En el mundo, Colombia es el país con mayor número de homicidios. En Honduras hubo incremento de 250 %. Situación agrava impacto del cambio climático.
El Informe ‘Defendiendo el mañana’ de la organización Global Witness, reportó que en el mundo fueron asesinados durante 2019 un total de 212 defensores de la tierra, lamentablemente 148 de ellos en Latinoamérica, constituyéndose en la región global con una situación más critica mientras se agudiza la crisis por el cambio climático y cada vez se pierde más área natural para contrarrestar sus impactos.
“El número documentado de ataques letales contra estas personas defensoras continúa en aumento. Una vez más, nos vemos obligados a escribir que este es el año con la mayor cantidad de asesinatos registrados”, indicó el informe que se presenta desde el año 2012.
Uno de los puntos más dramáticos del informe es que a nivel global, dos países concentran el mayor número de asesinatos y uno de ellos es latinoamericano: Colombia, el que aportó a este registro, un aumento trágico del 166.7 % al pasar de 24 defensores de la tierra muertos en 2018, a 64 durante el año 2019.
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En este orden de ideas, en toda la región se evidencia un recrudecimiento de la violencia contra este tipo de defensores: en Brasil 20 % al pasar de 20 a 24 asesinatos; México con 28.6 % pasando de 14 a 18; Venezuela 166.7 % que fue de tres víctimas en 2018 a ocho en 2019; y uno de los casos más graves en términos de porcentaje, Honduras que, al pasar de cuatro a 14 asesinatos, presenta un incremento del 250 % y se posiciona como el país con el mayor número de consecuencias fatales per cápita del informe.
Aparentemente mejora la situación en Guatemala y Chile, con una reducción del 25 y el 100 %, respectivamente.
Cinco sectores económicos son críticos
El informe ‘Defendiendo el mañana’ que recoge los datos presentados entre el 1 de enero y el 31 de diciembre, advierte que son cinco los sectores económicos en los que se concentra el posible origen de la violencia, no sin advertir que los datos presentados posiblemente no reflejen la crudeza de la situación.
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“Nuestros datos sobre asesinatos nunca captarán con precisión la verdadera dimensión del problema. La situación a la que se enfrentan las personas defensoras es difícil de medir en algunos países: las restricciones a la libertad de prensa, así como la ausencia de registros gubernamentales y de la sociedad civil sobre los abusos documentados pueden dar lugar a un subregistro”, reconoce el Informe de Global Witness.
Entre el reporte de la situación para 2018 (informe ‘Enemigos del Estado’) y el presentado ahora para 2019, la organización civil concluye un aumento del 29.3 % en las agresiones mortales a los defensores, pasando de 164 a las mencionadas 212 víctimas.
La minería, la agroindustria, la explotación forestal, la sustitución de cultivos ilegales y reforma agraria; son los cinco sectores que el informe concluye, reúnen las principales causas de la violencia y que agrupan en total 133 de los asesinatos.
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“La minería continúa siendo la industria con el mayor grado de responsabilidad. Está relacionada con los asesinatos de 50 personas defensoras en 2019. Las comunidades que se opusieron a proyectos intensivos en carbono en la producción de petróleo, gas y carbón tuvieron que enfrentar amenazas permanentes”, advierte Global Witness, organización fundada en 1993 con la misión de exponer las vulneraciones de los derechos humanos en el contexto de la explotación de los recursos naturales.
Sobre la agroindustria, el informe señala que la expansión de los cultivos necesarios para la fabricación de aceite de palma y azúcar sería la causa de ataques, asesinatos e incluso masacres.
De hecho, tan solo al inicio del este mes, LA Network asistió al webinar ‘Deforestación y Cambio Climático ‘Síntomas de un sistema averiado’, convocado por organizaciones como Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, 350.org, Liga contra el silencio y el Instituto de Prensa y Sociedad de Perú; en el que se denunció el avance de la deforestación en Latinoamérica debido al interés de grandes grupos económicos por hacerse con cada vez más tierra en esta región ya que la moratoria en los países asiáticos puso la mira en la región donde, con la complicidad y debilidad de los estados y las normas; facilitan la depredación.
“En 2019, Global Witness documentó 34 asesinatos relacionados con la agricultura a gran escala, un aumento de más del 60 % desde 2018”.
El informe señala que son las comunidades más vulnerables, como los grupos indígenas, mujeres y minorías étnicas son las que están más expuestas a la violencia en tanto que luchan por defender un patrimonio no individual sino planetario y con enormes impactos en el marco del cambio climático.
“La triste realidad es que las personas más afectadas son las que menos responsabilidad tienen en provocar el cambio climático. A menudo, las comunidades más pobres son las que tienen una mayor probabilidad de vivir en medio de tormentas, en costas propensas a inundaciones y en lugares regularmente afectados por la sequía. (…) A nivel mundial (Sic), las mujeres y las niñas suelen ser más vulnerables a sus impactos”, concluye Global Witness.