‘¿Ferias y/o Fiestas del Libro?’

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VICTORIA CONTRERAS
10 mayo, 2022 - Ciudadanía Sostenible
Foto de Suzy Hazelwood en Pexels

La economía del ecosistema del libro, se define por una lógica de oferta de los agentes del libro y las acciones de las políticas culturales en términos de inversiones públicas e incentivos, que muchas veces están en tensión. Existe un debate sobre la particularidad de fomentar ferias del libro para dinamizar la economía del sector y/o que existan más fiestas del libro (como el caso de Medellín) para promocionar la cultura como bien colectivo. No hay recetas pero si la planeación pasa por la incorporación de elementos de sosteniblidad, es posible que el ecosistema de la lectura de latinoamérica mejore. 

El Centro Regional para el Fomento a del Libro en América Latina y el Caribe, en su informe del año 2020 reconoce que la incertidumbre del sector por la pandemia Covid19, implicó disparidad entre ciudades y públicos por edades, mucha experimentación, gestión de nuevos canales de venta en múltiples formatos, y que la mejor apuesta fue la de mejorar sustancialmente la forma de comunicación de los autores o libreros con sus lectores. Una tendencia que se observó en la región fue el aumento del consumo de libros y publicaciones en formato digital y el comercio electrónico, también se incrementó en 1,64% los ISBN asignados en el continente con respecto a 2019, no obstante hubo caídas en las ventas directas de los ejemplares y pérdidas del 30% en la facturación. 

Hace un par de semanas, sucedió un debate interesante entre los escritores argentinos Guillermo Saccomanno y Oche Califa, en torno a la 46º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Saccomanno criticó la explotación de los trabajadores de la cultura en la Argentina versus el negocio lucrativo de los oligopolios del escosistema del libro. Él también declaro que es inusual que le pagen honorarios a los escritores que trabajan durante la feria y que con él fue la primera vez que le pagaron a un escritor por inaugurar la feria. “Derechos de autor son derechos humanos”, remarcó Saccomanno. Algunos días después, Califa, ex Director de la Feria del Libro de Buenos Aire, contestó al discurso de Saccomanno con la siguiente frase: “se dijo que la feria no es un acontecimiento cultural sino de la industria y por lo tanto comercial. [Yo creo] que es las dos cosas”. Lo cierto es que una característica de la economía del libro y las publicaciones es el contexto de incertidumbre y una desconexión relativa entre los costos de producción, los precios de venta y los ingresos para los autores. El debate de Saccomanno y Califa, evidencia la tensión vigente para muchos, si una “feria” sólo debe fomentar la lectura o también perseguir fines comerciales.  

Ahora, el próximo septiembre se celebrará la XVI “Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín”, una fiesta que nació en 2007 como un proceso de reconfiguración colectiva ciudadana para beneficio de la ciudad. Jorge Melguizo, en aquel entonces Secretario de Cultura Ciudadana, fue quién asumió la tarea de crear un nuevo formato para los libreros y ciudadanos. El primer año, la fiesta arrancó con 13 librerías independientes exponiendo en el Jardín Botánico.  La fiesta marca una diferencia con las ferias de libro, pues la tarea principal es crear el gusto por la lectura y una atmósfera propicia para que los ciudadanos celebren la imaginación, se valore el conocimiento y sientan la fiesta un evento fundamental de su ciudad. Después están las ventas para la industria editorial, las cuales han sucedido con alto impacto.  

Entusiasmar y conmover a la gente con la lectura en tiempos de crisis y emergencias, debería ser parte de un acuerdo de voluntades entre  diversos agentes públicos y privados. Ya sea a través de una feria o una fiesta de lectura, lo importante es refrendar derechos culturales como los derechos de autor y el participar activamente en la vida cultural.  Latinoamérica necesita urgentemente vidas culturales gozosas y enriquecidas por la lectura.