El Tren Maya en México tiene la ambición de ser mucho más que una obra de transporte. Pretende servir para detonar el desarrollo sustentable de comunidades que han sido ajenas a procesos de planeación y ordenamiento, pero, sobre todo, relegadas al desarrollo y la inclusión. Dialogamos con la responsable de las políticas de desarrollo urbano asociadas el proyecto, para conocer sus alcances.
El Tren Maya es el proyecto más ambicioso del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en México. Su objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas, especialmente en el sur del país, cuidar el medio ambiente y detonar el desarrollo sustentable. Recorrerá una distancia de 1500 km aproximadamente y pasará por los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Carina Arvizu es la Directora de Desarrollo Urbano del Tren Maya y con ella conversamos sobre los enormes retos que propone esta obra y cuáles son hoy sus principales avances.
¿Cuál es el sentido principal de una obra como el Tren Maya?
La gran visión que se tiene es que, a partir de las estaciones, se detone algo que hemos denominado comunidades sustentables, es decir, todo lo que se va a requerir para poder llevar el tren a la gente y la gente al tren. ¿A qué me refiero? pues a todo el tema de infraestructura, calles, parques, escuelas. Obviamente hay un tema turístico muy importante, donde todas las estaciones van acompañadas de hoteles y de servicios que ayudan a secundar la actividad. Y desde las comunidades sustentables estamos trabajando en esta escala, que es una escala pequeña, donde nos enfocamos en las hectáreas al borde de las estaciones, cómo ordenamos el tema del transporte, la movilidad, el acceso a otros bienes y servicios, a otras localidades de donde la gente llega al tren, y además lo que hay alrededor de eso. En algunos casos podemos hablar de desarrollo inmobiliario, pero en muchos otros lugares es más un desarrollo local, un desarrollo comunitario.
Y en un sur del país históricamente abandonado…
Es la oportunidad de ver de verdad la humanización en la península. Aquí tenemos en el diagnóstico que 6 de cada 10 municipios no tienen instrumentos de ordenamiento territorial ni ecológico, ni humano, ni ninguno. ¿Y qué está pasando? que sin esta visión o sin estos planes que nos ayuden a tener una ruta hacia donde ir, tenemos algunos municipios, por ejemplo, Lázaro Cárdenas, en Quintana Roo, que, si bien no suena mucho, tiene un potencial turístico y empieza a tener esta carga muy importante en términos de servicios turísticos, pero no tiene ningún ordenamiento y obviamente muchos vecinos están tratando de mantener los recursos naturales que tienen, pero sin estas herramientas o incluso en el tema de la valorización de la tierra que está teniendo y las compras masivas que se han hecho desde las últimas décadas, pues lo que se está generando también es una devastación de la selva. Por esa razón debemos tener programas, planes, para subsanar las falencias históricas que se han tenido en la península y poder actuar sobre ellas articulando distintas dependencias del Gobierno Federal con los municipios.
¿Cuáles son hoy los avances del proyecto desde su frente de trabajo?
Hemos logrado un avance bastante importante, o sea, en este año, por ponerte un ejemplo, en las 19 estaciones estuvimos trabajando muy de la mano con los municipios para poder avanzar en los ordenamientos comunitarios y ordenamientos municipales. Todo esto nos ha ayudado también a poder, con la gente en territorio, identificar cuáles son los proyectos de turismo comunitario, algunos sitios arqueológicos donde se puede conjuntar con el trabajo que se ha hecho y cómo ir potenciando eso de una manera ordenada, con una visión a futuro y una visión también regional para contemplar desde la escala micro hasta la macro, y así no tener estos desequilibrios en la península donde en ciudades como Cancún, lamentablemente que se planificaron hace más de 50 años, no se pensó en la gente que iba a trabajar ahí y tampoco se pensó en el modelo de desarrollo que se buscaba, y pues ahora estamos generando este nuevo modelo de desarrollo por medio de las comunidades sustentables, planes maestros alrededor de las estaciones, ordenamiento territorial a través de instrumentos que integren lo ecológico y lo urbano, en un instrumento que sea transversal, y lo hacemos de la mano de instituciones clave como ONU Habitat o SEDATU, que es fundamental en esto, con los municipios.
