El hollín del tráfico en las ciudades contribuye al calentamiento global

El hollín del tráfico en las ciudades contribuye al calentamiento global

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LA Network
16 diciembre, 2018 - Ecología Urbana

Según el último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), todavía hay incertidumbres con respecto a las cantidades y la distribución de hollín en la atmósfera. Si bien los observatorios en el Himalaya o los Alpes brindan información sobre estos procesos, el panorama aún es muy incompleto, especialmente para el hemisferio sur, por lo que esta investigación adelantada en ciudades bolivianas resulta de gran valor científico.

El hollín del tráfico en las ciudades contribuye al calentamiento global
La paz y al fondo su icónica montaña Illimani (6439 m snm). Foto: Ever Veimar Huanca Lucero

En los países emergentes, el hollín, producto del tráfico vehicular, puede alcanzar grandes alturas, desde donde puede ser transportado luego largas distancias y, por tanto, contribuir al calentamiento global.

Esta es la conclusión de un estudio realizado por un equipo internacional de investigadores en las ciudades bolivianas de La Paz, El Alto y el vecino observatorio de monitoreo climático en la montaña de Chacaltaya.

Los resultados de este estudio, que fueron publicados en la revista Atmospheric Environment, muestran cómo las partículas de hollín producidas en los procesos de combustión contribuyen significativamente a la contaminación del aire, porque contienen metales pesados e hidrocarburos aromáticos que son tóxicos.

En este contexto, una reducción de las partículas de hollín a través de restricciones de circulación para los vehículos a diésel puede reducir significativamente el impacto en la salud, como lo demuestran los estudios del Instituto Leibniz de Investigación Troposférica TROPOS, basados en la zona de baja emisión en Leipzig (Alemania). Sin embargo, el hollín no solo tiene un efecto negativo en la salud humana, también contribuye al calentamiento global al absorber la radiación solar.

Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), todavía hay incertidumbres importantes con respecto a las cantidades y la distribución de hollín en la atmósfera. Si bien los observatorios de altitud en el Himalaya o los Alpes brindan información sobre estos procesos, el panorama aún es muy incompleto, especialmente para el hemisferio sur.

Es probable que en los trópicos, grandes cantidades de hollín ingresen a la atmósfera a través de incendios forestales así como producto del tráfico vehicular en las crecientes conurbaciones de los países emergentes. Por tanto, los científicos esperan obtener información importante del observatorio de montaña Chacaltaya en Bolivia, que comenzó a funcionar en 2012.

Este observatorio, ubicado a 5240 metros de altura,  es actualmente la estación de medición más alta del mundo y de gran importancia para la investigación atmosférica. Es operado por un consorcio internacional liderado por la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA-LFA) en Bolivia y por institutos de Francia (Universidad de Grenoble / IGE, Laboratorio de Ciencias del Clima y Medio Ambiente / LSCE y Laboratoire de Météorologie Physique / LaMP), Alemania (Instituto Leibniz de Investigación Troposférica / TROPOS) y Suecia (Universidad de Estocolmo / SU).

El hollín del tráfico en las ciudades contribuye al calentamiento global
Alfred Wiedensohler, investigador de TROPOS y coordinador del estudio adelantado en las ciudades bolivianas de La Paz, El Alto y el Observatorio de Chacaltaya. Foto:Tropos

Con Bogotá (con cerca de 8 millones de habitantes en 2640m), Quito (aproximadamente 2 millones de habitantes en 2850m) y La Paz / El Alto (con 2 millones de habitantes entre 3400 y 4100 m), muchas de las ciudades de más rápido crecimiento de la región en América del Sur se ubican a gran altura. Por lo tanto, la contaminación del aire en esta región tiene un impacto particularmente fuerte en la atmósfera y el clima global.

En relación con el estudio, gracias a las tres estaciones a diferentes altitudes (centro de La Paz a 3590 m, aeropuerto de El Alto a 4040 m y el observatorio de Chacaltaya a 5240m), fue posible explicar el transporte vertical de hollín.

«Las mediciones muestran claramente cómo emerge el hollín del valle de la ciudad con el aire caliente hasta la meseta de El Alto y luego en parte hasta los picos de los Andes», señala el profesor Alfred Wiedensohler de TROPOS y coordinador de la investigación.

Desde el punto de vista de los científicos, no hay duda de que el hollín en La Paz proviene principalmente del tráfico vehicular. Durante el censo de población del 21 de noviembre de 2012, todo el tráfico en Bolivia fue completamente prohibido durante 24 horas para que la población pudiera registrarse en su lugar de residencia. Solo las ambulancias podían conducir para operaciones de emergencia.

«El resultado fue impresionante: la carga de hollín en la carretera se redujo de alrededor de 20 a menos de un microgramo por metro cúbico. Esto corresponde aproximadamente a la reducción de 100 a 5 %. No hay una forma más clara de demostrar la contribución del hollín a la contaminación del aire proveniente del tráfico rodado», explica Wiedensohler.

Este hallazgo, agrega Marcos Andrade, investigador del LFA-UMSA y coautor del estudio, es importante porque varias ciudades de la región podrían enfrentar el mismo problema. Por ejemplo, Cochabamba, la tercera área metropolitana más grande de Bolivia, tiene serios problemas de calidad del aire según la Organización Mundial de la Salud. Por lo tanto, este estudio puede contribuir a fortalecer las regulaciones para mejorar la calidad del aire en diferentes ciudades del país y de la región.