En el municipio de Bello, al norte: la desembocadura de la quebrada La García y los Talleres Metro de Medellín; y en Medellín, la desembocadura de la quebrada La Picacha, el Puente de La 33 y el Centro de Espectáculos La Macarena. La Universidad Nacional de Colombia (UNAL) ya entregó los diseños de las obras para atender los puntos críticos en Bello.
El río Aburrá atraviesa de sur a norte 10 municipios de Medellín. Foto: Archivo
El río Aburrá atraviesa de sur a norte 10 municipios de Medellín y es el eje del desarrollo ecosistémico de toda el área metropolitana. A sus riberas se encuentran sitios de interés como el enrielado del Metro de Medellín, la Avenida Regional Norte y Sur, la Universidad EAFIT, el Centro de Espectáculos La Macarena y el Palacio de Exposiciones.
De sus casi 100 km de extensión, 24 están canalizados desde hace más de 70 años. Sin embargo, el crecimiento urbanístico, el aumento de la población y el cambio climático hacen que eventualmente sus aguas desencadenen inundaciones o afectaciones en las bancas, es decir en la infraestructura aledaña a las riberas. Según los datos más recientes del DANE, entre 2005 y 2018, la población del Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA) creció un 12 %, de la mano de las dinámicas urbanísticas que, en Antioquia para el mismo período, llevaron a que las viviendas unifamiliares pasaran del 11,4 % al 20,4 %.
Por eso, investigadores de la UNAL Sede Medellín, contratados por el AMVA, han realizado diversos estudios en la cuenca y el río, relacionados con factores como el monitoreo del canal, la estabilidad de las laderas, la susceptibilidad a la ocurrencia de avenidas torrenciales y las amenazas por inundación asociadas con la variabilidad de los caudales.
Gracias a los estudios más recientes se identificaron 5 puntos críticos –2 en el municipio de Bello y 3 en Medellín– que deben ser intervenidos con el fin de prevenir y mitigar inundaciones y controlar procesos erosivos.
“En Bello, en el sector de los Talleres del Metro de Medellín, los problemas se relacionan con la formación de una barra de sedimentos en la margen derecha del río (materiales sólidos como arena, arcilla, hojarasca, basuras, etc.), que reduce en un 80 % la capacidad útil del canal, genera socavación y caída de placas en la margen izquierda”, explica la profesora Lilian Posada García, del Departamento de Geociencias y Medio Ambiente de la Facultad de Minas de la UNAL Sede Medellín.
En la desembocadura de la quebrada La García se identificaron problemas relacionados con el aporte de sedimentos del río y la quebrada, que generan una reducción abrupta del 48 % en el ancho del canal, ocasionando erosión y socavación en la margen izquierda que sirve de apoyo a la Avenida Regional.
“A la altura del Puente de La 33 se evidenciaron problemas por inundaciones que alcanzan a ingresar a los soterrados de Parques del Río ocasionando estragos en el tránsito y poniendo en riesgo la vida de las personas. También se encontró que los procesos abrasivos del flujo sobre las placas de concreto han adelantado el final de la vida útil de los materiales que las componen”, agrega la profesora Posada.
Por otro lado, la desembocadura de la quebrada La Picacha, al suroccidente de Medellín, presenta problemas de inundación en la zona de salida del soterrado de la Avenida Regional. El agua se desborda por la margen derecha del río y escurre en dirección al soterrado oriental de Parques del Río, generando el mismo efecto de desbordamiento a la altura del Puente de La 33.
En el sector de los Talleres del Metro de Medellín, una barra de sedimentos reduce en un 80 % la capacidad del canal. Foto: Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
A la altura del Centro de Espectáculos La Macarena se encontró que las inundaciones ocurren, en parte, por la curvatura hacia la izquierda del canal en este sector y por el aumento de los caudales. “Esa curva favorece el desbordamiento porque la fuerza centrífuga induce una sobreelevación, sobre todo cuando el flujo escurre a altas velocidades”, explica la docente.
Diseño de obras para la atención y la estabilización
Con el fin de atender los puntos críticos identificados, la UNAL Sede Medellín está desarrollando los diseños en cada sector para que el AMVA se los entregue a los municipios encargados de llevarlos a cabo; ya entregó los de Bello.
Así, las obras en la quebrada La García consisten en direccionadores de flujo, placas de reconformación de taludes y elementos transversales para estabilizar el lecho. “Estas obras buscan evitar que el flujo se ‘recueste’ sobre la margen izquierda, y además se plantea hacer un lleno en enrocado para evitar la socavación de la quebrada y del río”, señala la profesora Posada.
En cuanto al sector Talleres del Metro de Medellín, las obras planteadas son similares: direccionadores, placas y elementos de estabilización del lecho. “Sin embargo, en este punto el objetivo es remover la barra de sedimentos de la margen derecha, por eso los direccionadores se ubicarán alternadamente en las dos márgenes, mientras que en La García van localizados solo en la margen izquierda”, concluye la docente.