercado de capitales para que los inversionistas entreguen recursos para iniciativas ambientales. Van, hasta la fecha, tres emisiones por cerca de 800 mil millones de pesos realizadas por Bancoldex, Davivienda y Bancolombia. Sí hay recursos, la banca quiere prestar dinero para proyectos verdes, y los debemos identificar».

Universidad Eafit

Sin embargo, las tasas de mortalidad por cáncer de pulmón en Medellín —3.4 veces las de Bogotá y 2.7 veces las del país—, así como las pérdidas por 30.000 millones de pesos reportadas por Fenalco, y motivadas por los últimos episodios de emergencia ambiental, son realidades expuestas en este panel cuya existencia se pidió no desconocer.

Jornadas de análisis

Además de las reuniones entre expertos, Air Quality Workshop contempló una serie de sesiones de trabajo en el Parque Arví, antes de reunirse el martes con representantes gubernamentales encargados de tomar decisiones y elaborar políticas encaminadas a reducir los impactos negativos de la polución atmosférica, y asegurar un abordaje más responsable de la problemática por parte de todos los actores sociales.

El panel del pasado lunes también fue el escenario para discutir soluciones en materia de modelos matemáticos con miras a elaborar pronósticos atmosféricos, presentado por Lucía Quintero Montoya, directora del Grupo de Investigación en Modelado Matemático de EAFIT, y de estudio de la química y composición del material particulado en el aire, en cabeza de José Fernando Duque Trujillo, director del Semillero de Investigación de Vulcano-tectónica.

Entre los ponentes, panelistas y expertos que participaron de la iniciativa están Marcos A. E. Chaparro, del Centro de Investigaciones en Física e Ingeniería del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Argentina);  Néstor Y. Rojas, profesor del Departamento de Ingeniería Química y Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia; Elena Montilla, docente del Departamento de Ciencias Físicas de EAFIT; Carlos Hoyos, director del Sistema de Alerta Temprana del Valle de Aburrá (Siata); David Jaramillo Vogel, de la Fribourg Universität (Suiza); y Andrés Pareja, profesor de la Universidad CES.

Por su parte Martijn Schaap, del Departamento de Ciencias de la Tierra en Freie Universität Berlin (Alemania); John F. Mejía, del Desert Research Institute, de la Universidad de Nevada; Juanita Rausch, de la Fribourg Universität, y Jan Willem Erisman, de la Vrije Universiteit Amsterdam (Países Bajos), compartieron sus conocimientos sobre el modelo Lotus-Euros en investigación de la polución atmosférica, modelado atmosférico, análisis de partículas y transporte atmosférico de contaminantes, respectivamente.

Y es que el comportamiento de los fenómenos atmosféricos y las corrientes de aire facilitarán asumir con mayor responsabilidad las iniciativas para la mitigación y el cuidado del aire, así como asegurar un mayor impacto de las mismas.

«Entre 2010 y 2012, en la Universidad EIA (antes Escuela de Ingeniería de Antioquia), en conjunto con la Universidad Nacional y el Área Metropolitana, iniciamos un proyecto para determinar las causas de un deterioro progresivo de los árboles en Medellín”, dijo María del Pilar Arroyave Maya, profesora asociada de esa institución, quien agregó que encontraron que “en zonas con altos niveles de contaminación el número de árboles afectados era mayor, y aunque no los mataba sí los debilitaba y los hacía más susceptibles a enfermedades».

Por eso, se pregunta si las especies que estamos sembrando en la ciudad tolerarán o se adaptarán a los crecientes niveles de contaminación, y afirma que, aunque la reforestación ayuda a controlar y prevenir la polución atmosférica, se requiere de un manejo adecuado para adelantarla, por medio de la selección de las especies con más capacidad de remoción de contaminantes, mayor resistencia y diseños florísticos adecuados a cada espacio.

Al respecto, Ángela María Rendón, doctora en Ingeniería Ambiental y docente de la Universidad de Antioquia, manifestó que las emisiones de contaminantes en Medellín nunca van a llegar a cero, debido a la alta densidad poblacional de la ciudad, pero sí es posible desarrollar tecnologías para saber, con horas de antelación, cómo fluctuarán las concentraciones de las mismas. De esa manera, se podrían planear las actividades al aire libre o elegir horarios para usar el automóvil y emitir de manera más controlada y responsable.

No obstante, Nicolás Pinel Peláez, docente del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad, agrega que no solo son peligrosos los contaminantes cuando se quedan recirculando en el aire del Valle de Aburrá sino también al ser transportados por la atmósfera hacia bosques de Chocó o zonas de cultivo en Antioquia, completando el análisis del fenómeno desde diversos puntos de vista.

«Parte de lo que nos interesa es entender cuáles son los impactos en nuestros cultivos. Tenemos estimaciones internacionales, pero no para productos centrales de nuestra economía como café, banano y caña de azúcar. Al problema se suman los contaminantes generados por la actividad agrícola misma, los cuales impactan los bosques aledaños a través del agua y los suelos», señaló Nicolás Pinel.