Lo técnico y no lo político debe primar en la articulación de las ciudades conurbadas de Latinoamérica, señalan expertos.
Expertos, funcionarios y directores de entidades metropolitanas, reunidos en torno al papel de la gobernanza metropolitana durante la pandemia por COVID-19 y su pertinencia en el desarrollo de las ciudades de la región, compartieron un mensaje muy poderoso frente al futuro: son los políticos los que piensan en fronteras de gestión, los ciudadanos viven y trabajan sin pensar en esos límites.
Convocados por la Red de Ciudades del Banco Interamericano de Desarrollo – BID en el webinar ‘Coordinación entre diferentes niveles de gobierno: gobernanza metropolitana en la gestión de crisis’, los invitados insistieron en que las necesidades del desarrollo de las ciudades latinoamericanas -que acogen a casi el 80 % de la población- se resuelven de mejor manera al dejar de lado la variable política y tomar decisiones conjuntas basadas en los argumentos técnicos y en la sumatoria de capacidades locales como se ha demostrado en distintos puntos de la región ante la actual crisis sanitaria por COVID-19.
“Todos estos desafíos deben ser abordados a escala metropolitana, enfrentarlos ciudad por ciudad es más difícil”, sentenció Enid Slack, directora del Instituto de Finanzas y Gobernanza Municipal de la Munk School of Global Affairs de la Universidad de Toronto.
La experta, quien hace más de 15 años participara en uno de los estudios más completos sobre gobernanza metropolitana, compartió conceptos junto a Mila Costa, directora general de la Agencia de Desarrollo de la Región Metropolitana de Belo Horizonte (Brasil); Juan David Palacio, Director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá (Colombia); Diego Valenzuela, Intendente del partido de Tres de Febrero (Argentina) y la moderación de Francisca Rojas, especialista senior de la División de Vivienda y Desarrollo Urbano del BID, así como la participación de María Camila Uribe, Coordinadora de la Red de Ciudades BID.
Respecto al rol de la gobernanza metropolitana durante la crisis sanitaria por COVID-19, la experta canadiense expuso que la coyuntura revela con mayor crudeza todas las fracturas de los sistemas, “las hace mayores, pero es la oportunidad para hacer las cosas mejores”.
Compartir costos, coordinar estrategias de desarrollo económico, planificar el uso del suelo, son algunas de las bondades que el modelo de gobernanza metropolitana ofrece, ya que para ella, las zonas metropolitanas son la clave de la recuperación económica pues estas son los “centros económicos de los países”.
Belo Horizonte y Medellín: casos de éxito
Justamente unos de esos ejemplos de experiencias o casos de éxito son las áreas metropolitanas de Belo Horizonte y Medellín, conurbaciones que cuentan con entidades establecidas y sólidas para articular a los municipios que las integran y sus capacidades.
La primera con 34 municipios (5.9 millones de habitantes, la tercera área metropolitana de Brasil) y la segunda con 10 municipios (4.5 millones de habitantes), han logrado con base en normatividades que comprometen a sus ciudades integrantes, no solo impulsar a través del tiempo mejores acciones de desarrollo sino mejores respuestas durante la crisis sanitaria actual, integrando las gobernanzas nacionales, regionales y locales para beneficio mutuo.
“No desarrollamos una gobernanza vertical sino una articulación de los tres niveles”, indicó Mila Costa, directora general de la Agencia de Desarrollo de la Región Metropolitana de Belo Horizonte.
Agregó que si bien la politización de la crisis es uno de los mayores retos, es a partir de una norma clara (aprobada en 2015) como se toman las decisiones conjuntas con la participación de un cuerpo colegiado de directores quienes deciden con argumentos técnicos y no políticos, una herramienta que les ha permitido en tiempos de pandemia responder de mejor manera: el Ayuntamiento de Belo Horizonte y el Comité para confrontar la epidemia COVID-19 ordenaron, por ejemplo, disminuir la circulación de personas con el retorno de la fase de control e intensificar las acciones para concientizar a la población de la importancia de cumplir con las medidas sanitarias.
Por su parte, Juan David Palacio, Director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, explicó que, en su caso, los municipios han hecho aportes que, sumados, han permitido, por ejemplo, dotar de hospitales al territorio que más necesidades tiene, lo que ha permitido en la coyuntura actual, contar con herramientas de respuesta en salud. Adicionalmente, expuso el caso de EnCicla, el sistema público de bicicletas metropolitano (único gratuito en Latinoamérica) que nació hace nueve años y que hoy se constituye en un ejemplo de movilidad activa que aporta no solo en la movilidad sino en el ideal de lo que las exigencias sanitarias requieren para evitar la expansión de los contagios.
Sin entidad rectora, pero con voluntad y objetivos claros
Por su parte Diego Valenzuela, Intendente del partido de Tres de Febrero, destacó que en su territorio están apenas luchando por constituir una entidad metropolitana que articule la gobernanza de los municipios conurbados.
También con 34 intendentes, Valenzuela señaló que cada dos años hay procesos electorales y que estos no deberían alterar el rumbo de las acciones para beneficio mutuo.
“Son los políticos los que piensan en fronteras de gestión, el ciudadano vive aquí, trabaja allá y no piensa en esas fronteras”, señaló al tiempo en que destacó que pese a la falta de esa instancia metropolitana que cohesione el desarrollo y las decisiones, durante la pandemia, han logrado unir esfuerzos, “hemos trabajado bien, coordinados, evitamos el debate político en el contexto de la pandemia y logramos la cooperación”.