Unión de organizaciones y universidades, encabezadas por la Universidad de Antioquia y su grupo GIBIC, producirían en el corto plazo ventiladores con valor de solo entre 500 y 1.000 dólares. México realiza inventario.
El déficit de ventiladores o respiradores artificiales para atender la pandemia de Covid-19 que azota al mundo, cuenta con la esperanza de aportar parte de la solución con un conjunto de organizaciones, universidades y voluntarios de Colombia que quieren concluir tres prototipos y fabricar al menos 1 000 unidades en un mes.
Mientras en Italia y España se concentra el impacto del ataque del virus con 6.200 muertes y cerca de 79.000 afectados según los datos del contador del Centro de Sistemas para la Ciencia y la Ingeniería de la Universidad John Hopkins; sus sistemas de salud evidencian la falta de estos equipos básicos y vitales para atender a los pacientes más graves. Tanto que, incluso firmas como Ferrari y Fiat quieren también aportar a subsanar este déficit mortal.
Por su parte, en Latinoamérica donde ya se registran 40 muertes (10 países) y 3677 casos en 21 países, la situación es similar en cuanto al bajo número de ventiladores o respiradores con que están dotados los sistemas de salud en la región.
Frente a ello, tres equipos, el Grupo de Investigación en Bioinstrumentación e Ingeniería Clínica (GIBIC) de la Universidad de Antioquia; Industrias Sampedro y la Universidad EIA en Medellín, en alianza con cerca de 100 voluntarios, sumados a empresas y centros de innovación como Ruta N; crearon la iniciativa #InnspiraMED que espera consolidar cada uno un prototipo de ventilador y ponen en el horizonte la meta de producir 1 000 ventiladores en un mes y cada uno con un valor de entre US$500 y 1 000, precio mucho más económico de lo habitual.
“Los expertos de nuestro grupo interdisciplinario están encerrados y completamente concentrados en las pruebas de laboratorio, la fase de experimentación”, dijo a LA Network uno de los integrantes del equipo de apoyo que rodea a ingenieros y médicos Intensivistas del Hospital Universitario San Vicente Fundación, quienes participan del proyecto realizando las evaluaciones a los equipos.
Pese a la alegría que causó en Colombia la noticia de lo avanzado del proyecto, el vocero quiso enfatizar en que se trata precisamente de anunciar que se camina en ese objetivo, “pero aún faltan etapas por cumplir como que luego de la fase de pruebas, la autoridad (Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos – Invima) debe autorizar su uso. Esperamos aportar en esta situación, pero ha habido mucha desinformación”.
En comparación con la meta de los grupos colombianos, a la firma Siare -fabricante habitual de ventiladores en Italia-, se le pidió desde Roma que incrementará su producción que, en un mes, estaba normalmente en 160 y que ahora se espera suba a 500. De allí que el objetivo de los colombianos sea bastante ambicioso e impactante ante la crisis.
La situación en México
Unos de los ejemplos de la situación alrededor de los ventiladores es que el Instituto Mexicano de Seguros Sociales, apenas esta semana pidió a las unidades médicas del país un inventario de equipos, entre ellos los ventiladores o respiradores, máquinas críticas para mantener con vida a los contagiados más graves.
La respuesta de la Secretaría de Salud, citada por medios locales, indicó que el sistema mexicano de salud cuenta con 2 053 ventiladores, es decir que, de poder cumplir con el objetivo, los colombianos producirían en un mes el 50 % de lo que tiene este país.
Por otra parte, incluso en Estados Unidos su presidente debió invocar una Ley que le permite solicitarle a las industrias, así no sean del sector de quipos médicos, que produzcan este tipo de equipos que salvan vidas.
Tanto colombianos como, seguramente otros latinoamericanos esperan que se materialice el objetivo del grupo GIBIC que ha recibido el apoyo, poniendo a su disposición todas las capacidades, de cerca de 100 organizaciones locales e incluso internacionales.
