La Comisión de Integración de Energía Eléctrica, Cier, advierte que los ciudadanos de mayores recursos están tomando decisiones autónomas en materia de consumo y buscan otras energías como la solar y la eólica.
Una ciudadanía activa que puede cambiar las dinámicas del negocio, tomando decisiones como desconectarse de la red de suministro; tecnologías de energía renovable distintas a la hidroeléctrica como la solar y la eólica que avanzan hacia precios cada vez más accesibles y el cambio climático, fueron los protagonistas del diálogo que LA Network sostuvo con Juan José Carrasco, Director Ejecutivo de la Comisión de Integración Energética Regional en el marco del V Congreso de la entidad y la II Semana de la Energía Latinoamérica y el Caribe que se realizó en Medellín.
El encuentro del sector energético latinoamericano se centró no solo en los avances tecnológicos y comerciales del y para el negocio si no, en tono con los tiempos, en sostenibilidad bajo el lema del congreso, ‘Energía Sostenible para todos en el entorno de una Sociedad Inteligente’.
El ingeniero eléctrico Carrasco, explicó las conclusiones del Congreso y en general de la Semana que incluyó además, la Conferencia del Centro Internacional de Hidrogenaría, ICH (International Centre Ford Hidropower, por sus siglas en inglés) y la séptima versión de la Feria Internacional del Sector Eléctrico que concentró a más de 300 expositores; todo ello como se indicó, reunido en torno a la sostenibilidad de este sector en Latinoamérica.
¿Cuéntele a Latinoamérica qué es la Comisión Integradora Energética Regional?
Es un foro técnico, no vinculante, simplemente apoyamos en dos temas: facilitar el acceso a conocimiento, información, comunicar las mejores prácticas, los mejores éxitos y los errores. Que accedamos a la información más pronto. Y lo otro es relacionar las empresas y profesionales para que gestionen esos cambios que requiere el sector. El CIER es un organismo internacional que tiene ya 53 años cumpliendo el objetivo de desarrollar el sector eléctrico en función de la integración, no solo de la interconexión e intercambio de energía, sino de intercambio de conocimientos y las mejores prácticas, como expliqué.
¿Cuál es la actualidad del sector en términos de sostenibilidad?
El tema en sostenibilidad en Latinoamérica es que tenemos una condición muy ventajosa respecto a los demás continentes porque tiene muchísimos recursos naturales, tanto fósiles como no fósiles, pero claro, estamos en la tendencia de usar más los recursos renovables.
Y en ese sentido Latinoamérica también ocupa un lugar muy importante a pesar de que en el sector eléctrico siempre se ha utilizado energía renovable basada básicamente en hidroeléctrica; es decir Latinoamérica tiene una cultura mucho más arraigada que en Europa o América del Norte u otras zonas. La matriz eléctrica era un 65% renovable por la hidroenergía normalmente.
Lo que ocurre ahora es una irrupción de las energías renovables no convencionales: solar, eólica, algo de biomasa y algunos países piensan en prospectivas sobre geotermia.
Pero que ha pasado, que LA se ha aprovechado de alguna madurez en varias de las de las tecnologías que en realidad no han necesitado algunos subsidios como en lugares como Europa y ese tipo de tecnología hoy por hoy están entrando a un precio accesible y las están aplicando en los países, ellos hacen licitaciones específicas para ellas y empiezan a ser competitivas sobre todo la energía eólica y la solar fotovoltaica.
¿Eso cambia en la estructura del sector, el mercado, las formas de consumo?
Esto configura unos nuevos mercados de energía, una nueva lógica en la cual se van integrando esas tecnologías y ellas tienen entre sus desafíos, sobre todo sus intermitencias. La hidráulica variaba por los periodos estacionales y estas tienen una variabilidad horaria, eso genera un reto en cuanto a cómo gestionar esas energías.
Porque la eléctrica debe tener siempre un equilibrio entre la oferta y la demanda y hasta la actualidad la eléctrica no se podía almacenar sino en baterías y era complejo y se almacenaba en agua. Pero ahora las baterías están en un nivel tecnológico que viene bajando a precios muy importantes y entonces hay que también considerar esta tecnología. Hay un mix de tecnologías que son empujadas por las políticas globales de cambio climático.