¿Cuántos municipios se van a ver influenciados por este proyecto?
El tren como tal cruza 42 municipios, es decir, las vías del tren pasan por esos municipios; pero, también hay una diferencia muy grande en términos territoriales en donde en Yucatán hay más de 100 municipios y en Campeche son 11, entonces obviamente en Campeche son pocos municipios en una extensión territorial gigantesca, pero también es poca población. Ayer estábamos, por ejemplo, realizando una actividad en donde la localidad más grande es de 5.700 habitantes, que no es lo mismo en la división política y territorial que tienen, versus Mérida aquí en Yucatán, como Cancún, en Quintana Roo, que rondan alrededor del millón de habitantes. Entonces, en esta diversidad el tren se está alineando a esto, primero a ordenar estos 42 municipios que cruza y donde va a haber estaciones y paraderos que ahí son menos de 20; pero el poder empezar a generar este desdoblamiento en este sentido de que permee. Adicionalmente, algunas instituciones han venido trabajando en el ordenamiento con los municipios donde el tren no necesariamente cruza por ellos, pero que va a tener un impacto en términos de la estación, del movimiento de pasajeros, etc.
¿Qué responder a las críticas que se han generado en materia medio ambiental en relación con el proyecto y cómo se está tratando el tema?
Yo creo que es una guerra más bien en términos mediáticos, porque aquí en Yucatán hay una tradición ferrocarrilera y la gente aquí creció con el tren. El tren utiliza derechos de vías existentes, es decir, por donde ya pasaba un tren en muchos casos va a volver a pasar, hay algunas certificaciones de trazo, por supuesto, pero el tren utiliza un tramo de vía del ferrocarril. Obviamente se tienen que hacer adecuaciones por el tema de la tecnología y el cambio climático, y por donde no pasa por antiguas vías el tren, pues pasa al lado de la carretera que es el mismo derecho de vía de la carretera. Si ustedes ahorita van a Cancún, pues verá que, en el ala sur de esta carretera, correrá el Tren Maya. Yo creo que decir que un proyecto de infraestructura no genera impactos en términos ambientales, pues también sería ingenuo, pero yo creo que se mediatizó muchísimo y, además, pensando en que es un tren, es mucho más eficiente, tiene muchas menos emisiones de carbono, muere mucha menos fauna que en la carretera donde todo el tiempo hay atropellamiento de jaguares, de monos, o sea, de fauna, porque en su momento se construyeron muchos de estos caminos y carreteras en la península y no se hicieron las obras adecuadas como, por ejemplo, pasos de fauna, y este tren está contemplando todo eso. Entonces, una manera de estar resarciendo cosas es integrando obras de mitigación y se está trabajando en muchos frentes, en términos de pagos por servicios ambientales.
¿El tren será eléctrico?
El tren será híbrido y es justamente de Mérida hacia Cancún y de Cancún hacia Tulum, que el 43 % de la vía es eléctrico, corre por unas catenarias eléctricas, y el resto es eléctrico – diésel.
¿De aquí a que comience formalmente la construcción, cuál es el mayor reto que tienen en todo el diseño y estructuración?
Yo creo que el tiempo, el tiempo es un reto muy importante y, por otro lado, algo muy importante es la multiplicidad de actores que se entrecruzan al final en un proyecto de esta envergadura: todos los hallazgos arqueológicos que hay, todos los trabajos de salvamento que son importantísimos toman tiempo, cómo el diálogo con las comunidades es también algo que se tiene que hacer con una aproximación muy respetuosa en tiempos, entendiendo los tiempos y las cosmovisiones de cada lugar, creo que esta multiplicidad de actores lo hace muy interesante y muy enriquecedor, pero es un reto importante también en su coordinación.