El programa prevé crear un fondo para promover la rehabilitación energética en las construcciones ya hechas.
115 edificios nuevos de la ciudad argentina de Rosario, ya implementan los métodos de construcción que reducen hasta en un 80 por ciento el consumo energético usado para climatizar, los cuales suman 450 mil metros cuadrados cubiertos en la ciudad.
En Rosario, desde 2013, se estableció una obligación progresiva para quienes tramitan permisos de obras. Los parámetros de la ordenanza, creada a partir del trabajo en comisión de distintas facultades de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y los colegios profesionales, además del ahorro que significan en materia energética, permiten que se disminuyan las patologías y reduce el mantenimiento de las estructuras.
Además, la Secretaría de Planeamiento local, a través del Programa de Construcciones Sustentables y Eficiencia Energética, asesoró a desarrolladores y profesionales en cómo reemplazar materiales y técnicas para adecuarse a la normativa vigente, por medio de la cual la Municipalidad de Rosario busca que en 2018 la mayoría de las nuevas edificaciones se levanten sobre parámetros que permitan optimizar el consumo de energía para climatización.
A futuro, el gobierno rosarino piensa en asesorar a las construcciones anteriores a la normativa, para que puedan adecuarse y comenzar a regir bajo los parámetros beneficiosos que se encuentran estipulados en la Ordenanza.
En la actualidad, dentro de los diferentes proyectos que viene desarrollando la ciudad rosarina con métodos de eficiencia energética, se destaca el Estudio Feldman que está construyendo un edificio de nueve pisos con novedosos métodos de arqutectura sustentable en pleno centro, mientras que el grupo Fundar está desarrollando un importante centro comercial en zona noroeste.
Si bien la adecuación a la normativa tiene un sobrecosto, la incidencia del mismo es mínima en relación con el ahorro energético que puede llegar hasta el 80 por ciento según el caso, destaca la Municipalidad. Estas modificaciones reducen la cantidad de patologías por condensación superficial e intersticial, lo que lleva a gastar menos en tareas de mantenimiento.