Y las empresas se tienen que adaptar a eso, sobre todo las que generaban energía eléctrica con fósiles (por ejemplo carbón), deben empezar a ver cuál será su rol dentro del sector pero eso es del lado de la oferta.
¿También hay cambios desde el consumidor?
Así es, también hay cambios tecnológicos en la parte de la demanda pues también aparecen las mismas energías, en menor escala que en generación distribuida, local e incluso a nivel domiciliario.
¿Pero qué ocurre? Si bien esas tecnologías en menor escala no son competitivas frente a la distribuida (gran empresa), algunos clientes con poder adquisitivo se están acercando y empiezan, como un ciudadano activo, a decidir si tomo para mi hogar la energía de la empresa distribuidora o no. También puedo hacer un intercambio: unas horas con mi energía y otras con la distribuida. Incluso puedo almacenar el excedente y de noche usarlo desconectándome de la red.
¿Eso qué representa en términos de sostenibilidad del sector?
Hay que reconocer que la regulación y políticas no están preparadas para eso y los negocios tampoco. Entonces está el desafío de adecuar todo ese tema… porque además hay temas de políticas en la industria eléctrica que se han hecho por años que era el acceso a las redes y los clientes estaban en las redes.
Pero ahora con estas nuevas tecnologías con más posibilidades económicas, en las que los ciudadanos se pueden retirar del uso de las redes, pues las empresas no tienen como invertir en esa tecnología, surge el problema: ¿cómo se van a pagar esas redes? Si muchos clientes con poder adquisitivo se retiran, dejan a los de menor poder pagando las redes y eso podría encarecer el servicio especialmente en las ciudades que son las mayores consumidoras de energía, de no tomar medidas por parte de las empresas.
¿Qué acciones debe tomar entonces el sector?
Por eso se deben mirar esas tecnologías no podemos parar el mundo, uno tiene que adaptarse al entorno porque hay organizaciones que se las han llevado los cambios y han desaparecido.
Lo primero que hace la Comisión es tratar de acercar a las empresas al conocimiento de esas realidades.
Consideramos que en el Congreso todos los CEO´s están convencidos de estos cambios, vemos que muchas empresas trabajan seriamente en estos cambios y los tiene claros y conocen las megatendencias hacia distintas fuentes de energía sostenible. Hay niveles de avance muy diferentes y esos avances están determinados por los entornos regulatorios de cada país en Latinoamérica.
Las regulaciones deben reconocer las situaciones de nuevas tecnologías. Sin las regulaciones al remunerar a las empresas, se harán muy complicadas. Este sector estaba acostumbrado a cambios muy lentos, negocios de 15, 20 años. La sensación en las empresas es que si la regulación los acompaña en los cambios, ellas se están moviendo, saben que si quieren ser sostenibles, no puede quedarse atrás.
La otra variable es el cambio climático, ¿cómo afecta a una Latinoamérica cada vez más urbana y presionando los entornos rurales y naturales?
Estoy de acuerdo. Sufrimos una urbanización general, por más que quieran estar en las zonas rurales la gente va a las ciudades y ellas son las principales consumidoras de energía.
El cambio climático está afectando los regímenes hídricos que están siendo más drásticos, más profundos. Hay que hacer más estudios pero también han aparecido que las energías renovables y la solar son complementarias y te permiten mejorar cómo manejas el agua, racionalizar el agua.
Porque además cuando estas energías como la solar o el viento tienen variabilidad muy rápida, solamente la energía hidroeléctrica responde con esa rapidez, es complementariedad entre tecnologías, entre fuentes que dará seguridad al suministro y sostenibilidad a los recursos. Hay un poco de rechazo a las represas por los territorios que requieren y por los plazos de implementación, ello frente a la energía solar o eólica que se implementan muy rápido.
En Antioquia se están implementando las Pequeñas Centrales Hidroeléctricas para generar energía, ¿son una buena opción?
Las PCH son una buena opción, hay que mirar su rango de aplicación y que las cuentas sean positivas…