Una de las preocupaciones actuales de muchas personas y organizaciones que se dedican a la recuperación de lugares es cómo convertir a un espacio un lugar; ¿Qué es lo que hace un espacio, un lugar?
Según Peter Smith, (uno de los mayores pensadores contemporáneos sobre la gobernanza del lugar y la creación de lugares por medio del Placemaking), un espacio se convierte en un lugar dependiendo el valor que tenga para una comunidad; es decir, según el capital que se pueda aprovechar y ser tangible en ese lugar.
Para esta evaluación, Smith menciona que hay al menos cinco aspectos que podemos observar en un espacio que se ha convertido en un lugar:
- Capital físico
Esta primera métrica arroja datos sobre si un lugar es atractivo, accesible, está bien conectado con otros lugares, y si es cómodo y seguro para quienes lo visitan o pasan tiempo ahí.
En este punto, los elementos que rodean al lugar son importantes porque hacen que las personas quieran, o no, tener un primer contacto con el lugar y entonces permanecer en él.
Por ejemplo el Parque San Juan Bosco, en Cancún, se rehabilitó con la comunidad de Benito Juárez y con ello se construyó, por primera vez, una área para mascotas, zonas de estar y se reactivó su cancha, además de instalar ejercitadores y habilitar andadores; todas estas acciones han causado un mayor tiempo de estancia de las personas en su parque y maximizan la comodidad y actividades que pueden realizar.
- Capital ambiental
En este indicador, lo que más importa es la participación, concientización e involucramiento para crear lugares sustentables y ecológicos. Es necesario considerar los aspectos ambientales del lugar para poder co-crear con la naturaleza, como se realizó en el Parque Guadiana en Durango, una zona con gran valor ambiental en donde se instaló vegetación endémica, y como en todos los parques que se han intervenido con Placemaking y sus aliados, se instalaron suelos filtrantes y adopasto, además de mobiliario de material reciclado.
- Capital económico
Otro aspecto que señala que un lugar es valioso para su comunidad, son las actividades económicas que fomenta. Un lugar querido por las personas, es un lugar que procura y mantiene al comercio local cerca. Por ello, cuando se pretende crear un lugar de gran valor, es necesario mirar cómo este lugar puede ayudar al crecimiento económico de los usuarios.
En 2020, uno de los retos en la Ciudad de México, y en muchos lugares, fue activar el comercio local y apoyar a familias de pequeños comerciantes que se vieron afectados por la pandemia. Eso nos llevó a mirar el potencial del espacio público como una herramienta que, vista desde escala humana, podría literalmente salvar negocios y el ingreso familiar.
- Capital cultural
Por su parte, el capital cultural en un lugar se ve reflejado en el nivel de pertenencia que siente la comunidad con sus lugares, las expresiones artísticas que reflejan en sus calles, sus plazas, sus muros, y la actividad urbana que fomentan en el lugar.
Las expresiones artísticas, son un gran ejemplo del capital cultural de un lugar. En La Cruz de Huanacaxtle, después de meses de confinamiento y clases a distancia, las infancias y la juventud de la zona realizaron un mural colaborativo cerca de sus escuelas, en donde plasmaron la importancia y el significado de ser parte de su comunidad. En el muro reflejaron el orgullo de sus raíces, la importancia de la naturaleza y las actividades costeras que los definen. Este fue el primer paso para una recuperación integral de sus lugares públicos más representativos.
- Capital social
Este aspecto es lo que une a todos los demás valores de un lugar, es quizá, este capital la pieza que se forma mediante todo lo que hemos mencionado, pero también lo que hace que perdure en el tiempo. El capital social lo podemos identificar como la gobernanza del lugar; es decir, los líderes que se forman o que existen, la participación y sus niveles, el voluntariado, la inclusión, el bienestar y la capacidad de resiliencia que desarrolla una comunidad.
Estos factores son los que la metodología Placemaking busca fortalecer con más fuerza, ya que todos los otros valores sólo serán perdurables y constantes si dentro de la comunidad se fomenta una responsabilidad compartida y comprometida con el mantenimiento de los lugares.
El involucramiento de las personas en cada parte del proceso de intervención de sus lugares es lo que incentiva estos liderazgos y motiva a más voluntarios a continuar su propio trabajo y esfuerzo, al que además ellos mismos dotaron de sentido.
César es un claro ejemplo de cómo la gobernanza del lugar, es fundamental en la creación y mantenimiento de lugares. Él es dueño de una tintorería frente al parque Valle de México en Cuautitlán Izcalli, Estado de México. Desde años comenzó a involucrarse en el cuidado de este parque invitando a vecinos a jornadas de limpieza, buscando apoyo con autoridades locales para mantener iluminado el parque y el cuidado de juegos infantiles.
Fue él quien también tomó la iniciativa para comenzar con el proceso de Placemaking en esta recuperación y organizó e incentivó a vecinos a ser parte de la recuperación de su parque.
A partir de esas acciones vecinas y vecinos adoptaron diferentes responsabilidades para regar los árboles de parque, colocar señalamientos, mantener limpios los andadores, supervisar la colecta de contenedores de basura e incluso planear acciones futuras como fortalecer la relación con autoridades y mejorar la seguridad del lugar.
Estos son tan solo algunos ejemplos de la transformación de espacios en lugares que, en suma, implican la integración de las comunidades, el fortalecimiento de los lazos y dinamizan también la economía local.
En estos cinco puntos, podemos ver que el Placemaking tiene un potencial transformador hacia lugares que motiven a modificar comportamientos comunales más incluyentes y sensibles a su entorno.